PATROCINADORES 2024-1

PATROCINADORES 2024-1
La Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Cadalso de los Vidrios agradece su colaboración a todos nuestros PATROCINADORES. Muchas Gracias.

PATROCINADORES 2024-2

PATROCINADORES 2024-2
La Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Cadalso de los Vidrios agradece su colaboración a todos nuestros PATROCINADORES. Muchas gracias.

CONCURSO FOTOGRÁFICO PARA EL CALENDARIO DE 2025

CONCURSO FOTOGRÁFICO PARA EL CALENDARIO DE 2025
PARTICIPA EN EL CONCURSO FOTOGRÁFICO.

MAPA DE METRO DE LOS CAMINOS DE SANTIAGO

MAPA DE METRO DE LOS CAMINOS DE SANTIAGO
FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DEL CAMINO DE SANTIAGO LEVANTE-SURESTE

MAPA FOLLETO

MAPA FOLLETO
MAPA DEL CAMINO DEL SURESTE A SU PASO POR LA PROVINCIA DE MADRID, DESDE ESCALONA A CADALSO Y DE CADALSO HASTA CEBREROS, CON FOTOS DE LUGARES SINGULARES DE TODAS LAS POBLACIONES.

INFORMACIÓN FOLLETO

INFORMACIÓN FOLLETO
CARA DE INFORMACIÓN DEL MAPA DE LAS ETAPAS DEL CAMINO DEL SURESTE A SU PASO POR LA PROVINCIA DE MADRID ENTRE ESCALONA (TOLEDO) Y CEBREROS (ÁVILA) CON INFORMACIÓN DE LOS RECURSOS EN LOS DISTINTOS MUNICIPIOS. ESTE FOLLETO HA SIDO EDITADO POR LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO EN CADALSO DE LOS VIDRIOS CON EL PATROCINIO DE LA CONSEJERÍA DE TURISMO DE LA COMUNIDAD DE MADRID. AGRADECEMOS AL AYUNTAMIENTO DE CADALSO SU COLABORACIÓN.

sábado, 12 de junio de 2021

CADALSO 2.101 SEGUNDO RELATO FINALISTA DEL CONCURSO LITERARIO DE RELATO CORTO.

 CADALSO 2.101  SEGUNDO RELATO FINALISTA DEL CONCURSO LITERARIO DE RELATO CORTO.

Autor: Ignacio Ceballos Viro, vive en Chapinería (Madrid).

- ¿Ultría?

- No, no: ultreia –respondió la mujer.

- Qué significa –exigió secamente el desconocido.


 
       En ese momento ella se dio cuenta. Era eso lo que su compañero le había estado queriendo advertir desde que el desconocido había entrado. Con los codazos, los silencios inusuales, los “Aurora, ¿no deberíamos ir a arreglar la habitación 3?”, sabiendo de sobra que ese dormitorio siempre estaba listo para la llegada de peregrinos. Hubo una pausa larga. Iba a replicar “Usted no es peregrino, usted no camina a Santiago, ¿quién es y qué hace aquí entonces?, pero su compañero se adelantó diciendo:

        - Es un saludo. Un viejo saludo de peregrino. Le dicen ultreia y usted responde ultreia.

        Su compañero habló con naturalidad, pero Aurora lo conocía desde hace treinta años y percibía un matiz ronco en su voz, la respiración agitada por el peligro.


 
       El desconocido había llegado hacía veinte minutos. Aurora y Ángel habían acabado de cenar y repasaban los nombres: “Ruta de Levante. De Toledo a Ávila: Torrijos, Escalona, Cebreros…”. “Llegando a Cadalso de los Vidrios habían borrado todas las flechas, no quedaba ni una”, había dicho Ángel. “¿Las repintaste?”, preguntó Aurora. “Las que pude”, respondió él, “me quedé sin pintura. Volveré mañana”. “Ve con cuidado, no es seguro repetir lugares, lo sabes”. “Lo sé, tranquila”. Y siguieron repasando: “De Ávila a Zamora: Gotarrendura, Arévalo, Medina del Campo…”. La memoria era imprescindible. Internet lo cambia todo cada poco tiempo, la voz y la memoria eran lo único verdadero. Justo cuando estaban diciendo “Sieteiglesias, Toro, Zamora…” se oyó un ruido en la puerta y era el desconocido, que había entrado sin llamar.

