PASEO POR TOLEDO

PASEO POR TOLEDO

     Aprovechando que terminamos pronto la reunión en la Diputación Provincial de Toledo, y que ese día ni Ángel ni yo teníamos otros compromisos, decidimos dar un paseo por Toledo, visitar el museo de Santa Cruz, pues Ángel quería entregar al director un ejemplar de su libro del vidrio y quedarnos a comer en esta preciosa ciudad.

     Desde la propia sede de la Diputación provincial fuimos paseando por las angostas calles toledanas, contemplando la monumentalidad de esta ciudad y sus bellos rincones.

     En nuestro recorrido pasamos junto al Monasterio de Santiago Apóstol, donde las madres Comendadoras de Santiago han abierto una pequeña tienda donde venden sus dulces. Aprovechamos para comprar unas magdalenas y unas rosquillas.

     Seguimos nuestro paseo dejando a nuestra izquierda la mezquita del Cristo de la Luz, de la que existe una escalofriante leyenda que os contaré en otra ocasión. Pasamos por la calle Alfileritos, donde hay un rincón con una pequeña vitrina dedicada a la Virgen Dolorosa, y allí se le echan, por dos pequeños orificios practicados en la madera, alfileres e imperdibles. Con ellos se pide salud y suerte, aunque cuenta la tradición que los alfileres eran para buscar novio y los imperdibles para no perderlo.

Foto tomada de abcblogs.abc.es

     Enseguida llegamos a la Plaza de Zocodover. A veces pienso que es sólo media plaza: con forma romboide, los dos lados más cortos tienen pórticos castellanos y los dos lados largos los ocupan la calle del Comercio y la Cuesta de Carlos V. En esta calle se encuentra la Delegación del Gobierno, un enorme edificio también porticado pero alejado de la arquitectura popular. A través del arco central y tras bajar una escalera, llegamos al Museo de Santa Cruz.

     Cuando Ángel pregunta por su director le dicen que se ha jubilado hace ya unos meses y decide dejar su libro para la biblioteca del museo.

     Aprovechamos para ver dos exposiciones una dedicada a Toledo en la España de los Austrias, en la planta baja del museo; y otra dedicada a pueblos y culturas africanas, en salas dispuestas en torno al claustro.

Relicario de Santa Teresa de Jesús, anónimo del siglo XVII en madera dorada, estofada y policromada.

Cartel y talla a la entrada de la exposición "Libros de madera, Historias de África"

     Al salir de allí nos fuimos a comer en un restaurante económico y discreto situado en la calle Hombre de Palo muy famosa por las leyendas que se cuentan de un autómata de madera, que recorria la calle pidiendo limosna, cuando al parecer se trataba de una figura estática provista de una hucha.

     Tras una buena comida y un servicio excelente volvimos paseando hasta la plaza de Zocodover, desde aquí y aprovechando el día soleado (en Cadalso llovía) bajamos hacia la puerta Bisagra haciendo algunas fotos más de la ciudad. 

Puerta del Sol

     Dejando atrás las murallas y las puertas de Toledo fuimos junto al parque de La Vega, también llamado paseo de Merchán, para llegar hasta el Hospital de Tavera, pues Ángel quería ver a alguien del "archivo". Nos dijeron que estaba cerrado y aprovechamos para ver la iglesia, la botica y el museo.

Puerta Nueva de Bisagra, cuyo significado es "vista a la Sagra", zona del norte de Toledo.

Vista del Arrabal y la muralla, al fondo destaca la cúpula del Hospital de Tavera

Hospital de Tavera

      En esta botica hay numerosos objetos de vidrio que por su hechura bien podrían ser de los hornos de vidrio de Cadalso. Pero también este tema queda para otra futura entrada. Antes de despedirnos les di a las dos ujieres o guías unas tarjetas de la asociación de Cadalso. Al oír lo de Cadalso una de ellas salió al encuentro de Ángel y le dijo que le recordaba y que también se acordaba de su señora. En su trabajo de investigación había estado allí hace cinco o seis años.

Botica del Hospital de Tavera, donde se cree hay numerosos objetos en vidrio de los hornos de Cadahalso.

     Al salir del Hospital de Tavera nos fuimos por el circo romano a recoger la furgoneta y acompañé a Ángel hasta la preciosa estación de ferrocarril, de estilo neomudejar, donde tras hacer unas fotos nos despedimos. Ángel volvió a Madrid en el Ave y yo regresé a Cadalso en mi furgoneta.

Ruinas del Circo Romano, en la zona de La Vega

Interior de la estación de ferrocarril de Toledo, de estilo Neomudéjar.

     Un hermoso día, aunque lloviera en Cadalso cuando llegué.

Javier Perals.