PATROCINADORES 2023-1

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La Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Cadalso de los Vidrios agradece su colaboración a todos nuestros PATROCINADORES. Muchas Gracias.

PATROCINADORES 2023-2

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MAPA DE METRO DE LOS CAMINOS DE SANTIAGO

MAPA DE METRO DE LOS CAMINOS DE SANTIAGO
FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DEL CAMINO DE SANTIAGO LEVANTE-SURESTE

MAPA FOLLETO

MAPA FOLLETO
MAPA DEL CAMINO DEL SURESTE A SU PASO POR LA PROVINCIA DE MADRID, DESDE ESCALONA A CADALSO Y DE CADALSO HASTA CEBREROS, CON FOTOS DE LUGARES SINGULARES DE TODAS LAS POBLACIONES.

INFORMACIÓN FOLLETO

INFORMACIÓN FOLLETO
CARA DE INFORMACIÓN DEL MAPA DE LAS ETAPAS DEL CAMINO DEL SURESTE A SU PASO POR LA PROVINCIA DE MADRID ENTRE ESCALONA (TOLEDO) Y CEBREROS (ÁVILA) CON INFORMACIÓN DE LOS RECURSOS EN LOS DISTINTOS MUNICIPIOS. ESTE FOLLETO HA SIDO EDITADO POR LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO EN CADALSO DE LOS VIDRIOS CON EL PATROCINIO DE LA CONSEJERÍA DE TURISMO DE LA COMUNIDAD DE MADRID. AGRADECEMOS AL AYUNTAMIENTO DE CADALSO SU COLABORACIÓN.

domingo, 4 de octubre de 2020

ADENTRARSE EN UNA MINA 2

 ADENTRARSE EN UNA MINA 2.

DESCRIPCIÓN MINA “LA GALACHE”

     Como dije en la anterior entrada sobre esta mina, me encanta meterme en minas, cuevas, grutas y agujeros, incluidos pozos. En la foto de portada señalo el regato y la acumulación de sedimentos que bloquea parcialmente la mina.

         Ya comenté que fuimos el martes 11 de agosto de 2020, a las 8 de la mañana, con Jose Ignacio Herrero y Emilio Calvo, que era la primera vez que entraba en ella y que hice una primera incursión de reconocimiento.


 
        Pertrechado con botas de agua, linternas varias, un casco de espeleología y una bobina de cuerda de 85 metros con marcas cada cinco metros para medir la profundidad de la mina, me pongo un cinturón sobre el mono que lleva un mosquetón donde engancho la cuerda de medir e inicio una nueva incursión mientras mis dos compañeros quedan encargados de las tareas de medida. 

                                            

     Llevo la linterna grande además de la que va colocada en el casco. En esta segunda entrada aprecio que hay numerosas pisadas humanas de entradas anteriores.

     Los diez primeros metros los hago abriendo las piernas y apoyando las manos (a cuatro patas) para no gatear sobre el suelo que está muy húmedo. Se hacen las siguientes anotaciones:

     10 m. curva suave a la derecha. Techo bajo que obliga a ir a gatas. Suelo esponjoso y húmedo.

Primer tramo desde el interior, se ve el primer charco y como se inicia la curva (entrando hacia la derecha). En la entrada quedó mi perro esperando mi salida.

     12 m. primer charco de agua, Aquí ya paso agachado pues empieza a subir el techo de la mina.

Zona encharcada

     14 m. la altura del techo permite ya ponerse de pie. Se inicia una curva suave a la izquierda. 


   24 m. curva suave a la izquierda. Entre la curva anterior y ésta hay un suave zig zag.


     26 m. estoy de pie, hay bastante cieno en el suelo y un pequeño reguero de agua. Para evitar el cieno pegajoso que parece que se va a quedar con mis botas ando por el reguero. Numerosas pisadas en el barro.


     33 m. curva suave a la derecha.


   47 m. curva fuerte a la izquierda. Prácticamente es de 90 grados, al entrar la primera vez me pareció que la mina acababa aquí. No está indicado pero de dos a tres metros más adelante la curva fuerte, de menos de 90 grados es a la derecha. Esta especie de sifón dificultará desde este momento el arrastre de la cuerda. A partir de aquí las voces no resultan comprensibles ni para los de dentro ni para los de fuera.



     55 m. nueva curva suave a la izquierda, aunque por una de las fotos es una especie de zigzag.


     58 m. parón. En esta segunda entrada sólo hice dos fotos a un pequeño roedor, creo que una musaraña de pelo claro. Un momento antes se me abrió la linterna y cayeron las pilas, las recogí del cieno, las limpié y las volví a colocar recuperando la luz de la linterna grande.


