PATROCINADORES 2023-1

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La Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Cadalso de los Vidrios agradece su colaboración a todos nuestros PATROCINADORES. Muchas Gracias.

PATROCINADORES 2023-2

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MAPA DE METRO DE LOS CAMINOS DE SANTIAGO

MAPA DE METRO DE LOS CAMINOS DE SANTIAGO
FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DEL CAMINO DE SANTIAGO LEVANTE-SURESTE

MAPA FOLLETO

MAPA FOLLETO
MAPA DEL CAMINO DEL SURESTE A SU PASO POR LA PROVINCIA DE MADRID, DESDE ESCALONA A CADALSO Y DE CADALSO HASTA CEBREROS, CON FOTOS DE LUGARES SINGULARES DE TODAS LAS POBLACIONES.

INFORMACIÓN FOLLETO

INFORMACIÓN FOLLETO
CARA DE INFORMACIÓN DEL MAPA DE LAS ETAPAS DEL CAMINO DEL SURESTE A SU PASO POR LA PROVINCIA DE MADRID ENTRE ESCALONA (TOLEDO) Y CEBREROS (ÁVILA) CON INFORMACIÓN DE LOS RECURSOS EN LOS DISTINTOS MUNICIPIOS. ESTE FOLLETO HA SIDO EDITADO POR LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO EN CADALSO DE LOS VIDRIOS CON EL PATROCINIO DE LA CONSEJERÍA DE TURISMO DE LA COMUNIDAD DE MADRID. AGRADECEMOS AL AYUNTAMIENTO DE CADALSO SU COLABORACIÓN.

lunes, 18 de mayo de 2020

CADAHALSO (Décimocuarta Entrega)

CADAHALSO. LIBRO DE ÁNGEL SÁNCHEZ MORENO "CANILLO".
Capítulo V. (Décimocuarta entrega).

Capítulo V Donde nuestra historia hay que buscarla en Toledo.
Hay un dicho muy conocido en el pueblo, “mira que eres bolo”, la cual es una expresión muy de los pueblos de Toledo. Siempre hemos sido toledanos hasta el año 1833, en que pasamos a la provincia de Madrid.

Toledo perteneció en las épocas prerromana y romana a la Carpetana y la Celtiberia. Antiguamente Toledo fue la ciudad más importante, más grande y más fuerte de Al Andalus y a finales del siglo XI tiene 106 Hectáreas y 37000 habitantes. De Toledo a Córdoba había una distancia de siete días a caballo y catorce etapas o campamentos para los ejércitos. Durante 370 años los árabes fueron señores de Toledo.

El padre Mariana dice que en el 1210, en 9 meses continuos, no llovió en el Reino de Toledo. 
(HISTORIA DE ECONOMICA: D. ANTONIO DE CAPMANY)

En el siglo XVIII, el antiguo reino de Castilla se dividía en 24 corregimientos, intendencias o provincias. Una de ellas era Toledo, integrado por los partidos de Toledo, Alcalá, Ocaña, Talavera y Alcázar de San Juan. Cadahalso pertenecía al partido de Toledo.


En el año 1789 tiene 4400 vecinos, 25 parroquias con la Iglesia Catedral, 16 conventos, 23 de monjas, 4 colegios, 1 universidad, 3 capillas públicas, 14 hospitales y algunas ermitas y casa de expósitos 2. (Se admiten los niños sin hacer pesquisas para no descubrir a sus padres ni quien los lleva.)  Posee 326 pueblos dedicados a ganados, labranza, trato y fábricas y los judíos fueron durante muchos años señores de esta provincia, según cuenta Eugenio Larruga. A éstos se les suponen fundadores de varios pueblos de ella, como son Escalona, Maqueda, Cadahalso, Nombela, Almorox, Nobes, Tembleque, La Guardia y el Romeral, colonia romana que Julio Cesar la miraba como una Plaza de Armas.

