El sábado 24 de enero iniciamos el proyecto de hacer todas las etapas entre Toledo y Ávila como celebración de los 500 años del nacimiento de Santa Teresa de Jesús.
A las ocho de la mañana tomábamos el autobús que nos llevaría directamente a Toledo, pues nuestros amigos de Escalona se desplazaban en coches propios de cara a atender a los posibles participantes de Toledo Capital.
El autobús de Fernando nos dejó junto a la oficina de Turismo de Toledo, cerca de la conocida Puerta Bisagra (puerta que mira a la campiña).
Desde allí nos dirigimos a la cercana iglesia de Santiago del Arrabal, donde el cura párroco tuvo la amabilidad de ponernos el primer sello de la credencial que llevaremos hasta Ávila, y quien sabe si hasta más lejos. También impartió la bendición a los peregrinos.
Tras hacernos las correspondientes fotos de inicio de etapa, atravesamos el barrio del Arrabal para dejar el recinto amurallado por la Puerta de Alfonso VI o "Puerta de Bisagra antigua"
Conducidos por Julián, presidente de la AACSTE, la asociación de Escalona, recorrimos varias calles de Toledo para dirigirnos a la antigua carretera de Ávila, que no hace mucho fue desdoblada aunque en gran parte por un trazado nuevo.
Atravesamos el parque donde se encuentran las antiguas ruinas del Circo Romano, y junto al río Tajo, donde aún se conservan antiguos molinos harineros y sus correspondientes pesqueras o represas, así como ante el observatorio meteorológico de Toledo.
Preciosa imagen en espejo de nuestro compañero Richard |
La mañana estaba fría, alguien me dijo que un grado, pero con el sol a nuestra espalda y la ausencia de viento, no sentíamos esa sensación con rigor, aunque la naturaleza, de vez en cuando, se encargaba de recordárnoslo.
Aunque a pleno sol, el charco estaba helado y alguna piedra que lanzó alguno de los participantes en la etapa, atravesó el charco hasta llegar al otro lado. |
Dibujos en el hielo, en un pequeño charco en el surco de una rueda. |
Excrecencias de hielo en una planta y en el bordillo de la acera |
Desde aquí iniciamos el ascenso de la cota más alta del camino, dejando atrás Toledo definitivamente y encarándonos con el valle del río Guadarrama.
Toledo en la bruma. |
Gredos en el horizonte |
Al llegar al punto más alto del recorrido se hacía visible, a pesar de la neblina o la bruma de la fría mañana, los picos nevados de la cordillera de Gredos en su lado occidental. También veíamos, como si estuviera allí cerca, el pueblo de Villamiel de Toledo, y más lejos, entre bruma y desfigurado en azul, un cerro solitario en el que yo creí ver la Peña de Cadalso.
Tras pasar el puente sobre el río Guadarrama y unas antiguas posadas, ya abandonadas por el desarrollo de las comunicaciones y los medios de transporte, hicimos un alto para reponer fuerzas, lo que nos permitió compartir solidariamente chorizo, frutos secos, chocolate con almendras y vino.
Con pan y vino se hace el camino. Pero sin pasarse.
Nuestro avance continuó para dejar atrás las últimas carreteras que unen Toledo o Bargas con Maqueda y dirigirnos ya hacia Villamiel, que parecía querer jugar al escondite con nosotros ocultándose tras algunas lomas forradas de olivos y cultivos de regadío y de secano.
Tomamos nuestras precauciones para atravesar la única vía del tren que encontramos en el camino, junto a la cual, a lo lejos, aparecía la silueta de la vieja estación de Villamiel de Toledo.
Cuando llegábamos a la población los primeros peregrinos fueron recibidos por Fernando, alcalde de Villamiel, que se había desplazado un par de kilómetros para darnos la bienvenida.
Ya en Villamiel nos dio la bienvenida a todos, nos entregó una placa de recuerdo de Villamiel, nos selló las credenciales, se hizo una foto con nosotros y nos acompañó hasta uno de los bares de la localidad.
Tras tomar un refresco con aperitivo, o una caña o un vino, volvimos al autobús de Fernando y regresamos a Cadalso. Ya en el autobús, entre cánticos, algunas personas plantearon no realizar la etapa siguiente el 14 de febrero, no por coincidir con San Valentín, sino por coincidir con el sábado de Carnaval. Tras ser consultada la Junta Directiva la siguiente etapa, entre Villamiel y Novés, se realizará el 21 de febrero.
Hasta la próxima.
Texto Javier Perals.
Fotografía: Richard Pickers y Javier Perals.
Una buena etapa, un día esplendido y grandes amigos, se puede pedir más? Ah! y felicitaciones a Fernando, alcalde de Villamiel de Toledo, todo un anfitrión atento al detalle.
ResponderEliminarBuen Camino.
Pedro Zorro Corredero
¡Pues claro que se puede pedir más! Más etapas, más caminos, más compartir conversación y merienda. Nos vemos el 21 de febrero. En Villamiel nos espera Don Albán, cura párroco de Villamiel y Huecas. Gracias Pedro. Javier.
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