VALLE DE IRUELAS. SENDA LANCHA DE LAS VÍBORAS.
El sábado 14 de noviembre, tal como estaba previsto en nuestro programa de actividades, y acompañados por un tiempo soleado y apacible, se realizaron dos sendas y la visita al centro de Interpretación del Valle de Iruelas.
En esta entrada nos hacemos eco de la primera de las sendas, la que ascendía a la Lancha de las Víboras, donde hay un mirador observatorio de aves. Antes de iniciar la senda hicimos las fotos de rigor.
El recorrido es corto, de algo menos de cuatro kilómetros, aunque el primer tercio del itinerario es de continua subida por un sendero que zigzaguea continuamente.
A este tipo de caminos, en el valle del Duero, y que conducen hasta el río, se les llama arribes.
El sendero está muy bien señalizado y es difícil que alguien se pierda, pero debido a lo pronunciado del terreno hicimos pequeñas paradas para no alejarnos demasiado de los que traían menor ritmo.
El retrato de José Cortés |
En esta ocasión me tocó a mí hacer de guía y agradezco mucho la especial colaboración de Richard, de Ángel "Canillo" y de Jose María.
Aunque es justo admitir que en esta ocasión no se nos desmadró nadie yendo por libre y que todos juntos disfrutamos del paseo. Claro que, algunos, me acusaron de soborno y de chantaje, pues invitaba a cervezas y refrescos que quedaron en la furgoneta, a todos los que vinieran detrás de mí.
En el recorrido tuvimos ocasión de contemplar hermosos paisajes del valle y del embalse del Burguillo, y de disfrutar con los cambios de vegetación que se producían a medida que íbamos completando nuestro ascenso.
Nueva foto colectiva en la Lancha de las Víboras, donde se instaló el observatorio de ave, desde donde, además de buitres, algunos contemplaron ardillas.
Dejando atrás el mirador seguimos ascendiendo aún durante un rato, pues el premio a ese esfuerzo estaba en el descenso por una preciosa zona boscosa.
Vimos algunos de los grandes ejemplares de pinos catalogados en la provincia de Ávila, como el situado junto a la fuente de Mahudillo.
Contemplamos también numerosos pinos colonizados por el muérdago, una planta parásita que solo se desarrolla sobre las ramas de algunos árboles, y un nido de brujas, que es una enfermedad de algunas ramas del pino que provoca una producción excesiva de acículas, por lo que se amontonan en forma de bolas de gran tamaño.
En el descenso por las agradables veredas disfrutamos también con algunas formaciones rocosas, algunas de tamaño colosal y otras que parecían arcos tallados de un ligero puente.
Completado el descenso entre canchales, helechos, musgos y setas de numerosas variedades, entre las que destacamos el tamaño de un hermoso níscalo, compartimos los prometidos refrescos en el aparcamiento de la zona recreativa "Siempre Verde", justo enfrente del camping.
Posteriormente, y tras unirse al grupo tres personas más, realizamos la Senda Botánica, de poco más de un kilómetro y medio entre ida y vuelta. Pero esta senda y la posterior visita al centro de interpretación, queda pendiente para otro día.
Fotos: Raquel López Moreno, Richard Pickers y Javier Perals.
Texto: Javier Perals.
Me alegro de que lo pasárais bien, muy chulas las fotos y los participantes, aunque echo de menos los "güitres amarrones".
ResponderEliminarUn abrazo
Pedro ZC
Hola Pedro, cuando he leído tu comentario me he dado cuenta que no había puesto la foto del "güitre", aunque más que amarrón me parecía anegro. Ya está incluída
ResponderEliminarUn abrazo.
Javier.