Fotos:  Diferentes páginas web, no se menciona autor.
Texto: Ángel Sánchez Moreno "Canillo". 

sábado, 16 de mayo de 2020

EL MILAGRO DE SILVERIO CONDE

EL MILAGRO DE SILVERIO CONDE            Jesús López Martín


     Allá, por el año 1889, en el día de Todos los Santos, yo Silverio Conde me encontraba en un pueblo llamado Escalona, estaba realizando el camino de Santiago por una promesa que hice cuando mi mujer Teresa y mis dos hijas, Juana, la mayor y Teresita, la pequeña, enfermaron de unas fiebres muy malignas que se llevaron varias vidas en mi pueblo de la costa levantina, primero cogió las fiebres mi mujer y seguidamente Teresita y luego Juana, yo por destino del altísimo fui de los pocos que no enfermaron, cuando peor estaban de la enfermedad, recé poniéndome de hinojos delante de una estampita del apóstol Santiago, la que siempre teníamos en la habitación de las niñas, yo le prometí que haría el camino desde mi pueblo a Santiago de Compostela, no sé lo que ocurrió, pero a partir de ese día las tres empezaron a mejorar, recobrando pronto la salud.

     Tengo unas tierras de las cuales vivimos holgadamente, sin lujos pero sin pasar apuros, eso sí trabajando, he salido con algo de dinero para mis necesidades durante el viaje, el cual llevo bien oculto, por los maleantes. Empecé el viaje cuando terminé de recoger la cosecha y después de bien vendida, me despedí de mi mujer y de mis dos niñas, que se quedaron preocupadas.
     - ¿De qué vas a vivir Silverio? – me dijo Juana dándome un beso.
     - No te preocupes mujer, buscaré trabajo y con el dinero que llevo no tendré ningún problema – le dije mientras besaba a las niñas – me alojaré en los albergues que hay por el camino y el viaje de vuelta lo haré en tren.
     Llevo ya unas cuantas jornadas, voy bien de dinero pero tengo que ahorrar para la vuelta, he preguntado en este pueblo por algo de trabajo, parece que a estas alturas del año lo poco que hay está repartido entre sus habitantes, dicen que en el pueblo vecino de Cadahalso puede que necesiten mano de obra en la fábrica de vidrio, para partir y colocar la leña; sin pensarlo me cojo el camino y me voy hacia Cadahalso. No me doy cuenta que ya es tarde y empieza a hacer frío, voy caminando y el frío arrecia, está anocheciendo, Cadahalso está a unas pocas leguas, debo estar a mitad del camino, tengo que buscar un refugio, no debí de salir de Escalona hasta el día siguiente y estas fechas son malas, pero como ha cambiado el tiempo, cada vez hace más frío, el viento, ahora el viento, ¿Dónde estoy? No se ve nada, ya no se ve nada, solo viñas ¿y el camino? ¿Dónde está el camino? Dios mío estoy perdido, tengo que hacer un fuego o moriré de frio y ahora chispea, llueve, está lloviendo, oscuro, está muy oscuro y no veo nada, tengo que encontrar donde refugiarme, es este árbol, debajo de este árbol, una roca, una roca junta al árbol, es un olivo.

     Tengo una manta, la desato y me envuelvo en ella, hasta la cabeza, sigue lloviendo, el agua está muy fría, la manta ya está empapada, siento el agua a mi alrededor, estoy tiritando, doy diente con diente, el frío es intenso, me acurruco y me hago una bola, intento darme calor, me arrimo a la roca, es peor, sobre ella escurre el agua, ya estoy calado, el agua inunda todo mi cuerpo, el frío es muy intenso, ahora el viento, ráfagas de viento, más frío, ya no puedo más, voy a morir de frío, yo que vivo en terreno cálido voy a morir de frío, ya no lo soporto más, debería levantarme, irme de aquí, pero tengo frío, mucho frío, no puedo, no puedo, ¡Dios mío! ¡Dios mío! Lo que siento es no poder ver a mis hijas y a Teresa, lo doy por bien, mi vida por las suyas, tenía que pagarlo, mi vida por la de ellas, está bien.
     Un sopor me envuelve, ya no siento frío, ni siquiera el agua que cae, es curioso no siento ni humedad ni frío, si esto es la muerte bienvenida sea, una luz, veo una luz, dicen que cuando mueres se ve una luz, tengo que ir hacia ella, hacia la luz, pero… la luz se mueve, se acerca, ¡Es alguien! ¡Una persona! ¡Socorro! No me sale la voz, por Dios que me vea.
     - Hola, que haces aquí, en medio de este temporal – Me dice la luz.
     Yo le miro, no me sale ni una palabra, no tengo fuerza ni para hablar.
     - Te has perdido ¿verdad? Pero a quién se le ocurre salir con este temporal y de noche.

