Es sábado dieciséis de enero, vísperas de San Antón, y como de costumbre, en la parte alta de San Antón, este año en la explanada que ocupaba el olivar, se encienden las "luminarias".
La gente se junta por grupos en torno a una hoguera o "luminaria" para protegerse del frío y para preparar unas viandas a la parrilla que luego compartirán entre ellos y entre cualquiera que se acerque al grupo.
Hay un ambiente de alegría, amistad y cordialidad que no echa abajo ni siquiera el frío viento que hace hoy, y que agita las llamas y levanta el humo.
Este año hemos ido a verlas Agustina y yo, acompañados del perro, y uno a uno vamos visitando los distintos grupos.
Reconozco a alguna de las muchachas que fueron mis alumnas, aunque luego al ver las fotos reconozco a alguna más.
En todos los grupos nos invitan, aunque algunos aún no tienen listas las parrillas, pero también nos invitan a volver y cenar con ellos.
Después de cenar se juntarán todos junto a una gran hoguera, para lo cual tienen preparado un buen montón de leña.
Compruebo con alegría que los montones son de leña cogida en el monte, sin muebles ni maderas viejas. Esto tiene dos ventajas: se limpia el monte al retirar parte de la leña que produce y no se queman maderas barnizadas o con productos químicos que son liberados al aire contaminándolo.
En todos los grupos somos bien recibidos y se palpa ese ambiente de compañerismo y alegría como si todos aspirasen al premio de la "simpatía".
Dejamos la zona del olivar y casi cuando llegamos a la calle de Luis María de Borbón otra luminaria con mucha gente conocida y en la que nos invitan a una rica sangría preparada por Paloma.
Tras hacer fotos y anunciar que las voy a poner en el blog, nos vamos para casa pues sentimos el frío cada vez más, revisamos las fotos y aunque sabemos que no son tan buenas como las de Pedro y Richard nos llevamos alguna sorpresa en forma de espectro.
Hemos pasado un buen rato y lo siento por alguno que ha derrochado amabilidad con nosotros, pero este año, el premio a la SIMPATÍA que otorgamos nosotros es para ...
TODOS LOS CADALSEÑOS Y CADALSEÑAS, de nacimiento o de adopción, que compartían su alegría en las Luminarias de San Antón.
Fotos: Mª Agustina Hernández y Javier Perals.
Texto: Javier Perals.
Estas lumbres me recuerdan los viejos tiempos cuando yo tenía 8 y 12 años, donde se hacían lumbres en algunos barrios del pueblo, y esto publiqué en el
ResponderEliminarlibro de Cadahalso, en sucesos y recordatorios de tradiciones y costumbres, Pág. 137
San Antón tiene mucho que ver con el Camino de Santiago y el Camposanto Viejo.
Fiestas de las luminarias
El 16 de Enero se realizaba la luminaria de San Antón, en las calles del pueblo los muchachos nos íbamos a buscar leña, tomillos, ramajos, sarmientos etc. En el Piquillo era donde los cogíamos y los transportábamos a la espalda en haces o en carros de tres ruedas que teníamos para transportarlos, en medio de las plazas y calles anchas hacíamos el montón de leña para hacer la luminarias.
Era costumbre saltar las llamas por los más decididos, y en pleno invierno podíamos pasar un rato mas por la noche en la calle y además calientes, charlando y jugando y cuando ya quedaba el rescoldo las pandillas de diferentes barrios se desplazaban por el pueblo para dar la patada a las ascuas y para que esto no pasara se ponían piedras para que se hicieran daño y no pudieran romperla, se pasaba buenos ratos jugando con el fuego. Bastantes vecinos ponían su lumbre con los trastos viejos que tenían en sus casas o los echaban en la lumbre de los mozos.
Gracias por haber recuperado esta tradición.
Ángel Sánchez (Canillo)
Estas lumbres me recuerdan los viejos tiempos cuando yo tenía 8 y 12 años, donde se hacían lumbres en algunos barrios del pueblo, y esto publiqué en el
ResponderEliminarlibro de Cadahalso, en sucesos y recordatorios de tradiciones y costumbres, Pág. 137
San Antón tiene mucho que ver con el Camino de Santiago y el Camposanto Viejo.
Fiestas de las luminarias
El 16 de Enero se realizaba la luminaria de San Antón, en las calles del pueblo los muchachos nos íbamos a buscar leña, tomillos, ramajos, sarmientos etc. En el Piquillo era donde los cogíamos y los transportábamos a la espalda en haces o en carros de tres ruedas que teníamos para transportarlos, en medio de las plazas y calles anchas hacíamos el montón de leña para hacer la luminarias.
Era costumbre saltar las llamas por los más decididos, y en pleno invierno podíamos pasar un rato mas por la noche en la calle y además calientes, charlando y jugando y cuando ya quedaba el rescoldo las pandillas de diferentes barrios se desplazaban por el pueblo para dar la patada a las ascuas y para que esto no pasara se ponían piedras para que se hicieran daño y no pudieran romperla, se pasaba buenos ratos jugando con el fuego. Bastantes vecinos ponían su lumbre con los trastos viejos que tenían en sus casas o los echaban en la lumbre de los mozos.
Gracias por haber recuperado esta tradición.
Ángel Sánchez (Canillo)
Gracias Ángel, por los datos que nos aportas sobre San Antón. No sé si la costumbre llegó a perderse pues siempre he oído de las luminarias de San Antón, aunque nunca había tenido ocasión de verlas. Y gracias a todos los cadalseños que mantienen la tradición.
ResponderEliminarUn abrazo.
Javier.