CADAHALSO, LIBRO DE ÁNGEL "CANILLO" (2ª entrega).
Historia:
Los primitivos pobladores fueron celtíberos, siendo tal vez un vestigio de estas tribus los toros ibéricos de la Venta de Guisando, que están a seis Km. del pueblo. Carpetanos y oretanos poblaban la meseta, y serían de estas ramas los primeros habitantes.
Plinio indicó que en la época de los romanos ya se fabricaba vidrio en el pueblo. A su vez, los romanos también construyeron un castillo, que fue restaurado por el visigodo Recaredo. Al implantar Recaredo la corte en Toledo (año 554) se empieza a conocer unas ventas situadas en este término, junto a una ermita erigida en honor de Santa Ana, dándole su segundo nombre Ventas de Santa Ana.
Al dominio visigodo siguió el árabe; en el pueblo se construye una muralla árabe, de unos 8 metros de altura y 2 de espesor. Esta muralla protegió una población de árabes, judíos y mozárabes y dio a la villa el nombre de Cadalso, convirtiendo al pueblo en una avanzadilla o castillo de aviso antes de Escalona, la cual junto a la fortaleza de Maqueda y el Alamín realizaba la defensa de Toledo por el Norte.
Alfonso VI entró en Cadalso en 1082, reconquistándolo sin armas, pues los mozárabes cadalseños, descendientes de cristianos viejos, le abrieron las puertas entregándole las llaves, por lo que el rey le concedió los títulos de “Villa muy noble y muy leal”.
“D. Álvaro de Luna, valido del rey Juan II, por un privilegio concedido por dicho rey, se construyó un palacio en el señorío de Cadalso” Este señorío tenía su fortaleza en Escalona.
Cadalso, durante toda su historia, ha sido lugar de paso de Ávila a Toledo y viceversa. Los viajeros al pasar han dejado su huella en este lugar: carácter, pensamiento, habla y costumbres, que nosotros vamos transformando según vivimos.
Situación:
Desde la estratégica situación en sitio elevado como su nombre indica, se divisa gran parte de la provincia de Toledo, a la cual pertenecía en el pasado. Dista de Ávila 64 Km., de Madrid 75 Km., accediendo por la M-507 desde Navalcarnero (N-V) ó por la M-501 (desde Pelayos de la Presa), y de Toledo 71 Km.
Presenta en todas direcciones hermosos y variados panoramas. El clima es fresco en verano y no muy frío en invierno. El aire es balsámico. En primavera hay abundancia de aguas finas y frescas. El arroyo mayor que cruza el término es el Tórtolas, y la acción erosiva ha creado un amplio valle de bellísima contemplación.
Hay bosque de coníferas y matorral o monte bajo, cepas y pinos, y había buenas huertas que se regaban con el agua de la "pesquera", que era donde los chiquillos aprendían a nadar. Ésta estaba aguas abajo del puente, la cola de agua se adentraba en el Prado Comunal, donde las antiguas cadalseñas lavaban la ropa, que subían al pueblo en cobanillos de mimbre andando o en caballerías, después de haberla soleado bien.
Junto al arroyo abundaban los frutales y mimbreras. ¡Qué buenos cestos, serones y cestas se realizaban para la vendimia!, dando cosechas de calidad todo lo que se plantaba en los huertos cercanos: judías, patatas, tomates, garbanzos, etc.
El arroyo de Tórtolas nace en las proximidades de la Peña de Cenicientos (1252 m). Esta es una masa de granito de gran interés geológico. Está cubierta en gran parte de vegetación que incluye alguna especie poco habitual, como el acebo. Las aguas del arroyo
de Tórtolas van a pasar al río Alberche.
Mucho se ha hablado y escrito de este maravilloso paisaje, sano y alegre, en donde los llanos de Toledo algunos días se parecen al mar. El descanso y sosiego que brinda la contemplación desde este balcón se convierten en nuevos bríos de espiritualidad.
El mapa se ha sacado y modificado del programa de fiestas de 1995. Dibujo ermita J. Perals
Fotos: Richard Pickers, Javier Perals y algunas páginas web
Texto: Ángel Sánchez Moreno "Canillo"
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