        - Esos nombres no existen. No queda nada entre Toledo y Ávila. Solo este lugar… ¿Se puede?

        Se había condensado un silencio raro. Aurora oyó cómo Ángel se atragantaba con el agua. Pero no captó las señales. Se le activó la rutina, se puso en pie y se acercó al recién llegado.

        - Bienvenido, pase. Puede dejar sus cosas en aquel rincón. El móvil tiene que apagarlo y meterlo en el congelador, que está ahí. Le podemos preparar la cena.

        - ¿La cena? Sí, claro. ¿No hay nadie más?

        Aurora sacudió la cabeza:

        - Va a hacer un año que no se alberga nadie. Ya ve. ¡Año compostelano!


 
       Aurora no se daba cuenta de que Ángel no se había movido ni había dicho palabra aún. Que estaba pálido y petrificado mirando al desconocido entrar, posar una bolsa negra en el suelo, colgar el chaquetón y quitarse la sobaquera de la pistola, dejarla sobre la encimera, dejar también la placa y sentarse en la banca. Lo había reconocido. A ese lo conocía de sobra.

        - ¿Hace mucho que es usted ciega? –le preguntó el recién llegado a Aurora.

        La sala era amplia, pensada para que una docena de peregrinos pudiera estar cómodamente, cocinar, comer, descansar, charlar… Charlar era importante entonces. Ahora el desuso había convertido rincones en trasteros improvisados, y muchas luces fundidas arrojaban celosías de sombras.

        - Muchos años, sí –respondió Aurora después de un intento de cálculo que abandonó-. Fue un dron, cuando las cosas empezaron a ponerse difíciles. Me seguía, yo era joven, le tiré una pedrada y le rompí una hélice, pero al perder el control cayó hacia mi cara y… bueno. Fui bastante idiota.

        Entonces Ángel había preguntado por primera vez lo de si la habitación 3 estaba lista, y si debían subir a arreglarla para el desconocido. Pero el desconocido lo ignoró y siguió hablando con Aurora:

        - Sí, los drones. Conozco bien los rastreadores. La nueva serie cinco, los que lanzan descargas.



       Y continuó describiendo todos los detalles en el sistema de control, sin dejar detalle: el nombramiento del Cuerpo de Vigilantes de Seguridad e Higiene con sus diferentes secciones; las patrullas de los caminos; la monitorización de los albergues y luego su ilegalización, con la fecha exacta; el traslado del Santo a una cripta de seguridad inaccesible; la represión de manifestantes; el paso del tiempo, el olvido, el abandono.

        - Vaya, lo conoce bien… Pero nada tuvo que ver la higiene, como dijeron –replicó Aurora, aunque Ángel trataba de callarla con un carraspeo-. Ni la propagación de enfermedades en el camino, ni la promiscuidad, decían, del contacto humano… Todo ha sido para enriquecer al Stellarum Park.

        - Aurora, vayamos a preparar el piso de arriba –aprovechó para suplicar Ángel, poniéndole una mano en el brazo. Pero ella, nada. A Ángel se le iban los ojos a la pistola una y otra vez, ahí expectante, amenazante, fría.

        - Han detenido a tanta gente –siguió ella-, han hecho desaparecer a tantos amigos, a tantas personas de fe y esperanza. ¿Ir a Santiago en tren hyperloop y llegar en dos horas desde cualquier lugar de Europa? ¿Para pagar y ver unas atracciones de una Edad Media de cartón piedra?

        - Me consta que la vida de peregrino y la de hospitalero es arriesgada.


 
       - Mucho. Pero aquí seguimos. Ya casi nadie se expone. Es peligroso. Es clandestino. Nos hemos convertido en una especie de orden secreta. Ya nadie viene por aquí. Ya nadie nos dice ultreia.

        - ¿Ultría? – dijo el desconocido.

        - No, no: ultreia –respondió Aurora.

        - Qué significa.

