DETALLES DE UN ALBERGUE.
Es cierto que el peregrino que llega a un albergue busca principalmente tres cosas: aseo tras el esfuerzo realizado, reponer fuerzas ingiriendo algún alimento y descanso.
Estos tres aspectos que atienden al cuidado físico del cuerpo se complementan con otros tres que atienden principalmente a la parte espiritual de la persona: conocimiento del lugar al que llegan, conocimiento de personas que habitan ese lugar y reflexión o encuentro consigo mismo en un ámbito de tranquilidad y silencio.
El peregrinaje, el Camino, es una ocasión para encontrarse con uno mismo. Puede servir también para superar retos, o miedos, para cumplir una promesa, para afrontar un futuro que se ve dificultoso o para pasar una página del pasado que resultó dolorosa.
¿Qué función tiene un albergue en todo este proceso? Está claro que debe atender en primer lugar a las tres necesidades físicas que se le plantean al peregrino: aseo, alimentación y descanso.
Pero ¿cómo cubrir las necesidades espirituales de cada peregrino? Ese es el trabajo que se ha propuesto ahora nuestra asociación: introducir unos detalles que colaboren en el enriquecimiento no material del peregrino: información, conocimiento y reflexión.
Esos detalles son los que confieren al Albergue Parroquial Betania su seña de identidad y lo convierte realmente atractivo para el peregrino.
Unas instalaciones limpias y prácticas, como la pila de lavar la ropa en cada servicio, el agua caliente, los botiquines equipados, las duchas, la cocina completamente equipada, ...
Pero hay otros detalles que lo convierten en algo más humano y acogedor: el rincón del peregrino, la pequeña biblioteca, el buzón de sugerencias, la cartelería en varios idiomas, los distintos espacios de estar y la información al peregrino sobre el municipio, sobre la atención sanitaria y sobre la atención espiritual.
A cambio sólo se le pide al peregrino respeto, cuidado y limpieza. Y hasta ahora todos han cumplido sus tareas admirablemente.
Muchas gracias y bienvenidos a Cadalso, peregrinos.
Fotos y texto: Javier Perals.
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