PATROCINADORES 2023-1

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La Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Cadalso de los Vidrios agradece su colaboración a todos nuestros PATROCINADORES. Muchas Gracias.

PATROCINADORES 2023-2

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MAPA DE METRO DE LOS CAMINOS DE SANTIAGO

MAPA DE METRO DE LOS CAMINOS DE SANTIAGO
FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DEL CAMINO DE SANTIAGO LEVANTE-SURESTE

MAPA FOLLETO

MAPA FOLLETO
MAPA DEL CAMINO DEL SURESTE A SU PASO POR LA PROVINCIA DE MADRID, DESDE ESCALONA A CADALSO Y DE CADALSO HASTA CEBREROS, CON FOTOS DE LUGARES SINGULARES DE TODAS LAS POBLACIONES.

INFORMACIÓN FOLLETO

INFORMACIÓN FOLLETO
CARA DE INFORMACIÓN DEL MAPA DE LAS ETAPAS DEL CAMINO DEL SURESTE A SU PASO POR LA PROVINCIA DE MADRID ENTRE ESCALONA (TOLEDO) Y CEBREROS (ÁVILA) CON INFORMACIÓN DE LOS RECURSOS EN LOS DISTINTOS MUNICIPIOS. ESTE FOLLETO HA SIDO EDITADO POR LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO EN CADALSO DE LOS VIDRIOS CON EL PATROCINIO DE LA CONSEJERÍA DE TURISMO DE LA COMUNIDAD DE MADRID. AGRADECEMOS AL AYUNTAMIENTO DE CADALSO SU COLABORACIÓN.
Mostrando entradas con la etiqueta Vivencias personales. Mostrar todas las entradas
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lunes, 28 de enero de 2019

PASEO POR EL RETIRO

PASEO POR EL RETIRO.
     El sábado pasado fui a Madrid, había quedado con una amiga; ella quería ver unas exposiciones y yo quería verla a ella.

     Tras visitar nada menos que tres exposiciones, ya os contaré de alguna de ellas, decidió que nos íbamos a pasear al Retiro. Yo sólo tuve que decir si. Además la mañana soleada invitaba a pasear.


     Pequeño paseo entre el Thyssen y el Prado, foto a la Real Academia y derechitos al Retiro. Entrada por la puerta de Felipe IV, una puerta de la cerca de Madrid que fue trasladada a este lugar, y allí estaba "El Abuelo" (Ahuehuete), un ciprés en flor que se dice es el árbol más longevo del Retiro.


     Este Abuelo estaba en plena floración y de ahí su colorido. Se encuentra en la plaza del Parterre, entrando a la izquierda. Cruzamos la plaza hasta el monumento a Jacinto Benavente, subimos la rampa y por el paseo de Paraguay hasta la fuente de la Alcachofa.


     Desde aquí se ve el Estanque Grande del Retiro y el monumento a Alfonso XII. Fotos a los dos motivos y el agua llama mi atención. "Agua a tres" titularía esta foto.


     Iniciamos el recorrido por el Paseo de Venezuela pero pronto nos desviamos hacia el Palacio de Velázquez y a continuación hacia el Palacio de Cristal. Mucha gente para entrar y en torno a su estanque. Otra foto para detener ese geisser de agua y seguimos paseando.


     Giramos hacia el Paseo de Fermín Núñez, que es la arteria principal donde se instala la Feria del Libro de Madrid. Cruzamos esta amplia avenida y nos dirigimos hacia la "Casa de Fieras". Otra vez la niñez se te mete de un trompazo en tus recuerdos y quieres ver el foso de los monos.

     Lo que antaño fueron las jaulas de las fieras se ha convertido en la moderna Biblioteca Pública Municipal Eugenio Trías. La bordeamos y salimos del Retiro por la puerta que queda en frente de la calle Alcalde Sáinz de Baranda, con boulebard central.

     Cruzamos la avenida Menéndez Pelayo y nos vamos a La Clueca a tomarnos una tortilla de pulpo. Llegamos en el momento justo porque poco después se puso a tope. Lo mejor la tarta de zanahoria y el servicio de camareras justo antes de verse desbordada por una jauría, educada pero jauría, de jóvenes estudiantes europeos. Aquí me acordé mucho de un amigo.

