NACIMIENTO O BELÉN.
En esta época de Navidad, coincidiendo con el término de un año y el comienzo del otro, en muchos hogares españoles se guarda la tradición de "montar el Belén" en conmemoración del nacimiento de Jesús.
Tanto en Italia como en España, donde tal vez está más afianzada esta tradición, las figuras y el entorno del belén se adaptan bastante a las características geográficas propias ya sea en ropajes, tipos de tiendas, edificios como los famosos molinos de viento o incluso la decoración de paisajes nevados.
Tan extendida como la tradición de poner belenes está la tradición de visitarlos, especialmente en aquellos lugares en los que hay diversas iglesias, monasterios, asociaciones belenistas y también ya los propios ayuntamientos.
En pueblos pequeños solemos encontrar siempre uno en la iglesia, y además hay comercios o asociaciones que montan el suyo propio. Este año parece que con menores posibilidades de mostrar los nacimientos y con el cierre de muchos negocios ha caido el número de instalaciones de belenes.
En Salamanca he podido visitar, en sólo una tarde, tres belenes, aunque sólo hice fotos en uno de ellos. Un belén en el escaparate de una farmacia, el instalado en Las Salinas, el edificio de la Diputación de Salamanca y el último, al que corresponden las fotos, el instalado en el Auditorio de San Blas, antigua iglesia cercana a Fonseca.
No es un belén muy grande pero recoge numerosas escenas bíblicas como el empadronamiento, la búsqueda de posada, la anunciación a los pastores y la matanza de inocentes ordenada por Herodes; y otras de tradición popular, como las tiendas, la taberna, el alfarero o la castañera.
El portal de Belén, donde José y María se han refugiado para el nacimiento de Jesús, presenta un aspecto deplorable y casi peligroso pues el tejado de tablas amenaza con venirse abajo.
A la entrada te facilitan un folleto que te anima a encontrar ciertas figuras o montajes para hacer más interesante la visita de los más jóvenes, como el perro que juguetea con los ropajes de un pastor y que está bastante oculto dentro de un callejón.
Fotos y texto: Javier Perals.