     No me sale ni una palabra, solo miro lo que hace, con una habilidad impresionante pone algo que parece una manta encima de mí y él también se mete dentro, está lloviendo mucho, cuando se cale la manta estaremos igual, nos calaremos ahora los dos, de momento se siente calorcillo. Pasa como un cuarto de hora y el suelo se ha secado, sigue lloviendo, suena la lluvia sobre la tela y no se empapa, sopla el viento como un huracán y no se mueve la tela que nos cubre, está como flotando y no veo nada que lo sostenga, dentro hace calor, me estoy recuperando, ya no siento frío, más bien diría que tengo calor, estoy muy cansado y los ojos me pesan, me cuesta tenerlos abiertos.
     - Duerme, no te preocupes, yo vigilo que no ocurra nada – me dice.
     Está amaneciendo, he dormido de un tirón, abro los ojos y veo a mi extraño compañero, recoge la tela con la que nos hemos cobijado, todo está húmedo menos donde hemos dormido, es curioso, está seco.
     - Vamos dormilón – me saluda con una sonrisa – tiene que seguir tu camino.
     - Gracias por tu ayuda – le tuteo – si no es por ti no lo hubiera contado, ¿cómo te llamas? – le pregunto mientras me agacho a coger mis bártulos.
     - Mi nombre es Santiago… … …te espero.

     Me levanto y no hay nadie, Cadahalso está ahí mismo, estaba muy cerca, humean las chimeneas, parece un pueblo acogedor; entro en el pueblo, está impregnado de un olor a leña quemada, es un olor particular, un olor a pueblo, las calles aún están vacías, llego a la puerta del ayuntamiento, en una fuente hay varias señoras cogiendo agua, me acerco y pregunto por Santiago, doy señas de su rostro y como iba vestido, piensan y comentan entre ellas, no saben quién puede ser el tal Santiago, nadie que se llame Santiago coincide con los datos que doy.
     - Por favor ¿me pueden decir dónde está la fábrica de vidrios? – pregunto – y ¿si es posible encontrar trabajo?
     - Mire, siga usted esta calle, es la calle de la iglesia y la primera calle a la izquierda se encontrará con ella, casi siempre necesitan trabajadores – me dice una de las señoras.

     - Muchas gracias – me despido – Adiós.
     ¿Quién me ha salvado? ¿Ha sido un sueño?... …sigo mi camino.

                                      FIN

viernes, 15 de mayo de 2020

CADAHALSO (Decimotercera Entrega)

CADAHALSO. LIBRO DE ÁNGEL SÁNCHEZ MORENO "CANILLO".
 (Décimotercera entrega).

Capítulo IV (Cont.)  De lo que sucedió en Cadahalso para dejar de ser lugar o aldea de Escalona.


Cadahalso se hace VillaEn 1634, ¡Por fin Cadahalso se hace Villa!

Privilegio de Villazgo a favor de Cadahalso: “En la Villa de Madrid a 4 días del mes de Mayo de 1634, los testigos presentes Don Pedro de Castroverde vecino de esta Villa, ayuda de Cámara del Señor Infante Cardenal en nombre y por virtud del poder que tiene del Concejo, Justicia y Regimiento y vecinos del lugar de Cadahalso, otorgado a favor de Alonso Díaz en el mes de Octubre de 1633.


