HISTORIA DE LOS ORÍGENES DEL CRISTIANISMO. 2ª Parte
Uno
de los primeros problemas de la iglesia que nacía, era el acceso de los
gentiles a la salvación.(15) Se decidió que Pablo, Bernabé y otros volvieran a
Jerusalén para tratar con Pedro y Santiago el Menor, esta cuestión. Tras una
larga discusión, se decide en este concilio de Jerusalén, que para entrar en la
Iglesia de Cristo se dispensa a los gentiles de la circuncisión y de la
observancia de la ley de Moisés.
El
mensaje de Jesús sigue siendo válido 2000 años después.” Pasó haciendo el bien”
(Hechos de los Apóstoles 10,38).Los primeros que oyeron a los discípulos de Jesús
proclamar la Buena Nueva, quedaron tan impresionados por lo que vieron como por
lo que oyeron. Vieron vidas que habían sido transformadas. Hombres y mujeres
corrientes desde todos los puntos de vista, que parecían haber encontrado el secreto
de la vida misma. Dos cualidades abundaban en sus vidas. La primera era la
consideración mutua. “Ved como se aman unos a otros” decían de ellos. Todos
eran iguales a los ojos de Dios y vivían de acuerdo a lo que decían. La segunda
cualidad que tenían los primeros cristianos era la alegría. El amor y la
alegría eran sus señas de identidad y la falta de miedo incluso a la muerte, de
lo que dieron testimonio, los abundantes mártires de aquellos primeros tiempos.
A
partir de las persecuciones algunos discípulos se dispersaron por Fenicia,
Chipre y Antioquía predicando a los judíos y a los griegos de esas regiones. En
Antioquía se convirtieron un gran número de fieles, por lo que desde Jerusalén
se envió a Bernabé y desde Tarso vino Saulo. Estuvieron allí un año entero e
instruyeron a muchos y fue en la iglesia de Antioquía, donde por primera vez
los discípulos recibieron el nombre de cristianos.
Antioquía era la capital de la Siria romana y después de Roma y Alejandría la
ciudad más importante del Imperio Romano.
Desde
aquí comienzan los viajes apostólicos del que había sido elegido para llevar el
nombre de Cristo al mundo gentil.(13,4) Saulo y Bernabé salieron hacia la isla
de Chipre y otros lugares de Asia Menor para anunciar la palabra de Dios y aquí
fue donde Saulo cambió su nombre hebreo, por Pablo nombre romano para ser reconocido en el mundo
como ciudadano romano.
San Pablo predicando en Jerusalén |
Pablo
inicia su segundo viaje apostólico,(15,36) desde Antioquía, en compañía de un
discípulo llamado Timoteo(16,1) hijo de una judía creyente y de un padre
griego. Llegaron hasta Macedonia y aquí parece que se incorpora San Lucas como
compañero de San Pablo pues emplea el plural: “Inmediatamente después de la
visión intentamos pasar a Macedonia”...(16,10)En este viaje Pablo escribe dos
cartas a los tesalonicenses, que son los primeros escritos del Nuevo Testamento
pues los Evangelios y los Hechos de los Apóstoles se escribieron después.
Estamos en los años 50 y 52.
El
tercer viaje tiene también Antioquía como punto de partida y Pablo llega a
Éfeso donde permanece durante 2 o 3 años.(19,1,10) En el invierno del 57 al 58
está en Corinto donde escribe la carta a los romanos que divide las dos etapas
de la vida apostólica de San Pablo, la etapa oriental y la occidental.
De este viaje vuelve Pablo a Jerusalén donde es perseguido por los judíos que intentan matarle, impidiéndolo los soldados romanos que se le llevan a la fortaleza por ser ciudadano romano(21,27,28,31). Pablo exige ir a Roma para ser juzgado por el César(25,10,11,12) embarcando para Italia en compañía de otros presos vigilados por un centurión llamado Julio. Después de una terrible tempestad arribaron a la isla de Malta(28,1,11) donde se demoraron tres meses. Al fin llegaron a Roma y a Pablo le permitieron quedarse en una casa particular con un soldado que le custodiase, pero como estaba sometido a la “custodia libre” porque su causa no era grave, podía salir y hablar en público pero atado con una cadena al brazo de un soldado.(28,30) Pablo permaneció dos años en una casa alquilada y recibía a todos los que venían a él, predicando el reino de Dios con toda libertad y sin obstáculo alguno.
De este viaje vuelve Pablo a Jerusalén donde es perseguido por los judíos que intentan matarle, impidiéndolo los soldados romanos que se le llevan a la fortaleza por ser ciudadano romano(21,27,28,31). Pablo exige ir a Roma para ser juzgado por el César(25,10,11,12) embarcando para Italia en compañía de otros presos vigilados por un centurión llamado Julio. Después de una terrible tempestad arribaron a la isla de Malta(28,1,11) donde se demoraron tres meses. Al fin llegaron a Roma y a Pablo le permitieron quedarse en una casa particular con un soldado que le custodiase, pero como estaba sometido a la “custodia libre” porque su causa no era grave, podía salir y hablar en público pero atado con una cadena al brazo de un soldado.(28,30) Pablo permaneció dos años en una casa alquilada y recibía a todos los que venían a él, predicando el reino de Dios con toda libertad y sin obstáculo alguno.
Aquí
termina el libro de los Hechos de los Apóstoles. Pablo fue puesto en libertad y
realizó nuevos viajes a Creta Macedonia y posiblemente a España. Fue de nuevo
encarcelado en Roma y martirizado según la tradición el 29 de junio del año 67.
San Pablo en la prisión de Roma |
B. Salas Moreno Madrid mayo 2020
Bibliografía.
La
Santa Biblia-Ediciones Paulinas-Madrid 18 edición
James
E.O.-Historia de las Religiones-Alianza Editorial-Madrid 2006
Smith
Huston-Las Religiones del Mundo-Editorial Kayros-Barcelona 2005
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