Sobre uno de estos cerros existe una piedra de gran tamaño, "tolmo" que sirve de testigo para indicarnos cómo ha actuado la erosión.
Hay también piedras en forma de setas, como las que hay en la Ciudad Encantada de Cuenca, aunque en menor cantidad y de menor tamaño.
Seguiremos por el camino anterior, cruzaremos el arroyo del Molinillo, que aquí cambia de nombre pues pasamos ya a la provincia de Toledo. Al llegar a la cañada tomaremos el camino a la derecha y siguiendo las indicaciones llegaremos al lugar donde se situaba la ermita de San Julian, de la que pocos vestigios quedan, aunque resultan muy curiosas algunas de sus marmitas, tumbas y grabados.
Retornaremos a la Cañada y la seguiremos un buen tramo entre buenos ejemplares de pinos aunque muchos fueron devastados hace algunos años por un pavoro incendio que se extendió desde las inmediaciones del antiguo vertedero de Cadalso.
Muy próximo al camino se encuentra una lagareta rupestre, probablemente para obtener aceite ya que cuenta con un vaso de decantación.
De regreso ya por el camino hacia la carretera de Lancha la Osa, se hace bien visible la cantera que lleva el mismo nombre y a pocos metros de allí podremos contemplar un magnífico madroño incluido en el catalogo de "Árboles singulares de Madrid".
Seguimos nuestro camino de regreso ahora entre viñas y pasaremos cerca de la Finca Las Mariscalas, donde se encuentra la bodega de Aumesquet Garrido, que en esta ocasión no podemos visitar por incompatibilidad de fechas, pero que en otra ocasión visitaremos por expresa invitación de Antonio.
Casi sin darnos cuenta el camino se va empinando, y por el antiguo camino de Cadalso de los Vidrios a Almorox llegaremos a la carretera de Madrid (M-507) que cruzaremos para tomar el camino de Canto Gordo, entrando en Cadalso por la zona de La Castellana.