PATROCINADORES 2024-1

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La Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Cadalso de los Vidrios agradece su colaboración a todos nuestros PATROCINADORES. Muchas Gracias.

PATROCINADORES 2024-2

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CONCURSO FOTOGRÁFICO PARA EL CALENDARIO DE 2025

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MAPA DE METRO DE LOS CAMINOS DE SANTIAGO

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FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DEL CAMINO DE SANTIAGO LEVANTE-SURESTE

MAPA FOLLETO

MAPA FOLLETO
MAPA DEL CAMINO DEL SURESTE A SU PASO POR LA PROVINCIA DE MADRID, DESDE ESCALONA A CADALSO Y DE CADALSO HASTA CEBREROS, CON FOTOS DE LUGARES SINGULARES DE TODAS LAS POBLACIONES.

INFORMACIÓN FOLLETO

INFORMACIÓN FOLLETO
CARA DE INFORMACIÓN DEL MAPA DE LAS ETAPAS DEL CAMINO DEL SURESTE A SU PASO POR LA PROVINCIA DE MADRID ENTRE ESCALONA (TOLEDO) Y CEBREROS (ÁVILA) CON INFORMACIÓN DE LOS RECURSOS EN LOS DISTINTOS MUNICIPIOS. ESTE FOLLETO HA SIDO EDITADO POR LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO EN CADALSO DE LOS VIDRIOS CON EL PATROCINIO DE LA CONSEJERÍA DE TURISMO DE LA COMUNIDAD DE MADRID. AGRADECEMOS AL AYUNTAMIENTO DE CADALSO SU COLABORACIÓN.

sábado, 16 de mayo de 2020

EL MILAGRO DE SILVERIO CONDE

EL MILAGRO DE SILVERIO CONDE            Jesús López Martín


     Allá, por el año 1889, en el día de Todos los Santos, yo Silverio Conde me encontraba en un pueblo llamado Escalona, estaba realizando el camino de Santiago por una promesa que hice cuando mi mujer Teresa y mis dos hijas, Juana, la mayor y Teresita, la pequeña, enfermaron de unas fiebres muy malignas que se llevaron varias vidas en mi pueblo de la costa levantina, primero cogió las fiebres mi mujer y seguidamente Teresita y luego Juana, yo por destino del altísimo fui de los pocos que no enfermaron, cuando peor estaban de la enfermedad, recé poniéndome de hinojos delante de una estampita del apóstol Santiago, la que siempre teníamos en la habitación de las niñas, yo le prometí que haría el camino desde mi pueblo a Santiago de Compostela, no sé lo que ocurrió, pero a partir de ese día las tres empezaron a mejorar, recobrando pronto la salud.

     Tengo unas tierras de las cuales vivimos holgadamente, sin lujos pero sin pasar apuros, eso sí trabajando, he salido con algo de dinero para mis necesidades durante el viaje, el cual llevo bien oculto, por los maleantes. Empecé el viaje cuando terminé de recoger la cosecha y después de bien vendida, me despedí de mi mujer y de mis dos niñas, que se quedaron preocupadas.
     - ¿De qué vas a vivir Silverio? – me dijo Juana dándome un beso.
     - No te preocupes mujer, buscaré trabajo y con el dinero que llevo no tendré ningún problema – le dije mientras besaba a las niñas – me alojaré en los albergues que hay por el camino y el viaje de vuelta lo haré en tren.
     Llevo ya unas cuantas jornadas, voy bien de dinero pero tengo que ahorrar para la vuelta, he preguntado en este pueblo por algo de trabajo, parece que a estas alturas del año lo poco que hay está repartido entre sus habitantes, dicen que en el pueblo vecino de Cadahalso puede que necesiten mano de obra en la fábrica de vidrio, para partir y colocar la leña; sin pensarlo me cojo el camino y me voy hacia Cadahalso. No me doy cuenta que ya es tarde y empieza a hacer frío, voy caminando y el frío arrecia, está anocheciendo, Cadahalso está a unas pocas leguas, debo estar a mitad del camino, tengo que buscar un refugio, no debí de salir de Escalona hasta el día siguiente y estas fechas son malas, pero como ha cambiado el tiempo, cada vez hace más frío, el viento, ahora el viento, ¿Dónde estoy? No se ve nada, ya no se ve nada, solo viñas ¿y el camino? ¿Dónde está el camino? Dios mío estoy perdido, tengo que hacer un fuego o moriré de frio y ahora chispea, llueve, está lloviendo, oscuro, está muy oscuro y no veo nada, tengo que encontrar donde refugiarme, es este árbol, debajo de este árbol, una roca, una roca junta al árbol, es un olivo.