        Ángel saltó sobre la encimera y agarró la pistola. Apuntó al desconocido entre las cejas y dijo, masticando las palabras:

        Es un saludo. Un viejo saludo de peregrino. Le dicen ultreia y usted responde ultreia.

        El Vigilante de Seguridad e Higiene no pareció alterarse. No se movió de la silla. Cambió la mirada de Aurora a Ángel y de Ángel a Aurora y poco después se arrancó una carcajada franca y larga.

        - Así que no lo sabéis… ¡estáis absolutamente desconectados del mundo! Hoy ha sido el último día de mi cuerpo de vigilancia. Caput. Finito. The end. Ya no hacemos falta. Hemos vencido. El miedo ha vencido. A todos. Ya no se os considera un peligro, sois… idealistas en extinción imparable. ¡Ja! La verdad es que sois tan extraños. ¡Fascinantes! No acabo de entender cómo habéis resistido tanto tiempo. Joder, mis vigilantes han sido tan persistentes. Quedaos la pistola, os la regalo. Y la placa.

        Y volvió a reír. Muy lentamente Aurora y Ángel dejaron de parecer estatuas. Él bajó el cañón de la pistola y se miró las manos y las puntas de los pies. Aurora recuperó el color.

        - Y ahora… Entonces… Si no nos va a detener… ¿a qué ha venido?

        - Lo primero a cenar, si aún sigue en pie la oferta –respondió el hombre con su voz endurecida. Luego dormiré un rato en la habitación 3, ¿no es eso? Y mañana…

        - ¿Mañana?

        - A Santiago. Caminando. Se hace siguiendo esas flechas que nunca conseguíamos borrar, supongo. Y diciendo… ¿cómo era… ultreia?


jueves, 20 de mayo de 2021

POR EL CAMINO DE LAS ESTRELLAS.

 POR EL CAMINO DE LAS ESTRELLAS.

    El exceso de tareas y tener repartido el tiempo entre Cadalso y Salamanca me están impidiendo dedicarme con mayor intensidad a hacer algunas entradas en el blog y hay una que no se puede demorar más.

   


El pasado martes 4 de mayo fallecía Ermanno Bianchi, una persona que era pura bondad y que además fue el peregrino que inauguró el Albergue Parroquial Betania el 5 de mayo de 2018.

    Se unió a nuestra fiesta y comió con nosotros en nuestra sede de la calle La Iglesia y dijo sentirse abrumado por tantas atenciones, era el primer peregrino acogido y la razón de ser del Albergue.


    Al día siguiente llegaron Adela y su marido. Adela es una luchadora que ha superado los numerosos obstáculos que le ha puesto la vida. Coincidieron con Bianchi en parte del camino y desde entonces mantenían una estrecha amistad. Ella ha sido quien me ha informado que Ermanno realiza ahora el Camino por las Estrellas.

    Querido Ermanno, quedas grabado en nuestro recuerdo, gracias peregrino y buen Camino.

Fotos: Facilitada por Adela y por Richard Pickers.

Texto: Javier Perals.

viernes, 7 de mayo de 2021

ENTREVISTA SOBRE EL YACIMIENTO A MAR FERNÁNDEZ.

 ENTREVISTA SOBRE EL YACIMIENTO A MAR FERNÁNDEZ.

     Con intención de dar a conocer algunos aspectos del Proyecto que se desarrolla en el Yacimiento de la Mezquita a nuestros seguidores y a la población de Cadalso hemos realizado una entrevista a Mar Fernández García, arquitecta encargada del proyecto de Musealización que permita una visita accesible al citado yacimiento.


 
     Buenos días, en primer lugar muchas gracias por atendernos y por dedicarnos un tiempo que nos permita conocer nuevos aspectos de este yacimiento.

P.   ¿El motivo de estar en este yacimiento y no en otro responde a un interés personal o laboral?

R.  No realmente, me contrata la Dirección General de Patrimonio Histórico, Patrimonio Cultural se llama ahora, y llevo desde 2014 trabajando en varias fases de este proyecto que va a quedar muy bonito, ya veréis como os va a gustar a todos.