Esta escritura está compuesta en los siguientes términos:
Sepan cuantos vieren esta carta de poder, como nosotros el Concejo, Justicia y Regimiento y hombres buenos del lugar de Cadahalso, jurisdicción de la Villa de Escalona.
Ante mi el presente escribano, testigos y escritos Francisco Hernández de Espinosa y Alonso Díaz, alcaldes ordinarios del lugar de Cadahalso y Diego de Matatoros y Juan Manuel regidores de dicho lugar y Pedro Alonso, Francisco de Talavera, Juan  Moreno, Tomás Cordero, Pedro Cobos, , Alonso de Bermesca, Miguel Sorián, Alonso de Serena, Francisco Blanco, Antonio de Obando, Pedro Alonso de Luna, Pedro López, Francisco Sánchez, Miguel Moreno, Diego Hernández, Antriz Martín, Francisco de Casa, Alonso Caballero, Simón Ramos, Francisco Blanco, Jusefe Rodríguez, Thomas Hernández, Juan Moreno, Nicolás Moreno, Miguel Blanco, Hernando Moreno, Antonio Rodríguez, Gregorio Gómez, Pedro Rodríguez, Gaspar San Martín, Antón González,  Francisco de Villaguiran, Diego González, Alonso Ordóñez, Gabriel Gómez :

Todos juntos como dicho es de mancomún = Dijeron que ellos han pedido al Excelentísimo Don Diego López Pacheco Cabrera y Bobadilla, Marqués de Villena, Moya y Duque de Escalona les dé el consentimiento para hacerse Cadahalso Villa y se eximiese de la jurisdicción de la Villa de Escalona.

Este escrito ya se había realizado en Madrid a 5 de septiembre de 1633 el doctor y escribano Pedro López Cantero en nombre del Marqués de Villena, dice que los lugares que se quieran hacer Villas y eximidas con jurisdicción, civil, criminal y milicia, pidan licencias a su Majestad, para obtener los consentimientos y pagar la cantidad que por esta razón hubiere.

Sigue el escrito… Digo que los lugares de Cadahalso y Cenicientos de la Villa de Escalona. Hagan merced de dar el consentimiento, para que dichos lugares sean Villas con jurisdicción de justicia civil, criminal, administración de rentas, cobranzas y guardar sus bosques.

Que el dicho lugar de Cadahalso ha de tener dos alcaldes ordinarios, dos regidores y un procurador general y han de elegir personas doctas para dichos oficios...

Tiene 120 vecinos y este tiene que dar 7000 maravedies por vecino para poder hacerse  Villa...



Doy su consentimiento para los lugares de Cadahalso y Cenicientos puedan eximirse de la jurisdicción de la Villa de Escalona y sacar y ganar privilegios de su Majestad haciéndolas Villas con jurisdicción de por si alta y baja. Así mismo nos obligamos en bienes, muebles, frutos y rentas del Concejo que ahora tiene y tendrá de aquí en adelante, y damos poder cumplido a jueces y justicias de sus Majestades de todos los Reinos y Señoríos a cuya jurisdicción nos sometemos y obligaciones.

Por todo rigor de derecho y vía ejecutiva se obliga a dicho Concejo, Justicia, Regimiento y vecinos de Cadahalso a guardar dichas condiciones.

Lo firma Pedro de la Rea, notario público del reino, residente en corte y vecino de Madrid.”1 ( AHN, NOBLEZA, Frías, C.757, D.17-18)

En el archivo municipal de Escalona posee los siguientes libros relacionados con Cadahalso:  

LIBRO AÑO 1461-1734 ASIGNATURA JUR 2 Reconocimiento y otros papeles en el Monasterio de Guisando 
LIBRO AÑO 1604 ASIGNATURA JUR.20  Manuscrito de Aldeas, pleitos de Cadahalso.



En lo económico, Cadalso tenía como una de sus mayores fuentes la producción de madera que era usada para hacer el puente sobre el río Alberche, junto a Escalona. Esta

riqueza maderera fue un foco de conflicto. Su obligación como aldea era vender ésta en el

mercado de Escalona. En 1772 escribe Ponz en su viaje de España, que al salir de Escalona se pasa por el Alberche por un largo puente de tablas. Cadalso se salía fuera del marco económico-administrativo de la villa al vender en otros lugares su producción de madera. Estos notorios hechos nos dan idea exacta del carácter noble y digno de los cadalseños a lo largo de su Historia. Tienen conciencia de su dignidad humana y de sus derechos ante Dios y antes los hombres, y porfían, forcejean, luchan sin tregua ni cuartel, hasta conseguir que se les haga justicia, y se les reconozcan sus derechos históricos, lo que consiguen varios siglos más tarde.2  ( Manuscrito de D. Antonio Cirilo González García (sacerdote), de padres cadalseños).
Fotos:  Antiguas sin conocer el autor y Javier Perals.
Texto: Ángel Sánchez Moreno "Canillo".

jueves, 14 de mayo de 2020

SEÑALES DE MADERA

SEÑALES DE MADERA. LAS FUENTES DE CADALSO.
     Hace mucho tiempo, no sé si seis o siete años, si, si, siete, en 2013, Pedro Alfonso me endosó la tarea de hacer unos letreros para las fuentes más significativas de Cadalso. Culminarían así un proyecto de limpieza y señalización de las fuentes que se habían planteado un grupo denominado "Los amigos de las fuentes de Cadalso".

