Primavera
en el Camino de Santiago por Navarra
Desde la ilustre y legendaria
Roncesvalles, todo un lugar emblemático del Camino de Santiago, la senda
atraviesa bosques, campos de labor, puentes, pueblos y multitud de iglesias y
ermitas que durante siglos han atendido al peregrino, evocando y manteniendo el
espíritu jacobeo más de mil años. La primavera me coge de lleno en estas tierras,
atravieso silenciosos y solitarios bosques de hayas y pinos donde el manto
vegetal me regala algunas hermosas flores, robledales que crecen al norte de
Navarra y frondosas hayas que parecen querer atraparme, más abajo me encamino
por las orillas del Arga hacia Pamplona, la primera gran ciudad del Camino,
ahora son los campos de cereales y el olor a las flores y plantas lo que me
acompaña.
Allí al fondo puedo ver la
silueta de los molinos y el tan temido Alto del Perdón, lugar donde los
peregrinos se exponían a la tentación del diablo y a las penurias de la
altitud, los vientos huracanados y los asaltos de personajes amigos de lo
ajeno. Abajo la llanura se pierde en el horizonte y el arte medieval nos
acompaña con auténticas joyas arquitectónicas.
Puente la Reina era donde los
peregrinos descansaban del peligro, atrás habían quedado los puertos, ríos y
puentes, y se encaminaban a Estella,
la estrella que siempre ha guiada sus pasos por el milenario Camino hasta el
Campus Estellae, la Compostela gallega.
De Estella a Los Arcos nos
encontramos con dos lugares de fuerte atracción jacobea, una es la fuente del
vino que por cortesía de las bodegas Irache agasaja al peregrino del camino
Francés manteniendo así una tradición de siglos, la otra es la fuente, esta de
agua, de Monjardin, una construcción medieval que sigue en nuestros días
calmando la sed de los peregrinos en un solitario lugar rodeado de viñas
perfectamente cuidadas. Ya queda poco
para Viana, pero aún debemos atravesar la campiña navarra que desemboca en
Sansol, descender un barranco que nos lleva hasta Torres del Río un enclave
templario de espectaculares vistas y donde no podemos dejar de ver y
reconfortarnos con el Santo Sepulcro, donde la paz y el recogimiento son
gratis, y al final Viana, situada en un
cerro que los romanos consagraron a la diosa Diana y donde la lluvia nos recibe
con fuerza primaveral.
El camino es esto y mucho más, es
tan grande, tan ameno, tan lleno de momentos de fe, alegría, cansancio y
búsqueda que ésto sólo es algo exiguo, es sencillamente una forma de ver y
sentir la primavera navarra en el Camino de Santiago Francés por un humilde
peregrino.
Buen Camino
Pedro Alfonso “Zorro Corredero”
Excelente y magistral descripción del camino a su paso por Navarra, se puede decir más con tan pocas palabras? No, porque esto sale de la sencillez de alguien que como tu Zorro sabe disfrutar y sentir el Camino de Santiago.
ResponderEliminarGracias y también para ti buen Camino.
Inés
Esta extraordinaria descripción venía como comentario a la portada de Primavera que ha elaborado Pedro Alfonso para el blog de la asociación, pero me parecía que merece una entrada, con la que hemos inaugurado las colaboraciones de otras firmas, y como no, tenía que ser nuestro Zorro Corredero. ¡Y ojo! que no es que cambie de blog, sino que de vez en cuando nos regalará una de estas juyas suyas. Gracias a Pedro y a Inés, por seguirnos y por seguirle.
ResponderEliminarUn abrazo.
Javier.