P.
   ¿En qué consiste básicamente la realización de este proyecto?

R.  En principio dotar al municipio de un parking, no sólo para el yacimiento sino también para las otras zonas del Palacio como el Estanque y estos jardines, dotando a la zona y al municipio de un aparcamiento externo al yacimiento, por eso hemos movido el vallado. Y luego unas pasarelas que van a ser de madera tratada que nos lleven a visitar de una forma ordenada el yacimiento, también muchas de las piedras que estamos sacando con el movimiento de tierras serán recolocadas en el sitio correspondiente pues sabemos su ubicación y por fin descubrir todo el ábside para ponerlo en valor. En definitiva es la puesta en valor de todo el yacimiento.


P.
   ¿Cuánto tiempo se estima necesario para su ejecución?

R. Son cuatro meses de obra, a veces pueden surgir imprevistos que retrasan la obra pero en principio son cuatro meses.

P.   ¿Incluye el proyecto un espacio que pueda dedicarse a museo para poder ver aquí mismo los restos, o parte de ellos, encontrados en este yacimiento?

R.   Sí, sí, el propio yacimiento va a ser un museo en sí mismo, porque todas las lápidas que se han encontrado van a estar ordenadas y van a estar explicadas con unas señales para que se puedan ver.


P.
   La instalación que se va a realizar ¿obstaculiza o impide el desarrollo de nuevos estudios arqueológicos en el propio yacimiento?

R.   No, de hecho una de las misiones es facilitar a nuevos arqueólogos que vayan a seguir trabajando en el yacimiento el que puedan hacerlo, por lo que se han previsto una serie de pasos que lo permitan. Por cierto, con accesibilidad universal, es decir que cualquier persona que deba desplazarse en silla de ruedas puede visitar el yacimiento, pero siempre dejando abiertas las zonas para posibles excavaciones futuras.

P.   Imagino que ha trabajado en algún yacimiento más ¿Qué características destacaría en este yacimiento?

R.    Pues es que he trabajado en otro que es muy semejante, es el de San Babilés en Boadilla, pero tiene muchísimos menos restos visibles que este. Este lo bueno es que la iglesia tiene los muros a una altura que permite que permite una perfecta lectura para el que sepa y para el que no sepa. El de San Babilés, siendo de las mismas características los muros están muchísimo más bajos, es mucho más difícil esa interpretación. He trabajado en ese proyecto y en otros, pero ese es el más cercano y el más parecido.




P.
   ¿Alguna de esas características lo convierte en singular, distinto a otros yacimientos?

R.   Sí, de hecho a este lo acaban de declarar BIC, Bien de Interés Cultural que es el mayor grado de protección, no puede ser más en España por la Ley de Patrimonio Histórico.

P.   ¿Conoce las épocas que abarca el conjunto de restos encontrados?

R.   Hay muchas épocas, es verdad que incluso los estudios previos no se ponen de acuerdo, entonces prefiero no manifestarme en este punto para no, entre comillas, meter la pata.

P.   Trataba de confirmar si los primeros restos eran visigodos.

R.   A mi criterio sí, de hecho la propia iglesia tiene varias fases y se ven muy claras, constructivamente hablando se ven fases antiquísimas y si hay símbolos visigodos en las piedras halladas, pero afirmarlo tajantemente es complicado.



P.
   ¿Cuántas personas van a trabajar en este proyecto?

R.   En las distintas fases al menos diez personas, entre ellas dos arqueólogos, el encargado, la jefa de obra, el responsable de maquinaria, restauradores,… entre diez o doce personas.

P.   ¿Se puede conocer el equipo técnico del proyecto?

R.   Sí, sí, como máximo responsable el arquitecto que soy yo, Mar Fernández García, el Aparejador es Adolfo Salcedo Jiménez, la Jefa de Obra es Gema Martín y el encargado de la empresa ACEROUNO es Javier.



P.
   ¿Se van a pedir voluntarios para algunas de las tareas que conlleva el proyecto?

R.   Este proyecto lo desarrolla la empresa Acerouno y ya tiene su personal. Pero para futuros trabajos arqueológicos es posible que sí se cuente con voluntarios.

P.   Por su experiencia en otros yacimientos ¿qué ventajas traerá a la población de Cadalso la realización de este proyecto?

