PATROCINADORES 2023-1

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La Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Cadalso de los Vidrios agradece su colaboración a todos nuestros PATROCINADORES. Muchas Gracias.

PATROCINADORES 2023-2

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MAPA DE METRO DE LOS CAMINOS DE SANTIAGO

MAPA DE METRO DE LOS CAMINOS DE SANTIAGO
FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DEL CAMINO DE SANTIAGO LEVANTE-SURESTE

MAPA FOLLETO

MAPA FOLLETO
MAPA DEL CAMINO DEL SURESTE A SU PASO POR LA PROVINCIA DE MADRID, DESDE ESCALONA A CADALSO Y DE CADALSO HASTA CEBREROS, CON FOTOS DE LUGARES SINGULARES DE TODAS LAS POBLACIONES.

INFORMACIÓN FOLLETO

INFORMACIÓN FOLLETO
CARA DE INFORMACIÓN DEL MAPA DE LAS ETAPAS DEL CAMINO DEL SURESTE A SU PASO POR LA PROVINCIA DE MADRID ENTRE ESCALONA (TOLEDO) Y CEBREROS (ÁVILA) CON INFORMACIÓN DE LOS RECURSOS EN LOS DISTINTOS MUNICIPIOS. ESTE FOLLETO HA SIDO EDITADO POR LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO EN CADALSO DE LOS VIDRIOS CON EL PATROCINIO DE LA CONSEJERÍA DE TURISMO DE LA COMUNIDAD DE MADRID. AGRADECEMOS AL AYUNTAMIENTO DE CADALSO SU COLABORACIÓN.
Mostrando entradas con la etiqueta Naturaleza. Mostrar todas las entradas
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sábado, 4 de mayo de 2024

MARCHA A LANCHA LA OSA Y LOS MADROÑOS

   MARCHA A LANCHA LA OSA Y LOS MADROÑOS 

El sábado 13 de abril de 2024, a las 9:00h de la mañana, habíamos quedado en la Plaza de la Corredera de Cadalso de los Vidrios para hacer un recorrido de unos 11 kms a Lancha La Osa y los Madroños, árboles singulares de la Comunidad de Madrid. 


En la misma Plaza de la Corredera nos vamos encontrando los 19 participantes, hacemos recuento y esperamos a alguno de los participantes para hacernos la foto de rigor antes de partir. 


Por la carretera del Pilar descendemos pasando junto a las cuevas del Pilar y la Fuente del Pilar. Esta carretera forma parte del Camino Real de Toledo a Ávila, por dónde los peregrinos y peregrinas llegan al pueblo y está señalizada con el proyecto de señalética subvencionado por American Pilgrims On The Camino. 


Todo el primer tramo lo hacemos por carretera y siempre avisando del peligro de los coches ya que es una carretera muy transitada. Por fin dejamos la carretera a un lado y tomamos el camino que nos llevará hasta la zona de Lancha la Osa. 


El campo florido nos brinda un paisaje precioso. En 2019 fue quemado por el fuego pero los arbustos bajos crecen con fuerza y floridos. Jaras, retamas y cantueso crean un paisaje precioso y digno de admirar. 




Una vez llegamos a La Cantera de Lancha la Osa nos espera Yiyo a las puertas de la misma. Yiyo es operario y lleva muchos años trabajando en la cantera por lo que vimos una buena oportunidad contar con él para que nos explicara qué es la cantera de granito, cómo se trabaja en ella y otras muchas curiosidades que surgieron en el momento. 


La Cantera de Lancha la Osa pertenece a la empresa de Marcelino Martínez y la única que explota la variedad Gris Cadalso.  En ella podemos observa lo que se denomina "bola" y donde extraen los bloques de granito mediante el corte con hilo de diamante. 


El granito de esta cantera es único por sus características y se ha exportado a diversos sitios  de España, de Europa como Francia o incluso ha llegado Japón. 


Desde aquí dar las gracias a Yiyo por prestarnos parte de su tiempo para mostrarnos su lugar de trabajo y hacernos entender cómo funcionan las cercanas y tan impresionantes canteras. Os dejamos por aquí una imagen aérea que él mismo nos hizo llegar y que se aprecia perfectamente la cantera. Gracias. 



Regresamos al camino y esta vez bordeamos por abajo la cantera. Allí nos espera el primer Árbol Singular que nos vamos a encontrar en el recorrido.  El Madroño del Cerro Majuelito catalogado como AS de la Comunidad de Madrid Nº 14. Tras el incendio de 2019 el ejemplar se quemó pero los rebrotes han salido y crece junto a una encina y un olivo. 