     Pedro se preocupó de conseguir los materiales que servirán de soporte y el Ayuntamiento le proporcionó cuatro gruesos maderos y cuatro tablas.


     Fuimos a buscarlos a los almacenes del Ayuntamiento con la furgoneta y los llevamos a mi casa. Por aquel entonces corté las tablas con forma de flecha y lijé dos maderos y dos tablas. Diseñé las letras, hice unos moldes en cartón y dibujé los letreros de dos fuentes: la Fuente del Pilar y la Fuente de la Peluquera. 


     No sé si Pedro imaginaba el trabajo que aquel proyecto suponía, o si pensó que pintaría las letras sobre la madera y listo, pero mi diseño incluía el grabado de las letras en el madero vertical y en la tabla horizontal.


     Tuve que empezar por el lijado de todas las piezas de madera.


Canto tabla sin lijar.
Canto tabla lijado.
      Se iniciaba después un lento proceso de marcado de las letras con un formón y un mazo de goma.

     Después hice un vaciado de cada letra, procurando coger bien la veta para evitar que el corte se hiciera muy profundo.
     A continuación se alisaba o lijaba el interior de cada letra.

     Una vez tallado el nombre completo se le daba el tratamiento anticarcoma y se dejaba secar de una semana a diez días. Después se le dieron dos manos, también distanciadas una de otra en diez días, de un protector hidrófugo. Ambos productos son transparentes con lo cual no cambia apenas el color de la madera.

     Bien secas las maderas, y en tiempo seco, se pintaban las letras en la parte que habían sido vaciadas, lo que hice con una pintura sintética que se utiliza para pintar sobre metal con acabado de forja, en color azul.



     El trabajo quedó interrumpido con el proyecto Betania y aunque es cierto que podría haber sacado algo de tiempo para ir avanzando el trabajo pendiente, los letreros quedaron arrinconados largo tiempo con el pesar de Pedro y de Luisi, que repetidamente me preguntaban por aquellas señales. Además Pedro me seguía mandando trabajos.



     La declaración del Estado de Alarma me daba la oportunidad de hacer un parón en multitud de tareas en las que estaba metido: mantenimiento y nuevos arreglos en Betania; preparación de obras teatrales y decorados para dos grupos, el de Cadalso y es de Santa María; la preparación de actividades de la AACSCV tanto salidas al entorno como exposiciones, además de una serie de actividades semanales que me había propuesto cumplir: una salida a la naturaleza y la asistencia a una actividad cultural o una exposición en Salamanca o en Madrid.


     El largo confinamiento, que a algunos les parece tedioso y aburrido, a mí se me hace corto para ir resolviendo tareas que tengo pendientes hace tiempo, como la de hacer los letreros de las fuentes.


     Así pues he reiniciado esta tarea y espero tener acabado todo antes de que llegue el verano. Luego tendremos que hablar con el Ayuntamiento para buscarles el sitio adecuado y la forma de instalarlos.
Fotos y texto: Javier Perals.

martes, 12 de mayo de 2020

HUELLAS INFINITAS

RELATO PRESENTADO AL CONCURSO LITERARIO 2020
HUELLAS INFINITAS                David Martín Toledano

   La amistad es un alma que habita en dos cuerpos, un corazón que habita en dos almas.
Así me sentí el día que terminé una de las experiencias más bonitas que he vivido en mi vida. Era un domingo, aproximadamente las 11:00 horas, el sol reinaba en el cielo, iluminando todo a nuestro alrededor, guiándonos en lo que sabíamos que era el final esperado, el fin de una aventura especial, el fin de un capítulo escrito con letras de oro en mi corazón.