     Nos despedimos pronto, ella vuelve a Salamanca y yo a buscar mi furgoneta en Cuatro Vientos para volver a Cadalso.
Imágenes aéreas de Google Maps.
Fotos y texto: Javier Perals.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

PENSANDO EN ESCRIBIR

PENSANDO EN ESCRIBIR.
     Hemos hecho la última reunión de la Junta Directiva de la asociación, hemos tenido la última asamblea de socios del año, aunque más bien parecía una asamblea de amigos, hemos hecho la Comida de Hermandad en el restaurante Moncho, hemos hecho informes y repaso de la actividad de la Asociación durante todo el año y aún no he escrito ni una sola entrada en el blog en este mes de diciembre.
     Es verdad que casi todos los días he pensado "tengo que escribir algo". El día uno de diciembre fui a ver la obra realizada por el Grupo de Teatro de la Biblioteca Municipal de Chapinería, donde actuaba mi amigo y nuestro paisano Santiago Castrejón y pensé: "tengo que escribir algo".
     El domingo se me pasó en un vuelo: lavar la ropa, preparar algunas comidas y preparar equipaje pues el lunes por la mañana me iba a Salamanca. Pero por la noche, cansado de las tareas domésticas, ¡qué duro es ser amo de casa! pensé: "tengo que escribir algo".

     Lunes tres me voy para Salamanca y me voy a comer con mi mujer a las caballerizas..., tal vez lo tenía que poner con mayúscula. Nos fuimos a comer a las Caballerizas, un restaurante de la propia Universidad, con poca variedad pero con buen ambiente. Paseo por Salamanca y cine y se me echa la noche encima y pienso: "tengo que escribir algo".

     Martes viaje a Ciudad Rodrigo, a terminar una mudanza interminable y por la noche otra vez cansado pienso que se me ha pasado otro día "sin escribir algo".

     Miércoles tareas diversas y comiditas. Hay que preparar comidas para dos casas y mañana me vuelvo a Cadalso y sigo "sin escribir algo". Jueves viaje y cargar la furgoneta para el cierre de La Solidaridad a Escena. Viernes temprano a San Martín y montaje de decorados, por la tarde la Junta Directiva y preparar la asamblea del día siguiente y llega la noche y me pilla sin fuerzas "para escribir algo".
     Sábado 8 la Inmaculada (antiguamente el día de la madre), pequeña compra, saludar a personas acogidas en Betania,  preparar asamblea, Asamblea de Socios, recoger, comida de Hermandad, pequeña siesta y a San Martín a la clausura de las Jornadas Solidarias de Teatro. Interpretación extraordinaria de Pilar Arias y Marisa Herrera en "El color de agosto". Emociones, despedidas, charlas sobre teatro y otro día más sin "escribir algo".
     Domingo temprano recogida de decorados en San Martín, meterlo todo en la furgoneta y a Cadalso, descargar la furgoneta, pasar por Betania y por la tarde, el síndrome del domingo, una siesta más larga de lo habitual, la espalda que se pega al sofá y para espabilarme paseo grande con mi perro, que el pobre no tiene la culpa de lo perro que me pongo, y se me pasa un día más sin "escribir algo".

     Lunes traslado de muebles a la residencia (en San Martín), paso por Radio 21 para comentar el cierre de La Solidaridad a Escena 2018, hacer la compra, comida, siesta y ensayo. Y el martes 11, día de las montañas según me recuerda el amigo Pedro Alfonso, cierre de informes, recaudación paso por Cope Pinares para hablar de teatro y de Betania y organizar el garaje que casi no se puede ni entrar. A Sotillo en la penúltima tarea de recaudación y cuando vence el día..., por fin..., me pongo a "escribir algo".

Gracias a todos los que ilumináis mis ojos con vuestras fotos. El martes un amanecer precioso y me acordé de vosotros.
Fotos: Manuel Moreno, Jesús Castrejón Castrejón, Santiago Castrejón, Julio Zurdo y Javier Perals.
Texto: Javier Perals.

viernes, 16 de noviembre de 2018

EL COLOR DEL OTOÑO

EL COLOR DEL OTOÑO.
     Dicen que los colores expresan estados de ánimo. También las estaciones del año pueden influir en nuestro estado anímico. Mi mujer prefiere la primavera por el estallido de color. Yo, sin duda, y a pesar de los matices nostálgicos, prefiero el otoño.

     Los colores denominados fríos, todos aquellos que llevan azul entre sus componentes: azul, añil, verdes, lila, ... son colores fríos. Los colores en los que domina el rojo o el amarillo son colores cálidos: rojo, naranja, amarillo, rosa, marrones y ocres.

     La primavera ofrece mil tonalidades de verdes que se juntan al estallido de colores que proporcionan las flores. Pero ya he dicho que el verde es un color frío y en primavera dominan los verdes.

     En otoño los verdes se convierten en amarillos, dorados, rojos, ocres y marrones..., todos colores cálidos.


     No sé si será por esta variedad cromática y lo que en mi estado de ánimo influyen, pero el caso es que adoro el otoño, sin temperaturas elevadas, con lluvias, con días de niebla y con ese espectáculo que la naturaleza nos ofrece.


     En Madrid, en la capital del reino, en esa amalgama de edificios y coches con boina gris, a veces casi negra, puedes acercarte a un parque y disfrutar de los colores del otoño. Árboles plantados en hileras siguiendo el curso de paseos o paralelos a la tapia limítrofe.