Tras hacer las fotos de rigor seguimos en busca del segundo AS que nos encontramos a escasos 100 metros al sur del otro ejemplar. Se trata del Madroño de Lancha la Osa y está catalogado como Árbol Singular de la Comunidad de Madrid Nº 292. 




Os dejamos el enlace dónde podéis encontrar más información de los Árboles Singulares que hay en la Comunidad de Madrid: ÁRBOLES SINGULARES DE LA COMUNIDAD DE MADRID



Alrededor del madroño reponemos fuerzas y las charlas de diferentes temas no cesan. Se habla del pueblo, compartimos experiencias de viajes y sitios recomendados e incluso hazañas de la recogida de la aceituna. Es una de las cosas buenas de reunirnos tantas personas diferentes pero con una misma cosa en común, disfrutar de la naturaleza y cuidarla. 


Emprendemos el camino de vuelta hacía el municipio ya que el calor se empieza a notar. Al avanzar dejamos de lado la cantera y comienza a llamar la atención las cuidadas viñas de Mariscalas que algunos preguntan a qué bodega pertenecen y las fotografían admirados. 




Seguimos avanzando por la carretera del Lanchar de la Osa entre charlas y haciendo paradas para ir unidos ya que debemos cruzar la M-507 al regreso al pueblo y queremos ir con precaución. Cruzamos por fin la carretera y llegamos al pueblo por el Camino de Canto el Agua entrando a Cadalso por la Castellana. 

Una vez en el pueblo algunos toman su camino de regreso a casa y otros nos dirigimos a La Corderita, establecimiento colaborador de la Asociación. Cervezas, refrescos y vinos nos acompañan en las últimas conversaciones de la jornada. 

Próximamente os informaremos de las siguientes actividades y pondremos fecha para la Asamblea Anual de Socios/as 2024. Mientras tanto... ¡Buen Camino! 

Texto: Ester López
Fotografías: Richard Pickers, Raquel López, José Luis Sánchez y Javier Alcalá. 


domingo, 8 de marzo de 2020

LA PEÑA MUÑANA

LA PEÑA MUÑANA, CUATRO MESES DESPUÉS DEL INCENDIO.
     El domingo 13 de octubre de 2019, tres meses y medio tras el incendio que asoló Cadalso y Cenicientos, al fin me atreví a subir a la Peña para contemplar "in situ" los destrozos a causa del fuego.

     Carmen nos había convocado a  su amiga Merche y a mí para subir a la Peña. Otros fines de semana había estado tentado de hacerlo, pero no me atreví, y no quería subir solo. Carmen me brindó la ocasión de hacerlo.

     Iniciamos el ascenso por el camino de las Eras, donde suele celebrarse al finalizar la Semana Santa el día del Hornazo. Por el primer bosque de pinos, poco afectado, fuimos al encuentro del camino que sube desde el Camping e iniciamos el ascenso.

     Casi en seguida nos situamos en el lateral norte de la peña, desde donde ya no vemos Cadalso, y aquí se empiezan a hacer evidentes los primeros daños. Me llama la atención que la mayor parte de la vegetación se ve verde.

     Según nos acercamos a la peña en nuestro ascenso, especialmente tras pasar por un pequeño valle que sirve de descanso, los daños se hacen más presentes y más dolorosos. 

     Hace un tiempo ya de aquel fatídico día, apenas ha llovido, pero la jamuga caída y la hierba que brota de nuevo reduce el impacto de ver el suelo negro y calcinado.

     El conjunto de peñascos que forman "El fraile y la monja" me siguen apareciendo con esa inusual belleza, con esa especie de misterio que hace preguntarte cada vez que subes ¿qué hacen esas piedras ahí y quién las colocó de esa manera'.

     A veces los brotes verdes de una encina, de un pino o de un "yerbajo" son una inyección de ánimos a la desolación que presenta el paisaje.


     La naturaleza es sabia, y luchadora, y tratará de recuperar cuanto ha perdido. A veces, cuando una lágrima se me escapa en medio de aquel ahogo, no la limpio, la dejo correr su curso abajo y la dejo caer en la tierra yerma, pues pienso que es una gota más para la recuperación del entorno.


     Pienso también que esa lágrima es producto de mi egoísmo, pues no volveré a ver nunca más la Peña como la había conocido, pero trato de sobreponerme diciéndome que la Naturaleza tiene otro ritmo y que al final, si no se destruye de nuevo, volverá a reinar y señorearse en nuestra Peña Muñana.


