HISTORIA DE UNA IMAGEN o como título presentación:
DONDE SE CUENTA COMO SE CREÓ LA IMAGEN DE SANTIAGO PARA UNA ASOCIACIÓN DE CADALSO.
Hace mucho mucho tiempo, cuando las tinieblas fueron apartadas de la luz y se creó el Universo, y se creó la Tierra, y se creó la Vida ... nos cuenta la Biblia, que Dios hizo un monigote de barro y con un soplo le insufló la vida.
Aunque parezca el principio de un cuento, esta entrada va de muñecos de barro (dicho con el mayor de los respetos) y de creadores.
Cuando los miembros de la asociación nos reunimos surgen muchas ideas e iniciativas que se van quedando en proyectos de futuro: el albergue, la cruz de hierro, la imagen de Santiago en piedra de granito, y otros muchos ...
Pero un buen día, tras una asamblea, salimos corriendo a la inauguración de la primera exposición de Pedro González, la que tenía muchas máscaras, y viendo su trabajo se nos ocurrió plantearle la posibilidad de hacer una figura de Santiago peregrino en cerámica.
Creo que tomó el proyecto con más ánimo que nosotros y se puso manos a la obra. Buscó imágenes de Santiago, trazó sus propios bocetos, tomó un bloque de barro refractario de Chamota y con sus propias manos y los utensilios propios del escultor, modeló no una, sino dos imágenes de Santiago.
Una vez modeladas deben perder algo de la humedad que tienen, aunque sin dejarlas secar, para lo que se guardan envueltas en plástico un día y otro.
Pedro González tiene ya su experiencia y cuando su maestría le decía que estaba en el punto exacto procedió a darles un corte transversal por la mitad, para proceder al vaciado de las dos partes.
Esta operación se hace para evitar que la figura raje al meterla en el horno.
Tras el vaciado se le da una barbotina, que es un barro muy lechoso y que servirá como pegamento de las dos partes. se dispone de un churro de barro en la unión de las dos piezas y se vuelve a modelar.
El proceso de secado al aire libre dura veinte días, tras el cual se meten las piezas en el horno para darles una primera cocción a mil grados de temperatura. Esta primera cocción se llama bizcochada pues el barro aún se mantiene poroso y aún no ha adquirido toda su dureza.
El horno debe perder su temperatura de manera natural antes de proceder a abrirlo, lo que supone un momento de tensión y emoción pues no siempre la figura aguanta y termina rajando.
En el caso de la figura que nos ocupa no se le dio tratamiento alguno tras la primera cocción. Si a la segunda imagen a la que se aplicó polvo de óxido disuelto en agua con un pincel que tras la segunda cocción le dará un color más oscuro.
La segunda cocción ha de llegar a mil doscientos cincuenta (1.250) grados para dar por terminada la pieza y hay que esperar al menos dos días para sacar la pieza del horno.
La pieza está terminada, en este caso son al menos cuatro piezas: la peana o pie con un vástago que se mete en la escultura, la propia imagen, el bastón y la calabaza.
Las dos figuras creadas por Pedro son únicas, no son reproducciones sino piezas originales; aunque a partir de ellas podrían utilizarse como moldes para hacer copias en otros materiales como el bronce.
Y así termina la obra creativa de este artista y así termina este cuento en el que la moraleja que podemos sacar sería algo así como "La creación del hombre a partir de su propia imaginación se hace con trabajo, sudor y lágrimas".
Lo del trabajo y el sudor creo que queda visible en las fotos, lo de las lágrimas lo imagino cuando le vi profundamente emocionado al bendecir Don Carlos la imagen que va a adquirir la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Cadalso de los Vidrios.
Fotos facilitadas por Pedro González.
Texto: Javier Perals.
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