ETAPAS DEL CAMINO VÍA DE LA PLATA. MAIRE DE CASTROPONCE - QUINTANA DEL MARCO.
Domingo dos de Junio, escarmentados de la jornada anterior, que no logramos salir temprano y luego pagamos las consecuencias, este día sí madrugamos, la noche anterior tras la cena llevamos uno de los coches a Quintana del Marco, nuestro final de etapa, para que nos sirva de lanzadera al día siguiente para ir a recoger los coches en el principio de etapa.
Los dueños del Hotelito, en Alija del Infantado, muy agradables y cariñosos, nos habían preparado toda la infraestructura para que nosotros mismos pudiéramos prepararnos el desayuno.
Después cogimos los coches y nos fuimos a Maire de Castroponce, los dejamos de forma que al medio día les diera la sombra y nos hicimos la foto de grupo de rigor.
Me gustaría destacar de nuevo lo bien que están señalizados la mayor parte de los municipios de Zamora y la importante labor que realiza la asociación de Amigos del Camino de Santiago de Zamora.
Tras algunas fotos por la propia localidad de Maire tomamos una carretera de poco tráfico que nos llevaba hacia Alija, ya en la provincia de León.
Los paisajes que se presentaban ante nosotros eran amplios y coloridos y nos ofrecían bellas estampas de los campos de cultivo, de un árbol solitario, de una charca o de los mojones e indicaciones a las orillas del Camino.
A los pocos kilómetros una columna nos despide de la provincia de Zamora y un cartel indicativo nos da la bienvenida a la provincia de León, donde aprovechamos para hacernos otra foto de grupo.
Siguiendo la carretera pronto llegamos al puente de La Vizana, sobre el río Órbigo, ya en el término de Alija del Infantado.
Este puente fue construido en época romana (S. I) con pequeños arcos de medio punto. Destruido una primera vez fue reconstruido en época medieval, manteniendo los pilares y apoyos del antiguo puente, Tras una nueva destrucción fue reconstruido, con arcadas más amplias, en el siglo XVIII y posiblemente también, al menos uno de sus arcos, en el siglo XX.
Sobre el puente nos hacemos una foto de grupo y recordando a Richard levantamos las manos para hacernos varias fotos. Mariate, Richard, os echamos de menos.
Cerca del puente, al otro lado de la carretera, un edificio que fue restaurante y que en la actualidad presenta ventanas y balcones tapiados con ladrillos, señal de un periodo de progreso y desarrollo que se fue, posiblemente, a causa de la despoblación.
Seguimos por la carretera junto a bosques y arroyos y a lo lejos divisamos Alija, el pueblo que nos acogió el día anterior.
Aunque en descenso demográfico, como otros muchos pueblos de Castilla, Alija conserva un gran patrimonio cultural y arquitectónico, como lo demuestran sus placas y sus edificios, y además tiene un modesto refugio de peregrinos.
Mientras la mayor parte de los componentes de la etapa deciden hacer un alto y hacer de nuevo los honores al desayuno del Hotelito, me adelanto para desviarme del camino y subir al teso donde se ha colocado la Cruz del Peregrino, aparentemente muy similar a la que con el Ayuntamiento pusimos en Cadalso de los Vidrios los primeros meses de 2017.
La altura del teso permite unas buenas vistas y el acercarme al monumento me permite apreciar que la columna de piedra está realizado con tres mojones graníticos que se ponían antes en los puntos kilométricos de las carreteras.
La cruz, en chapa gruesa cortada con lasser dispone de un refuerzo en la parte trasera. En la base de la columna algún peregrino ha dejado su ofrenda.
Me incorporo al camino cuando llegan algunos de mis compañeros y nuevamente debemos tomar el lado izquierdo de la carretera, apenas sin arcén, aunque con buena visibilidad.
Más adelante un cruce, desvío a Valcavado, y entre dos puentes sale un camino que los compañeros que van delante, posiblemente distraidos por la conversación, no ven y continúan hasta casi introducirse en el pueblo. Ricardo se da cuenta y avisa y logramos hablar con ellos para que retrocedan y se incorporen al camino.
Apenas iniciado este camino Ángel y Pedro se encuentran con un pescador que está cogiendo cangrejos. Nos cuenta que fue batería con Camilo Sexto y que ha cambiado aquella música por el arrullo del agua del río.
El camino nos ofrece también bellas estampas y además hemos dejado definitivamente el asfalto. Vamos paralelos al río, junto a la vegetación propia de ribera, lo que provoca que en muchos lugares la pelusilla que sueltan chopos y álamos lo cubra todo.
Los campos de cultivos nos permiten apreciar las diferencias entre el trigo y la cebada y ya, cerca, divisamos la localidad donde vamos a finalizar nuestra etapa: Quintana del Marco.
Al no entrar por carretera no encontramos cartel con el nombre del pueblo, pero encontramos un bar y nos metemos dentro, donde nos hacemos otra foto grupal mientras apagamos el calor de la jornada.
Nuevamente me escapo para hacer unas fotos a una torre de importantes dimensiones y que además acoge varios nidos de cigüeñas. Alguna al verme remonta el vuelo.
Cuando regreso me encuentro a varios componentes de nuestro peregrinaje que me avisan que los conductores me están esperando para ir a recoger los coches.
Volvemos a Maire de Castroponce por la carretera que nos llevó al puente de Vizana, aunque acordamos regresar por Coomonte para eludir una incorporación a la carretera un poco compleja. Cuando regresamos hacia Alija, en el término de Coomonte, veo un cerro sobre el que se hizo el cementerio, y por debajo, alineadas, las bocas de numerosas bodegas.
La buena organización de Raquel, María y Ángel Luis nos permite comer un rico y sustancioso cocido que será rematado por un cuenco de natillas.
Frente al restaurante, en el patio de una casa, llaman mi atención unas pequeñas figuras hechas en lata, son Sancho Panza y Don Quijote en sus respectivas cabalgaduras, al otro lado la figura se corresponde con un peregrino.
Aquí nos despedimos pues unos se van para Madrid y otros vamos hacia Cadalso, aunque con parada en Benavente para recoger el coche de María. Volvemos cansados, lo noto en mi forma de conducir y en la falta de conversación de mi compañero de viaje. La próxima en otoño.
Fotos: Eugenio Baquera, Raquel López y Javier Perals.
Texto: Javier Perals.