     70 m. última curva. 90º a la izquierda.


     74 m. montón de escombro de dos a tres metros antes del fondo de la mina.

     77 m. fondo de la mina.

Fondo mina.

Esa misma tarde volví a la mina con dos personas más y repetimos las mediciones confirmando casi todas las anotaciones.



Tras la tercera incursión en el mismo día tomamos un sendero y llegamos hasta una segunda mina, más amplia aunque sólo de siete metros de profundidad.


En días posteriores se volvieron a hacer marchas a la mina, en una de ellas coincidimos, ya en la boca de la mina, con un grupo que hacía el Sendero de La Canal.


Una mina de características similares a La Galache se encuentra en las proximidades del Pantano de San Juan, en el término de San Martín de Valdeiglesias. Me dijeron que tendrá unos 70 metros de profundidad y me gustaría ir a medirla. Ya os contaré.

Fotos y texto: Javier Perals.

sábado, 3 de octubre de 2020

POR EL CAMINO DE LAS CANTERAS

 PASEO POR EL CAMINO DE LAS CANTERAS.

     Cadalso de los Vidrios está situado sobre un terreno granítico, por lo que desde hace siglos se extrae piedra para la construcción de edificios.


     Por estar situado en el camino de Toledo a Ávila, que servía de unión entre las dos Castillas, su piedra se utilizó en la construcción de numerosos edificios de la provincia de Toledo. No hay que olvidar, como nos recuerda nuestro amigo Ángel "Canillo" que Cadahalso perteneció mucho tiempo a la Tierra de Toledo y dependía también de su arzobispado.


     Numerosas iglesias, palacios y hasta parte del Hospital de Tavera se aprovisionaron de granito de Cadalso para su construcción, quedando alguna constancia de este origen en Fuensalida, Torrijos y Toledo.

     La extracción de granito era una costosa y pesada tarea que se hacía utilizando cuñas para la separación de bloques y que después se tallaba por los canteros. Eran pequeñas canteras familiares y artesanales que no utilizaban maquinaria ni explosivos. 

     Desde las canteras desgranadas en torno a la Peña Muñana a las del Lanchón, al sur de la localidad, de donde se extraían piedras circulares para la construcción de muelas de molino.

     Con el tiempo estas actividades artesanales dieron paso a una industria minera con maquinaria pesada llegando a coexistir en la localidad dos grandes empresas: Marcelino Martínez y La Levantina.





     En el incendio del año pasado, cuando el fuego atacó la peña por el lado sur y por el este, parece que la cantera de Marcelino Martínez sirvió de cortafuegos evitando una mayor extensión del territorio quemado y especialmente que el fuego entrara en el Pinar del Concejo.

     Paseando, en el pasado mes de junio, con mi perro por el camino que parte desde la entrada del camping pude contemplar los bellos paisajes que la Peña Muñana ofrece, aunque un poco más adelante se convirtiera en desolación.



     Gran parte de lo quemado fue arrancado y arrastrado hacia la parte baja donde se separaron los troncos que fueron apilados en un claro, mientras el resto se amontonaba o esparcía por varios lugares.




     El tremendo clareo realizado ha dejado la peña, por este lado, completamente desarbolada y a merced de la erosión.





     También es verdad que en este paseo vi por primera vez cosas que en paseos anteriores no pude apreciar, como la enorme roca cortada en tres "a cuchillo", los curiosos relieves en el lateral de otra roca o la roca puntiaguda en un alto.




     De regreso observé unas placas colocadas para el control de plagas.



Fotos y texto: Javier Perals.

jueves, 1 de octubre de 2020

ADENTRARSE EN UNA MINA I

 ADENTRARSE EN UNA MINA. LA MINA DE LA GALACHE I.

     Tras el parón veraniego, bueno parón con respecto al blog y a las comunicaciones por redes, porque este verano he estado cualquier cosa menos parado.


     La mayor parte del tiempo lo he pasado en Puerto Seguro, un pequeño pueblo salmantino situado en las Arribes del Águeda (afluente del Duero) y cuna de Agustina, mi mujer. Aunque mis revisiones médicas y algunas otras circunstancias me han hecho volver por Cadalso cada quincena.



     Una de las actividades que llevaba en mente para realizar, aparte de la finalización del empedrado del patio, era la medición de una mina descubierta el año pasado tras permanecer muchos años oculta por zarzas y otros vegetales. Por mis amigos es conocida mi afición a meterme en cuevas, grutas y huecos.

   

   Tenía un rollo de cuerda de casi cien metros de longitud y sobre ella trencé, cada cinco metros, un fragmento de cinta de persiana en la que había pintado los números 5, 10, 15, 20 y así sucesivamente hasta llegar al número 85, pues la cuerda restante no llegaba ya a los cinco metros.


