ETAPA TIÑOSILLOS ARÉVALO
El sábado dos de abril, antes de las 7 y media de la mañana, estábamos en la gasolinera de Cadalso las 16 personas que nos íbamos a subir al autobús procedente de Escalona con 10 personas más procedentes de Escalona, Torrijos y Toledo.
Cada vez nos alejamos más de Cadalso y el autobús recorre más kilómetros. Cada vez tardamos un poco más en llegar a nuestro punto de partida y por eso madrugamos más. Cada vez tardamos algo más en regresar y por eso se alzan voces pidiendo quedarnos a comer en el sitio al que llegamos.
Esta vez la etapa también era corta, unos 15 kilómetros, casi todos por un pinar que parecía eterno aunque antes hubo que salvar la primera dificultad .... un bar.
Unos entraron a tomar un cafecito, otros al servicio, y otros no supieron esperar y arrearon. Por tanto no hay foto de grupo, quiero decir de grupo completo, de los 26 o al menos de 25. Cada uno tiene sus prioridades.
Foto del semigrupo a la entrada del pinar y a disfrutar de la mañana andando. Con el señor que recogía el muérdago que parasita los pinos, "la ruina del pinar" dijo él, para dárselo después a sus cabras. En los pueblos pequeños aún se aprovecha todo.
También la resina, con unas preciosas fotos de Richard, con el suave resbalar de la sustancia pegajosa paralizado por la ausencia de calor. Esa gota hecha caramelo, o carámbano, por efecto del frío.
La primavera va asomando poco a poco la cabeza. El invierno no fue pero se resiste a ir. Los árboles interrumpieron su sueño antes de tiempo, alguno no llegó a dormirse, pero las flores aparecen en aquellos rincones en el que se cuelan los rayos del sol. Estamos en primavera y pronto sentiremos sus calores.
Compartimos camino, compartimos fotos, compartimos la mañana y compartimos el almuerzo. Unos antes, otros después, otros ... ¿dónde están los otros? Bueno, ya nos juntaremos en Arévalo.
Llegamos a Arévalo y algunos buscan ya la cervecita y el pincho, es la salsa de la vida. Mis pies no quieren permanecer quietos y me llevan a varios rincones de esta localidad abulense.
Cerca del arco, donde está la oficina de información y turismo, donde muchos sellaron su credencial, en un edificio histórico hoy centro cultural, se acaba de inaugurar una exposición, de dibujo y pintura, sobre Cervantes. Es de Venancio Muro, ese salmantino pródigo que sigue creando. Pero no ha podido acudir a la exposición. A los dos días, ya en Salamanca, me entero que su mujer ha muerto. Descanse en paz y mi más sentido pésame a su compañero de viaje, que queda ahora huérfano de su más fiel apoyo.
Me reservo las fotos de esta exposición para otra entrada. Disfruto de la plaza de la Villa, de sus soportales, de sus rincones.
Y luego al castillo, restaurado, rehabilitado, reconstruido, pero con el sabor de la fortaleza medieval. Más fotos por los alrededores, al cortejo de dos cigüeñas metálicas fruto de la creatividad de un hombre sencillo del campo. Y al autobús para regresar a casa.
Texto de Javier Perals.
Sois geniales haciendo fotos y buen reportaje.
ResponderEliminarSaludos Ángel
Sois geniales haciendo fotos y buen reportaje.
ResponderEliminarSaludos Ángel
Gracias Ángel, un placer que os gusten las actividades y las entradas del blog.
ResponderEliminarUn abrazo.
Javier.