Ese final era la Plaza del Obradoiro. Allí estaba grandiosa, imponente como un monstruo divino con los brazos abiertos, esperando abrazar a todas las personas que allí nos encontrábamos.
Me quedé parado, me sentía pequeño, indefenso, incluso con miedo, sin creerme que allí estaba mirando todo a mi alrededor. Recuerdo que sólo se me ocurrió en ese momento quitarme la mochila y alzarla al cielo, el mismo que me había guiado hasta ese final. En ese momento me sentí un gigante, alguien poderoso, orgulloso del final que había conseguido.

Mi memoria recorrió esa semana intensa, recordando lo bueno y lo malo, todo el cúmulo de sensaciones que conlleva un viaje de este tipo.
Todo comenzó unos meses antes, cuando después de hablar, no recuerdo, pero serían cinco minutos escasos, dos miradas se cruzaron y todo fue sobre ruedas. Cuando menos nos esperábamos, estábamos en un autobús que no dormía, camino del norte. Llegamos con las primeras luces del día, cansados, pero con la adrenalina a tope, dispuestos a conocer toda la magia que envolvía este viaje.
Después de degustar un maravilloso desayuno emprendimos el camino. Comenzamos a andar y, en ese mismo instante, ya se palpaba lo que significaba hacer el Camino de Santiago. En ese primer día comprendimos que vivíamos algo especial. Descubrimos lo que significa la amistad, el respeto, la fantasía, la emoción y todas las enseñanzas que transmite ese lugar mágico.

Esa primera caminata terminó y con sorpresa descubrí, sin darme cuenta, que el tiempo había pasado tan rápido como efectivo. Después de descansar, dimos una vuelta por el lugar que habíamos decidido que fuera nuestro primer final. La gente de ese lugar nos acogió con todo el respeto del mundo y seguimos descubriendo esa magia que envolvía todo.
Los días iban pasando y la aventura se hizo más emocionante. A tres días del final ocurrió algo inesperado: mi acompañante, en uno de los trayectos, tropezó con una piedra y se dañó uno de los dedos del pie. Al principio fue algo pasajero pero, con el paso del tiempo, esa molestia fue a más.
Fue el momento más duro del viaje; alguien o algo, no sabría decir quién o qué, nos ponía a prueba. Reunidos los dos, se planteó el momento nunca pensado, el temido abandono, era un momento difícil pero entendible.

En ese momento surgió la leona que siempre es, me refiero a mi prima, la persona que me acompañaba en el viaje, la misma que después de aquellos cinco minutos de tertulia, me miró y se unió a mí para hacer este viaje. Ella es una de las personas más importante de mi vida, mi compañera de aventuras, no sólo de esta, sino de muchas más en mi vida.
Se buscó una solución y se pudo continuar. La solución era no tirar la toalla, estábamos allí por y para algo y teníamos que demostrarnos que no había ningún muro que no pudiéramos saltar, ningún puente que no pudiéramos cruzar, ningún escollo que no se pudiera solventar. Desde ese momento se hizo todo con más paciencia, más despacio, con la misma ilusión, incluso más renovada aún.
Fue duro, pero gratificante; fue bonito, pero estresante; fue mágico, pero real. Con las mejores sensaciones de mi vida.

Desde ese momento el camino entró en mí y yo entré en él, todavía hoy después de algunos años siento en la distancia que algo de mí está esperándome otra vez en esa magia que envuelve todo el Camino de Santiago.
Hoy, escribiendo este relato, todavía recuerdo grandes amigos que dejé allí, grandes experiencias que allí viví, grandes emociones que allí sentí y, sobre todo, que pude descubrirme a mí mismo. En cada paso que daba una herida se me hacía en el alma; eran heridas que no sangraban, que no duelen, que no dejan cicatriz; son heridas que te hacen ser mejor persona, heridas que nunca se cierran, porque en cada día de tu vida te sirven para ser más maduro, más inteligente, más adulto, en definitiva mejor persona.
Nunca tendré palabras suficientes para describir todo lo vivido.

Mi camino está hecho con pies valientes, aun cuando están cansados, arriesgan un paso. Es esa dulce valentía que me ha traído hasta aquí.