     Tengo una manta, la desato y me envuelvo en ella, hasta la cabeza, sigue lloviendo, el agua está muy fría, la manta ya está empapada, siento el agua a mi alrededor, estoy tiritando, doy diente con diente, el frío es intenso, me acurruco y me hago una bola, intento darme calor, me arrimo a la roca, es peor, sobre ella escurre el agua, ya estoy calado, el agua inunda todo mi cuerpo, el frío es muy intenso, ahora el viento, ráfagas de viento, más frío, ya no puedo más, voy a morir de frío, yo que vivo en terreno cálido voy a morir de frío, ya no lo soporto más, debería levantarme, irme de aquí, pero tengo frío, mucho frío, no puedo, no puedo, ¡Dios mío! ¡Dios mío! Lo que siento es no poder ver a mis hijas y a Teresa, lo doy por bien, mi vida por las suyas, tenía que pagarlo, mi vida por la de ellas, está bien.
     Un sopor me envuelve, ya no siento frío, ni siquiera el agua que cae, es curioso no siento ni humedad ni frío, si esto es la muerte bienvenida sea, una luz, veo una luz, dicen que cuando mueres se ve una luz, tengo que ir hacia ella, hacia la luz, pero… la luz se mueve, se acerca, ¡Es alguien! ¡Una persona! ¡Socorro! No me sale la voz, por Dios que me vea.
     - Hola, que haces aquí, en medio de este temporal – Me dice la luz.
     Yo le miro, no me sale ni una palabra, no tengo fuerza ni para hablar.
     - Te has perdido ¿verdad? Pero a quién se le ocurre salir con este temporal y de noche.

     No me sale ni una palabra, solo miro lo que hace, con una habilidad impresionante pone algo que parece una manta encima de mí y él también se mete dentro, está lloviendo mucho, cuando se cale la manta estaremos igual, nos calaremos ahora los dos, de momento se siente calorcillo. Pasa como un cuarto de hora y el suelo se ha secado, sigue lloviendo, suena la lluvia sobre la tela y no se empapa, sopla el viento como un huracán y no se mueve la tela que nos cubre, está como flotando y no veo nada que lo sostenga, dentro hace calor, me estoy recuperando, ya no siento frío, más bien diría que tengo calor, estoy muy cansado y los ojos me pesan, me cuesta tenerlos abiertos.
     - Duerme, no te preocupes, yo vigilo que no ocurra nada – me dice.
     Está amaneciendo, he dormido de un tirón, abro los ojos y veo a mi extraño compañero, recoge la tela con la que nos hemos cobijado, todo está húmedo menos donde hemos dormido, es curioso, está seco.
     - Vamos dormilón – me saluda con una sonrisa – tiene que seguir tu camino.
     - Gracias por tu ayuda – le tuteo – si no es por ti no lo hubiera contado, ¿cómo te llamas? – le pregunto mientras me agacho a coger mis bártulos.
     - Mi nombre es Santiago… … …te espero.

     Me levanto y no hay nadie, Cadahalso está ahí mismo, estaba muy cerca, humean las chimeneas, parece un pueblo acogedor; entro en el pueblo, está impregnado de un olor a leña quemada, es un olor particular, un olor a pueblo, las calles aún están vacías, llego a la puerta del ayuntamiento, en una fuente hay varias señoras cogiendo agua, me acerco y pregunto por Santiago, doy señas de su rostro y como iba vestido, piensan y comentan entre ellas, no saben quién puede ser el tal Santiago, nadie que se llame Santiago coincide con los datos que doy.
     - Por favor ¿me pueden decir dónde está la fábrica de vidrios? – pregunto – y ¿si es posible encontrar trabajo?
     - Mire, siga usted esta calle, es la calle de la iglesia y la primera calle a la izquierda se encontrará con ella, casi siempre necesitan trabajadores – me dice una de las señoras.

     - Muchas gracias – me despido – Adiós.
     ¿Quién me ha salvado? ¿Ha sido un sueño?... …sigo mi camino.

                                      FIN

2 comentarios:

  1. Gracias Jesús, me parece muy interesante el escrito. Pienso que tu puedes acortar mucho, te animo a que sigas escribiendo.
    Ángel Sánchez

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