RUTA POR EL VALLE DE LOS INFIERNOS, VALLE DEL JERTE.
El sábado 18 de mayo, organizada por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Cadalso de los Vidrios, realizamos una marcha por la red de senderos del Valle del Jerte para acercarnos desde la localidad de Jerte hasta el lugar conocido como "Los Pilones".
Para ir hasta allí quedamos a las siete de la mañana en la gasolinera de Cadalso yendo por Ávila, Piedrahita, El Barco de Ávila y por el temido puerto de Tornavacas. La profesionalidad de David y el buen conocimiento de la zona hizo posible un viaje seguro.
Al llegar a la localidad cacereña de Jerte un pequeño desayuno, paseo por la plaza, foto colectiva en el puente e inicio de la marcha con destino al valle de las Infiernos. Los habitantes muy cercanos y cordiales.
Dos leyendas sobre el origen de la denominación de este valle, que más tarde comprobaremos que nada tiene que ver con los infiernos. La primera se refiere a los viajes de Carlos I, afectado por "la gota" que era llevado por porteadores en un catre. Las dificultades del terreno hacían que el avance fuera lento y penoso y que el emperador sintiera tremendos dolores. Aquello le hizo exclamar "esto es un infierno" y el valle se quedó con ese nombre.
Otra versión cuenta que cuando el río va crecido es capaz de arrastrar grandes cantos que golpean sobre las paredes rocosas produciendo un ruido parecido al de enormes y ruidosos tambores; como el ruido no viene de tambores reales los lugareños creían que aquel ruido ensordecedor provenía de los propios infiernos.
Al principio el camino es amplio, discurre cerca del río y vemos numerosos cerezos cuyo fruto está llegando a su grado optimo de madurez.
Varios habitantes se acercan a nuestro paso, algunos quieren hacerse fotos con nosotros, el guardián de los cerezos prefiere guardar las distancias.
Tras pasar por el centro de interpretación, que está en obras, iniciamos un sendero ascendente por una zona arbolada de gran belleza. Algunos nos rezagamos en el ascenso pero a la vez vamos disfrutando los paisajes.
Al llegar a la parte alta el sendero se une a un camino amplio empedrado como una antigua calzada romana.
Una cosa que nos llama la atención es la cuidada y abundante señalización de itinerarios y senderos, desde amplios mapas que ubican los senderos en diversas comunidades autónomas a las señales sencillas que indican el recorrido, la distancia y el tiempo previsto para recorrerlo. Todo un ejemplo de cómo valorar el entorno natural.
En un recodo del arroyo podemos ver parte del curioso paisaje que se presenta ante nuestros ojos y un puente de madera que nos permite acceder al otro lado para poder llegar hasta los Pilones.
Todos hacemos fotos de las pozas labradas en el río por la fuerza de la erosión del agua, incrementada con la arena en suspensión que arrastra cuando el arroyo va crecido. Si habiendo llovido poco lleva esta cantidad de agua cómo sera cuando llueva abundantemente.
En ese lento labrar la roca, la naturaleza se muestra caprichosa y nos enseña un trébol perfectamente definido por tres pozas.
Entre aquellas cascadas y las pozas labradas por el agua hacemos un alto para recuperar fuerzas y compartir unos frutos secos y unos dulces.
Después iniciamos el regreso a la localidad de Jerte donde nos esperan a comer. El camino será amplio en todo el recorrido, cementado en algunos tramos, empedrado en otros, pero con una vegetación que nos ofrece hermosas instantáneas.
Cuando los cerezos empiezan a hacerse visibles de nuevo se amplían los horizontes y podemos ver hermosas vistas del municipio de Jerte y de su valle.
Llegamos a la localidad y algunos se lanzan a buscar cerezas para comprar.
Poco a poco nos vamos concentrando en la Hospedería Valle del Jerte, un hotel de cuatro estrellas construido sobre un antiguo molino de aceite y que forma parte de la red de Hospederías de la Junta de Extremadura, algo así como los Paradores del Estado.
La comida muy buena y bien presentada, aunque a algunos la ración les pareció corta. Para mí la musaca, el secreto y las serraduras constituyeron un rico y abundante almuerzo y por un precio más que accesible. El trato del personal exquisito, sintiéndonos muy bien acogidos y muy bien informados.
Fotos: Eugenio Baquera, Raquel López Moreno, Richard Pickers y Javier Perals.
Texto: Javier Perals.
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