MARCHA POR SANTA MARÍA DEL TIÉTAR

ITINERARIO POR LA RUTA DE LOS MOLINOS, PRESA DEL PAJARERO, CASTAÑAR DE CASILLAS, LAS ZAHÚRDAS, LAGO COLINAR Y LA PRESA VIEJA. 

SANTA MARÍA DEL TIÉTAR. (ÁVILA)

     Con una asistencia como nunca habíamos tenido, 72 personas de Escalona y de Cadalso, en realidad procedentes también de otras localidades como Madrid, Leganés, Navalcarnero, Móstoles, Novés, Méntrida y Toledo.

     Estas personas acudieron a Santa María convocadas por las Asociaciones de Escalona y Cadalso de los Vidrios ante una actividad Organizada y patrocinada por el Ayuntamiento de Santa María del Tiétar, que se hizo cargo de los honorarios del guía Paco Rosa.

     A este grupo se le sumaron más personas del propio municipio, como varios concejales y concejalas, algunas con sus hijos y que además nos obsequiaron con unos dulces.

     Pasaban ya las nueve de la mañana cuando los fotógrafos nos hacían las primeras fotos de grupo, ante el Ayuntamiento de Santa María, momentos antes de iniciar nuestro ascenso por la Ruta de los Molinos.

     Con el ánimo de informarnos y atendernos Paco Rosa nos explicaba la cantidad de molinos que había ya a principios del siglo XIX, cómo la abundancia de agua permitía que el agua que salía de un molino accionara las aspas y las piedras del molino siguiente, y otras curiosidades de estas construcciones de las que aún se conservan restos de siete de ellas.

     Conociendo el carácter andarín de la mayor parte de los participantes le animé a que iniciara pronto el ascenso hacia la presa y que aprovechara momentos de descanso o recuperación para exponernos sus explicaciones. Creo que los participantes han quedado bastante contentos con su actuación.

     El camino iba ascendiendo hacia la presa del Pajarero (Pajarero es el nombre del arroyo, del barranco y de la presa) y nos permitía disfrutar del paisaje que se encontraba ante nosotros.

     No sé qué tiene el agua, posiblemente su tendencia a conservar la horizontalidad, que transmite al que la contempla sensaciones de paz y tranquilidad. Las lluvias de anteriores semanas habían hecho crecer el agua hasta la línea de aliviadero, aunque la verdad es que esta zona siempre tiene bastante agua de una forma constante.

    Desde aquí, por el lado izquierdo de la presa continuamos ascendiendo, unas veces más cerca del arroyo otras veces por medio del bosque, contemplando los saltos de agua del arroyo y alguno de los molinos abandonados.

     Cruzamos el arroyo y por una estrecha y tortuosa vereda ascendimos hasta situarnos en la base del castañar de Casillas, a los mismos pies del núcleo urbano, donde en un descanso unos aprovecharon para recuperar fuerza y otros para hacer fotos al resto del grupo.

 

     Decidimos no continuar el ascenso hasta Casillas y volvernos a ver las Zahúrdas, que había despertado gran interés entre muchos de los participantes. En el camino de descenso pude contar 89 senderistas. En el camino que trae del pueblo, antes de iniciar el ascenso hacia las zahúrdas, fuimos obsequiados con unos dulces (cortadillos y perrunillas) que nos dieron nuevos bríos para continuar la marcha

     Nueva parada en las Zahúrdas, para contemplar su estructura arquitectónica y los usos que se le han dado a lo largo de los tiempos. El día ha amanecido soleado y a pesar de que el pronostico daba bajas temperaturas muchos de los participantes teníamos calor.

     Desde aquí, casi de uno en uno, atravesando una viña, llegamos a un punto en que aparecía bajo nosotros el Lago Colinar, un vaciado que se hizo sobre un terreno muy cercano a la vieja presa de Santa María, para aumentar la capacidad de almacenamiento de agua. La presa también es denominada como Colinar.

     Tras un tortuoso y complicado descenso alcanzamos el camino del Canto Reventao por el que llegamos plácidamente hasta Santa María. Aunque la intención era hacernos todos una foto en la puerta de la iglesia el cansancio y la sed de los participantes favoreció una rápida dispersión del grupo por los distintos bares y cafeterías del pueblo.

     Hacia las dos y media bajamos a la carretera, al restaurante Casa Fermín, donde nos habían preparado una planta para nosotros solos y donde nos ofrecieron un rico menú compuesto por entrantes (yo destacaría los espárragos trigueros tiernísimos), un segundo plato según petición previa (aunque algunos no recordaban lo que habían pedido), postre también a elección previa (otro tanto de lo mismo) acompañado de pan, agua, vino, gaseosa y café.

     Ya en el restaurante vino a despedirse de nosotros nuestro guía Paco Rosa y le obsequiamos con un agradecido aplauso. Me gustaría destacar el buen clima y ambiente que se producen en estas actividades compartidas entre personas de Escalona y Cadalso, de tal forma que algunas plantean ya el "Hermanamiento entre las Asociaciones de Escalona y Cadalso de los Vidrios". Nosotros siempre lo hemos sentido así.

Gracias a todos.

Fotos: Raquel Moreno López, Richard Pickers, Julian Carlos Menéndez y Javier Perals.

Texto: Javier Perals.