R.   Turismo, mucho turismo que es muy bueno que lo haya, que mucha gente conozca Cadalso a través del Yacimiento de la Mezquita.

     Agradezco a Mar el tiempo que nos ha dedicado, le pido permiso para hacerle alguna foto y lo primero que hace es llamar a su equipo y tras hacer las fotos nos despedimos.

Realización de encuesta y fotos: Javier Perals.

lunes, 26 de abril de 2021

EL NIÑO DICHARACHERO DEL ALBERGUE. RELATO FINALISTA EN EL SEGUNDO CONCURSO LITERARIO DE LA AACSCV

 EL NIÑO DICHARACHERO DEL ALBERGUE. RELATO FINALISTA 

EN EL SEGUNDO CONCURSO LITERARIO DE LA AACSCV.

Por ISABEL GARCÍA VIÑAO

Estudié Magisterio por la Especialidad de Ciencias. Aunque mi verdadera vocación es la enseñanza a niños con algún tipo de discapacidad, actividad que realizo a nivel particular. Mis aficiones son el Arte Románico, el coleccionismo de fósiles, la micología y la escritura. Comencé a escribir a los 43 años. Escribo en prosa y en verso. He publicado dos libros, uno en cada modalidad. He obtenido alrededor de 300 premios literarios y el reconocimiento es el que me empuja a seguir escribiendo en el poco tiempo libre que, generalmente, cuando se trabaja se posee.

EL NIÑO DICHARACHERO DEL ALBERGUE.

-No deje ni una cucharada y tómese el Maragato caliente –le dijo el chaval al peregrino al servirle un bol con cocido.

-¡Uhmmm, que bien huele!, le respondió el caminante, al inhalar los efluvios del caldo.

-Pues lo que bien huele, bien sabrá.


-Mañana, con este cocido, podría hacer dos etapas; en lugar de llegar a Ponferrada, podría terminar en Villafranca del Bierzo. Mi tía guisa muy bien. Me regaló este delantal y vengo a ayudarle cuando puedo. Me gusta hablar con los peregrinos, sobre todo con los solitarios. ¡Ah, y a todo esto!, ¿ha visto el perro que hay en la puerta de la entrada al albergue?

-Sí, y es precioso. Será tuyo, claro.

-No, es de mis tíos, pero como si fuera mío. Se llama Peregrino.

-¡Qué nombre tan original! –exclamó el peregrino.

-Además, el nombre le va muy bien porque acompaña a algunos peregrinos un pedacito del camino y cuando se cansa se da media vuelta y vuelve a casa. Le compré un collar con la concha de Santiago.


-Del collar no me he dado cuenta. Mañana, cuando emprenda el camino, me fijaré.

-Mi tía quiere tantísimo al perro que, en su honor, al cocido lo llama “maraperro”.

-Este “maraperro” está buenísimo. ¡No tengo palabras!

-Yo, cuando sea mayor, haré el Camino en solitario. Lo comenzaré en Francia, en Vézelay.

-Yo lo empecé en España, en Roncesvalles. Y a todo esto, ¿qué te gusta preguntar a los peregrinos solitarios?

-Qué pensáis en el Camino. Al ir solos tenéis mucho tiempo para pensar y ser espiritualidosos.

-Por cierto, pequeño, me has dicho el nombre del perro pero todavía no sé el tuyo.

-Santiago, como el apóstol peregrino. ¿Y el tuyo?

-Pedro.

-¡Ahí va! Como el que lleva las llaves para abrir las puertas del cielo para que entren los buenos.

El peregrino río con las ocurrencias del chaval. Era dicharachero, natural y su alegría se contagiaba con facilidad. Pero, en ese momento, al peregrino, se le ensombreció la cara. Realizaba este Camino por segunda vez, cuatro años atrás lo había hecho junto a su esposa fallecida. A pesar de no tenerla, en el Camino hablaba con ella, le recogía flores para ofrecerle, recordaba sus ojos, sus palabras, sus gestos, sus ampollas y heridas en los pies, su capacidad de sacrificio ante el cansancio en el Camino de Santiago… La nostalgia era su inseparable compañera y esta tristeza melancólica le impulsaba a soltar soliloquios al aire. En ese instante, el peregrino tuvo la necesidad de hacer partícipe al chaval, ¿por qué no? Y, por ello, le dijo:

-Te voy a contar un secreto. En la soledad de mi camino hablo con las piedras, con los pájaros, con los árboles, con las flores… Antes tenía a mi esposa pero ahora… ahora ya no está aquí. Está en ese otro mundo, junto a Santiago Apóstol, por ejemplo. ¿Y sabes cómo intento hacer frente a la soledad?