     En Cadalso basta con asomarme a la terraza, recorrer la avenida de la Constitución para observar la sierra de Lancharrasa, la carretera de Cenicientos, la carretera del Pilar, la peña Muñana y la Cruz de la Torrecilla.

     Le quedan dos días. Los amarillos se convierten en dorados, los verdes en rojos, los ocres en marrones y dentro de poco los colores caerán yertos al suelo, coloreando temporalmente el gris granítico, el negro asfáltico y el ocre terroso.


     Nuestros ojos guardarán en sus retinas el colorido de este tiempo. Los amigos, a través de redes sociales comparten sus fotos otoñales, y son tantos los estímulos que recibimos a lo largo del día que por la noche, ya cansados, nuestros ojos piden una tregua y en el remanso de los hogares, tal vez a la luz de una lumbre, caerá el telón de nuestros párpados.
Fotos y texto: Javier Perals.

domingo, 21 de octubre de 2018

NUBES

NUBES.
     Me encanta hacer fotos cuando hay nubes, lástima que aún no sepa manejar ningún programa de revelado para resaltar esas nubes.

     Vivir en Cadalso es para mi una elección. Elegí comprar una vieja casa, elegí hacerme una nueva y he elegido vivir aquí. Y no me arrepiento porque vivir aquí me permite un contacto con la Naturaleza que es para mí una necesidad.

     Al levantarme, lo primero que hago es asomarme a la terraza, mirar la Peña Muñana y ver si hay nubes. A veces no me puedo aguantar y bajo corriendo a por la máquina de fotos.

     Desde la terraza de mi casa, desde el parque de los Cuatro Caminos, desde la carretera que viene a Cadalso desde San Martín, casi desde cualquier sitio fotografiar los cielos con nubes y los paisajes de Cadalso es un lujo impagable.



     La Peña Muñana, la Sierra de Lancharrasa, el Cerro de Casillas son tres modelos dispuestos, o dispuestas, siempre a posar para mi objetivo. No necesito pedirles que sonrían, que miren a la cámara o que se echen un poquito más para atrás. Sólo tengo que buscar mi sitio, esperar pacientemente que la nube se mueva hasta cierto punto y disparar.



     Muchas veces la foto no me gusta, pienso cómo podría quedar con un revelado adecuado, busco repetirla de nuevo para ver si logro el efecto deseado y aunque casi nunca lo consigo disfruto sólo con pensar que a lo mejor una de esas fotos vale la pena.

     Estoy frente a frente a una naturaleza que amo, que me responde con cierto desdén recordándome mi soledad, y a la que, sin embargo, sonrío, para ver si la pillo en un momento sensible y saco la foto de mi vida, la foto que querré compartir con todo el mundo, la foto que me sacará de mi aislamiento y me conectará con el resto del mundo, la foto que me permitirá decir y demostrar lo lindo que es Cadalso.

Fotos y texto: Javier Perals.

viernes, 5 de octubre de 2018

PERROS CALLEJEROS

PERROS CALLEJEROS.
     En Salamanca hay un barrio que se caracteriza por la vida cultural que hay en él. Es el Barrio del Oeste. Empezaron cubriendo troncos de los árboles con macramé.

     Es un barrio producto del crecimiento desmesurado y feroz de ciertas épocas, sin equipamientos básicos, sin parques ni jardines, sin apenas sitio para que los niños puedan jugar.

El único monumento del barrio.
Jardineras
     En cambio es un barrio que se ha hecho a sí mismo culturalmente hablando, en torno a la asociación ZOES que dinamiza una gran cantidad de actividades.





     Desde hace unos años, 2010 o 2011, el barrio se va convirtiendo en un museo de arte callejero, como Malasaña en Madrid, y cada vez son más las fachadas, las puertas de garaje y los cierres de las tiendas que se presentan al público como obras artísticas.





     Su núcleo, la Plaza del Oeste, se convierte de cuando en cuando, y de forma permanente, en un lugar de exposición y de encuentro.



     La última exposición que vi, al aire libre, en la propia plaza, era un conjunto de perros de distintas razas realizados en metal. De ahí el título de perros callejeros.




     De entre todos los perros reconocí uno, un perro que por enfermedad había perdido el movimiento en las patas traseras, que alguien recogió y que se molestó en hacerle un soporte con ruedas que le permitiera tener mobilidad. Lo conocimos, mi perro Chico y yo en la Plaza Mayor de Salamanca y ahora estaba allí, en frío metal, en la Plaza del Oeste.


     Barrio del Oeste, que acoges a estudiantes, inmigrantes, bohemios, lunáticos, artistas callejeros y ahora también, por un día, perros callejeros.

Fotos y texto: Javier Perals.