COMO UNA ANDANADA.
Hay cosas en la vida que te descolocan y te dejan "hecho polvo" sin que sepas muy bien por qué.
A punto de cumplirse ocho meses del comienzo del incendio que asoló a Cadalso y Cenicientos me doy cuenta que la dejadez y la desidia me han dominado, que me he dejado llevar por la apatía, que apenas tengo ganas de escribir y de compartir sensaciones y sentimientos.
En estos ocho meses apenas 23 entradas en el blog y tan sólo una entrada en la que se menciona el pasado incendio. Es como si quisiéramos apartarlo de nuestra vida, como borrar una mala experiencia o ignorarla como si nunca hubiera sucedido.
Pero sucedió, es un hecho real y muchas de las consecuencias aún están ahí. Todavía vemos paredes negras junto a los caminos, restos de árboles quemados, zonas que estuvieron cubiertas de zarzas casi completamente desnudas ahora, y de vez en cuando un trailer llevando troncos cortados de la zona de la Peña de Cenicientos.
No hubo desgracias personales, aunque algunas familias perdieron vehículos y propiedades e incluso algunos animales. Esto debería ser motivo para unirnos más y afrontar una lucha juntos ante el futuro, ante un futuro que se muestra amenazante y turbador.
Pero incluso en momentos como éstos salen los protagonismos personales y la falta de autocrítica en si se hicieron bien o no las cosas. Y unos se quedan con la sensación de que lo hicieron todo bien y otros de que muchas cosas se pudieron hacer mejor. Unos se quedan con el orgullo de hacer lo que debieron y otros nos quedamos con la impotencia, con las ganas de decir lo que no podemos decir, porque se interpretará que se aprovecha una situación trágica para dar caña a otros.
Así que nos quedaremos con lo bueno, con la marea de solidaridad y apoyo a los bomberos que intervinieron en la extinción de aquel incendio, en su agradecimiento a las poblaciones de Cadalso y de Cenicientos (ver enlace). En la limpieza que hizo el fuego porque no lo hicieron otros. En que la vida sigue y vinieron las fiestas, las Navidades, los Reyes, los Carnavales.
Hay que seguir, y me propongo desenredarme de estas telarañas que me paralizan, que nublan mi mente y no me dejan ser como quiero ser. Es hora de retomar el blog y volver a contar nuestras experiencias y nuestras actividades. Un abrazo y..., a pesar de esta ausencia, gracias por estar ahí.
Fotos y texto: Javier Perals.
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