-No –respondió el chaval enseguida, desdibujando su sonrisa y ensombreciendo también su cara.

-Soltar soliloquios al aire.

-¿Solilocos? ¿Eso dice que suelta al aire? Porque esto no quiere decir que usted esté loco, ¿verdad?

-Te lo explico, Santiago. Ayer, cuando atravesaba el río Rabanal Viejo, hablé con el agua y le lancé una petición en voz alta: “Agua, me gustaría que llevaras mis susurros a los oídos de Paloma y que le dijeras cuánto la echo en falta”. Luego, hablé con un árbol al que le agradecí su sombra. Bajo ese mismo árbol, había estado con mi esposa. Allí lloré, y no en silencio, sino con sollozos en alto que los esparció el viento leonés por el valle.


-Y hablar estando solo y llorar en alto, ¿cómo dice que se llama esa palabra tan rara?

-Soliloquios.

-¡Cuando llegue a Santiago tenga cuidado, no vaya a asustar a los peregrinos con sus soliloquios!

-¡Me acuerdo tantas veces del abrazo que le di a mi esposa en la plaza del Obradoiro por haber sido capaces de cumplir juntos el Camino! ¿A ver si adivinas, Santiago, qué le pediré?

 -¿Qué? –preguntó el chaval rápidamente y con curiosidad.

-Que tú y yo nos volvamos a encontrar pronto.

-Pues a ver si el apóstol intercerede para que lo que dice se cumpla. Está usted todavía delante de mí y ya tengo ganas de que mis ojos lo vuelvan a ver –le respondió el chaval con su cara sonriente.

El peregrino miró el reloj. Sus salidas siempre coincidían al despuntar el sol.

-¿Se ha quedado mudo? Se me olvidaba decirle que antes de salir de Rabanal del Camino debe visitar la ermita del Bendito Cristo de la Vera Cruz. Hay un retablo muy bonito.

El peregrino le respondió un sí, asintiendo con la cabeza.

Amanecía. El sol desperezaba brioso sus brazos. La cara del astro relucía semejando una moneda recién acuñada. Pedro desayunó. Luego, se cargó la mochila. Vio a Peregrino en la puerta con la concha en su collar. Lo acarició. El perro agradecido lo acompañó a la ermita del Bendito Cristo y luego por el camino hacia Ponferrada. En ese nuevo trayecto, Pedro no podía olvidar ni al chaval ni a su esposa. Sus soliloquios se entremezclaban. El ábrego, el aire de las castañas, los dispersaba por el valle y por el Puerto de Foncebadón. Unos kilómetros más adelante, en concreto, en el Puente Románico o Puente de los Peregrinos de siete ojos sobre el río Meruelo de Molinaseca, Santiago Apóstol hizo que ya se cumpliese su petición. En el centro del puente, apoyado sobre las piedras milenarias, lo esperaba el chaval del albergue.


-Pero, ¿cómo?, ¿tú aquí?

-Sabía que por este puente a la fuerza iba a pasar. Le he pedido a mi padre que me traiga en coche para volverlo a ver. ¿Ve cómo Santiago Apóstol ha intercererido?            

domingo, 18 de abril de 2021

RELATO GANADOR DEL SEGUNDO CONCURSO LITERARIO DE RELATO CORTO.

 RELATO GANADOR DEL SEGUNDO CONCURSO LITERARIO DE RELATO CORTO.