     La zona de la silla del Rey Moro es la más devastada, pero al tiempo es la que se ha despejado más y permite ver piedras y formaciones que no recuerdo haber visto antes. Tal vez la teníamos muy abandonada y ha sido una forma de llamar nuestra atención.


     Desde arriba, desde la Peña, aunque con manchas pardas y ocres, repartidas como pinceladas en la Sierra de Lancharrasa o en los alrededores del pueblo, la belleza del paisaje nos da un respiro y nos deja tiempo para reflexionar.



     Habrá que limpiar, habrá que quitar ese baile macabro de tallos muertos y ennegrecidos, y dar una nueva oportunidad a la vida que se oculta tras la superficie, y que seguramente brotará con fuerza en la próxima primavera. 


     Muchos ya nunca la veremos igual, pero nos queda la esperanza de verla crecer y de que otros puedan disfrutarla cuando ya no estemos. Sólo un consejo: ¡cuidadla mejor de lo que lo hicimos nosotros!



Fotos y texto: Javier Perals.

jueves, 13 de junio de 2019

MIS GOLONDRINAS

MIS GOLONDRINAS.

     Volverán las oscuras golondrinas
     en tu balcón sus nidos a colgar,
     y otra vez con el ala a sus cristales
     jugando llamarán.
     Pero aquellas que el vuelo refrenaban
     tu hermosura y mi dicha a contemplar,
     aquellas que aprendieron nuestros nombres...
     ésas... ¡no volverán!


     Así comienza una poesía de Gustavo Adolfo Becquer que, curiosamente, no dedica a las golondrinas sino al amor.

     Al poner el título he visto que el "mis" resulta muy posesivo, y no es esa mi intención. Al hablar de "mis golondrinas" quiero referirme a esas golondrinas que me resultan muy cercanas, vecinas, amigas.

     Las golondrinas se han acostumbrado a moldear sus nidos aprovechando ciertos rincones de las construcciones humanas: cornisas, balcones, vigas de madera, ... Viven por tanto en proximidad con las personas, aunque les gusta mantener las distancias.

     Una pareja de golondrinas anidó el año pasado en el portal de mi casa, aprovechando un clavo que puse en una de las vigas de madera para apoyar su nido construido con bolitas de barro, como antiguamente se hacían las casas de adobe. 

     Viaje a viaje, bolita a bolita, como el alfarero, van dando forma a su nido de barro. Luego lo acomodan con musgo, pelusas, plumones, briznas de hierba haciéndolo mullido y confortable.

     Luego la hembra irá haciendo su puesta, de tres a cinco huevos, que generalmente van incubando por turnos padre y madre. La fidelidad entre estas aves es muy alta. En ocasiones es la madre la que permanece en el nido y es el macho el encargado de alimentarla.


     Cuando los huevos eclosionan serán los dos progenitores los que se encarguen de alimentarlos a todos, para lo que deben realizar numerosos vuelos, descansando sólo cuando cae la noche.


     Un día vi cuatro piquitos, como cuatro sonrisas socarronas, blancas e inmóviles, hasta que llegó uno de los adultos y aquellos picos se abrieron mostrando un color amarillo provocador. Todos tratan de sacar tajada, aunque en cada viaje sólo uno se queda la recompensa del alimento.

     Cada vez que me ponía a hacerles fotos me reprendían ordenándome que me alejara de allí. Como quería hacerles fotos lo más cercanas posible coloqué en mi cámara un teleobjetivo y me puse pegado a la pared de enfrente, que así me servía de apoyo en mi paciente espera.

     Empezamos a llevarnos mejor, entendieron que sólo trataba de verlas y que no corrían peligro, por lo que consintieron mi presencia allí. Así descubrí que en realidad eran cinco las bocas que alimentar, que los padres apenas se posan unos segundos, dan de comer a uno de sus polluelos y reanudan el vuelo enseguida.


     Por la calle de La Iglesia se las puede ver en vuelo rasante, acercándose a las rejillas del alcantarillado por donde deben rondar moscas y mosquitos que cazan al volar con la boca abierta.



     Hay personas a las que no les gustan mucho porque ensucian con sus cagadas, pero también hay quien ha sabido encontrar soluciones colocando un estante protector bajo el nido. En mi casa no he puesto repisa, sólo friego cada varios días el sitio donde caen sus deposiciones. Por cierto, que bien se ocupan de enseñar a los pequeños que las heces se expulsan del nido para mantenerlo limpio.
Fotos y texto: Javier Perals.