     Tras este minucioso trabajo enrollé la cuerda en una especie de carrete para guardar la manguera, lo que facilitaba ir soltando cuerda sin que se liara entre sí o formara nudos.

     Por fin, el 11 de Agosto, con Jose Ignacio y Emilio bajamos por un carril hasta el desvío a la mina. Iba provisto de casco, linternas, un palo largo para tantear y ropa y calzado adecuado a estas tareas.

 



   Cuando llegamos a la boca de la mina, era la primera vez que la veía aunque había visto algunas fotos, la apertura de la mina era apenas de unos 70 centímetros, lo que obligaba a pasar en cuclillas o a cuatro patas.


     Ni Jose Ignacio ni Emilio se animaron a pasar por la poca altura de la entrada, que encima aparecía parcialmente cubierta por una nube de pequeñas arañas de patas largas. Me puse el mono, unas botas viejas y el casco con su frontal incluido, una cámara de fotos compacta y la vara larga para tantear el suelo y a cuatro patas empecé a adentrarme en la cueva para hacer un primer reconocimiento.


     El suelo aparecía esponjoso, mullido y húmedo y procuré pasar rápido los primeros metros pues las arañas se descolgaban a mi paso. Cuando vi el primer charco el techo empezaba a cobrar altura, lo que me permitía avanzar agachado y al poco ya estaba de pie. En esta primera incursión no llevaba la cuerda para medir la profundidad de la mina, pero cuando se pudo medir resultó que eran algo más de diez primeros metros los que no permitían ponerte de pie.


     A partir de aquí mi paso era lento, tanteando con el palo, esquivando montones de lodo blando y algunos charcos. Tomé seguridad al ver el suelo de piedra que un pequeño reguero de agua había limpiado y que se enturbiaba a mi paso.


     Con el frontal del casco me pareció divisar el fondo de la cueva y me sentí desilusionado pues no llegaría a cuarenta metros el espacio recorrido. Aunque ya no veía la luz exterior me comunicaba a voces con mis compañeros en el exterior que anotaban algunas cosas que les iba diciendo.


     Lo que parecía el fondo de la mina no era mas que un giro brusco de la galería hacia la izquierda que se repetía apenas a dos metros hacia la derecha. Nuevamente la luz de mi linterna se perdía en la oscuridad de la mina.


     Me fijaba en los colores de techo y paredes y en los montones de lodo del suelo que identifiqué como el guano que dejan los murciélagos. Aunque sentía la humedad en los pies prefería andar metiendo los pies en el agua con la piedra en el fondo que sobre aquellos montones blandos y pegajosos.


     Vi un tritón oscuro de buen tamaño, un ratón o musaraña rubia y tres murciélagos que se asustaron con mi presencia. 


     Otra vez la linterna me muestra lo que esta vez sí parece ser el fondo de la mina, pero nuevamente un recodo más cerrado que el anterior me presentaba el último tramo de la mina.


     Una vez toqué el fondo de la mina me entretuve en hacer algunas fotos, fijarme en hendiduras que parecían hechas con barrenos, manchas blancas, doradas y negras y fui regresando procurando pisar en mis propias huellas y evitando los montones de lodo y limo.

     Volví a encontrarme con aquel recodo que había interrumpido la comunicación con el exterior pues desde ese punto apenas se oía y no se entendía nada. 


     Al llegar a los charcos vuelta a agacharme y andar a cuatro patas para salir al exterior.

     Mis compañeros me preguntaban si me podía poner de pie, si había mucha agua, si había barro y si había galerías que salieran de la principal.


     Anoté mis observaciones que recordaba mentalmente dejando un espacio para anotar la distancia desde la boca de la mina: zona de gateo, zona de ir agachado, primer charco, zona con altura para ir de pie, primera curva, codo a la izquierda de un ángulo inferior a 90 grados, recodo a la derecha con un ángulo cercano a los 90 grados, curva a la izquierda, ultimo recodo y fin de la cueva.

     Acordé con ellos que en cada uno de esos puntos haría una parada, pues a partir del recodo se perdería nuestra comunicación. Ellos deberían ir anotando los metros de cuerda de cada parada y yo debía memorizar si hacía alguna otra parada por otra razón. Me quité las botas viejas y los calcetines mojados y los cambié por otros calcetines más gruesos y unas botas katiuskas o de agua. Me puse el cinturón donde llevaba el mosquetón al que iba atada la cuerda y volví a meterme en la mina.


Continuará.

Fotos y texto: Javier Perals.