        CONTIGO SIEMPRE EN EL CAMINO                      

                                                               Raquel Sebastián Poza

      Regresaba a casa después de una semana trabajando fuera de su ciudad. Conducía tranquilo, pero algo alteró esa tranquilidad. Era un cartel donde ponía Zubiri. Aquel nombre del pueblo le trajo en unos segundos un montón de vivencias, durante un tiempo aparcadas. Era el último pueblo donde habían terminado la etapa del Camino de Santiago. Recordó anécdotas que le hicieron reír, pero también las lágrimas le inundaron los ojos y tuvo que parar en una vía de servicio porque le impedían ver la carretera. Dio rienda suelta a emociones añoradas. Una puerta que hacía tiempo que estaba cerrada y que aquel pueblo le abrió.


      Llegó a casa y Sofía pronto se dio cuenta que algo le pasaba.

      -¿El trabajo bien? –preguntó.

     - Sí… si, todo bien. – Dijo Pablo.

     -¿Qué te pasa? Te noto raro.

     -Umm no nada, nada.- Contestó dubitativo Pablo.

     -Te conozco demasiado bien para saber que algo te inquieta.

Pablo le contó lo que le había ocurrido viniendo por la carretera.

     -¡Llámale!  –dijo Sofía

     -Es que no sé, hace tanto tiempo.

     -¡El tiempo es lo único que estáis perdiendo! – Le recrimino Sofía.

Aquella noche Pablo no puedo dormir. Recordó tantos y tantos momentos vividos con su hermano. Habían sido inseparables, almas gemelas.

     -¿Cuánto tiempo hacía que no se hablaban?  ¿2, 3 años?  ¿Cuál fue el motivo que los separó?  Intentó recordar la causa de su distanciamiento. Pero ahora con el paso del tiempo le pareció tan pequeña la causa y tan grande la pérdida.

     La noche no se marchaba y venían los recuerdos de los 10 años seguidos que habían hecho el Camino de Santiago.  Siempre en la misma fecha. Siempre una semana. Siempre los dos juntos.  – Ooooh, cómo le echaba de menos. Sintió en la oscuridad de la noche tanta nostalgia. Se dio cuenta de que era tanta la perdida.

 -¿Merecía la pena? – se preguntó Pablo.

     A la mañana siguiente se levantó cansado y triste. Se estaba tomando un café cuando miró el calendario. Faltaban sólo tres días para la fecha que siempre reservaban para hacer una etapa del Camino de Santiago.


     Un impulso lo levanto de la silla y se fue a buscar su cuaderno de rutas. Una energía nueva le invadió. No lo pensó mucho, cogió su móvil, buscó el nombre de su hermano y le mandó un mensaje:

     PRÓXIMA RUTA: ZUBIRI – STO DOMINGO DE LA CALZADA

                                        SALIDA: 8 DE LA MAÑANA.

No escribió nada más.

Le contó a Sofía que se iba a hacer la ruta y que había mandado un mensaje a su hermano. Ella sonrió y le abrazó.

     Se puso a preparar la mochila, las botas, los bastones… Sentía como volvía a tener ilusión y una gran sonrisa se dibujaba en su rostro. Dejó todo organizado en el trabajo y el domingo puso rumbo a Zubiri.                         

     Durmió en el albergue Municipal. A las 8 en punto salió a la calle nervioso e inquieto.  -¿Habría venido? ¿Habría entendido el mensaje? 


      Sus ojos recorrieron la calle y sólo vio a dos extranjeros y tres chicas jóvenes.

     En aquella época del año había pocos peregrinos. Esperó unos minutos y se puso a caminar

     Caminó mucho rato con tristeza y melancolía. Pero empezó a notar una extraña sensación y una energía nueva  que le rodeaba.

     Alguien se puso a caminar junto a él, sin decir palabra. A Pablo le dio miedo mirar y no lo hizo. Sólo disfrutó de la sensación que le había invadido. Caminaron en silencio.


     Al llegar a un cruce se pararon, giraron las cabezas y se miraron, pero apenas se vieron pues las lágrimas se lo impedían. Se abrazaron con fuerza. En aquel silencio y en aquel abrazo se perdonaron todo. No hicieron falta palabras ni nada más.

     El Camino de Santiago les volvió a unir y no dejaron nunca que nada les separara. Cada año volvían se miraban y decían: CONTIGO SIEMPRE EN EL CAMINO.