ELABORACIÓN DE UNA JARRA DE VIDRIO.
La semana pasada os contaba la experiencia que tuvimos Ángel Sánchez y yo con la elaboración de unas piezas de vidrio en el taller que organizó el MAVA (Museo de Arte en Vidrio de Alcorcón) y que tuvo lugar el pasado 10 de noviembre.
La profesora de esa experiencia se llama Alba y nos hizo una demostración elaborando una jarra a partir de una burbuja de vidrio soplado.
Para hacer posible esta demostración son necesarias las siguientes cosas: Un horno (en este caso portátil) capaz de alcanzar temperaturas superiores a los 1.200 grados Centígrados; disponer de bombonas de butano o propano para alimentar el quemador durante muchas horas (el horno puede alcanzar los 1.200 grados después de 8 o 9 horas de haber sido encendido); disponer de un horno de enfriado (creo que era eléctrico); tener un banco de trabajo de vidriero; tener unas herramientas que en realidad son bastante sencillas y poder contar con vidrio para reciclar del mismo tipo, por ejemplo si son botellas de vidrio de agua que sean de la misma marca y color.
Primero hay que calentar dos herramientas: el "ferre" o barra de acero con el que se saca la pella de vidrio y la "caña" con la que también se puede sacar vidrio pero además se puede soplar.
Con la caña se saca una cantidad de vidrio suficiente según el tamaño del objeto que se quiera elaborar, se sopla y rápidamente se tapa la boquilla, para que el aire que queda en la caña, con el calor dilate, lo que provocará que se empiece a formar la burbuja. Seguramente será necesario calentar dos o tres veces más la burbuja de vidrio para seguir soplando y darle el volumen conveniente.
Tras sacar del horno una de las veces la burbuja calentada se podrá suavizar su superficie con un periódico mojado y aplicando con la mano la presión que se estime oportuno para moldear la pieza, siempre haciendo girar de forma constante la caña y el vidrio.
Parece mentira que el vidrio alcance temperaturas tan grandes y no se sienta el calor a través del periódico mojado.
Se le da forma a lo que será la base de la jarra, alba lo hace con la parte trasera de los "hierros", una especie de tijera con forma de pinza.
Cuando tiene el tamaño que se estima conveniente se realiza un cambio de eje, para ello se coge una pequeña masa de vidrio con el ferre (que se había dejado calentando en el horno), se pega este vidrio en la base (el culo) de la jarra y se marca el punto de corte del vidrio que aún permanece sujeto a la caña.
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Preparada con las pinzas para recibir el ferre con vidrio incandescente para el cambio de eje. |
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Alba ayuda a Alberto a pegar el vidrio justo en el centro de la base, para hacer posible luego el trabajo en la boca de la jarra. |
Este corte se hace de forma muy eficaz si se mojan los "hierros" señalando la zona de corte, más fría que el resto por efecto del agua, y con una pequeña sacudida se logra que el vidrio rompa por donde se ha marcado y no por otro sitio.
Se vuelve a calentar la pieza y con la ayuda del "sofietto", una especie de embudo atravesado por un pequeño tubo para soplar, se "ensanchan los hombros" de la jarra, es decir se infla un poco más lo que será la parte alta de la jarra.
Luego, con la ayuda de unas pinzas y la habilidad de quien posee esa maestría, se "abre la boca" de la jarra y se le hace una deformación que será la punta por donde se vierte el agua.
Con otro ferre previamente calentado se coge otra masa de vidrio que será estirado previo al contacto con la jarra, justo en un punto opuesto a donde quedó la punta, y tras pegarlo se corta con la tijera plana y, con las pinzas, se curva para que el otro extremo pegue sobre el lomo de la jarra formando así el asa.
Con ayuda de guantes y unas pinzas especiales se lleva al horno de enfriado y se dejará allí durante veinte horas aproximadamente.
Javier Perals