RELATO FINALISTA DEL PRIMER CONCURSO LITERARIO DE RELATO CORTO
ORGANIZADO POR LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO EN
CADALSO DE LOS VIDRIOS.
Tomando
la palabra como era costumbre, Amanda alzó la mano sobre la hoguera; animando a
sus dos saciados amigos a seguir sus pasos.
Mirándose sucesivamente unos a otros, no retiraron sus manos hasta
repetir la promesa al unísono: “Siempre estaremos juntos”. Segundos después de
aquello, una corriente fría apagó las últimas llamas de la lumbre y levantó las
cenizas entre las alas de los autillos.
Valdestillas,
Simancas, Ciguñuela, Medina de Rioseco…cada pueblo atravesado los situaba más
cerca de Sahagún y el camino francés. Una
nueva parada en Berrueces, fue fuente de alegría en los paisanos; pues idearon
que no estaban de paso y la localidad aumentaría el centenar de habitantes.
Visitando
la iglesia de San Pedro recordaron las tres veces que el discípulo negó a Jesús
antes de que cantara el gallo. ¿No habían hecho acaso ellos tres los mismo al
no cuidar su amistad? El viaje estaba
suponiendo un manantial de descubrimiento, una verdad tras otra, difíciles de asumir entre lágrimas.
Con
barbacoa pero sin lumbre, prometerían
continuar juntos no solo hasta Santiago para agradecer al santo, sino hasta el
final de sus caminos. El menor con la ayuda de una servilleta y una pluma anotó
sus nombres ordenadamente en el papel. AMANDA, ISMAEL, TADEO…comprendiendo que la unión de sus
nombres era una señal. Juntos todos ellos daban un sentido a su existencia y al
verdadero significado de AMISTAD.
ORGANIZADO POR LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO EN
CADALSO DE LOS VIDRIOS.
Hasta el final del Camino Gabriel Gallego Narbón
Diez
calendarios han sido reciclados desde entonces; habiendo tachado no solo los
días de primavera, sino aquellos sueños sin cumplir. ¿Ismael, Tadeo? Una
familia desestructurada, un empleo sin vocación, y una cama fría por las noches
eran motivos suficientes para haber olvidado a sus amigos de juventud.
Atravesando
el solar en dirección a casa, la neurosis del trabajo pasó a un segundo plano. Las
farolas ubicadas en los laterales, apagándose ordenadamente en una corriente
fría, dejaron sumida a Amanda en la más profunda oscuridad. Siguiendo el mismo patrón,
sustituyeron sus bombillas por una llama incandescente y creciente al avance de
sus pasos.
Cruzando
el portal, apoyado en la contraventana exterior, un autillo sostenía un folleto
calcinado donde se leía con dificultad… “Santiago, ¿Te lo vas a perder”? El
fuego, las cenizas, la brisa fría, el pájaro…todos los recuerdos de aquella
noche asaltaron su mente.
Amanda,
católica de etiqueta, consideró todo aquello una intercesión del apóstol para
encontrar a sus viejos amigos. Mochila a cuestas y bastón en mano, renunciaría
a todo, pues a veces es necesario derribar las bases de nuestra vida y edificar
nuevos cimientos. ¿Enero? Quizás si
fuera el mes de los comienzos.
Saco
de dormir, cantimplora, zapatillas de senderismo, gorra con visera y gorro,
linterna, funda de almohada y credenciales. Todo estaba listo para iniciar el
camino de 292Km hasta Sahagún, donde el
camino francés continuaría hasta la ciudad del apóstol. Caminando hasta Tres Cantos el primer día,
terminaría el trazado madrileño en diez días, concluyendo desde Santervás de
Campos a la localidad leonesa.
Los
dos primeros días trascurrieron sin complicaciones salvo el cansancio de pies fruto
de una crónica anunciada. La Comunidad de Madrid ya quedaba atrás, y con ella
la hospitalidad de la capital en el alojo a los peregrinos. El Puerto de la
Fuenfría daba por finalizado el avance en la provincia, restando 8 kilómetros
para honrar a San Frutos y a la Virgen de la Fuencisla en Segovia.
La noche cerrada indicaba que lo más propicio sería
descansar, pues la única linterna de equipaje había cesado su servicio en el
momento de mayor necesidad. Desafortunadamente, no existía más recurso que la
Estrella Polar y continuar la travesía a
ciegas. Siendo el puerto de montaña un emplazamiento aislado y rodeado de fauna
salvaje, la opción más segura entre dos insensateces era proseguir la marcha.
Un
haz de luz desde el horizonte se acercó brincando hasta sus pies. En un último
movimiento, enfocó a unos brillantes ojos verdes que jamás podría olvidar. ¡Los
de su amigo Ismael perdido en la montaña! Tras un profundo abrazo alargaron la
marcha hasta la ciudad del acueducto,
donde encontraron reposo y calor en sus palabras. El paso del tiempo, la
madurez obligada, los anhelos frustrados...la vida hostigadora arrastraba en
sus corrientes a ambos a la deriva.
Descansados
y con las provisiones necesarias, continuaron unidos su viaje a través de los
distintos pueblos; prometiendo no superar la cifra diaria de 30 kilómetros para
evitar lesiones. Valseca, Añe, Coca, Villeguillo…pueblos mayores y menores;
como las etapas de una amistad. El avance por tierras segovianas fortaleció los
lazos, estando ambos satisfechos de llamarse mejores amigos antes de haber
alcanzado tierras pucelanas.
Alcanzado
Alcazarén, ambos amigos decidieron acampar en la iglesia de San Pedro a pasar
la noche. Entre conversaciones perennes y las fuerzas ya caducas, pidieron a
Santiago apóstol y a la Virgen de la Vega encontrar a Tadeo, el más pequeño y
débil del grupo; el hermano menor que la vida no los dio, pero el destino los
concedió.
Iglesia de San Pedro de Alcazarén. Foto Arteguías. |
Berrueces |
Tras repetidas contracturas y con las suelas desgastadas, alcanzaron
Sahagún; punto de encuentro con el camino francés. Menudo y con unos enormes
ojos castaños, un camarero depositaría las brochetas frente a Amanda e Ismael. Aquello
hubiera sido posible sino permaneciera paralizado ante las miradas familiares
de sus amigos, quienes terminaron fundiéndose
en un interminable abrazo.
Foto aérea de la iglesia de San Tirso en Sahagún (León). Foto Artehistoria. |
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGracias por el escrito, me hace recordar cuando hice el Camino.
ResponderEliminarÁngel Sánchez
De nada, me alegro que te guste 😁
ResponderEliminarHola Gabriel, perdona que no te informara de la publicación de tu relato. Espero que las imágenes insertadas en el texto sean de tu agrado. Muchas gracias por tu participación y por tu relato.
ResponderEliminarJavier.
Si, ha quedado muy bien ¡Gracias!
ResponderEliminar