SEÑALES DEL CAMINO DE SANTIAGO DE LEVANTE
El jueves 13 de agosto, aprovechando que las temperaturas
han aflojado un poco, he podido completar el tramo del Camino de Santiago del
Levante entre la M-507 a su paso por el término municipal de Almorox y San
Martín de Valdeiglesias, ya en la provincia de Madrid.
Inicié este tramo el 28 de Junio pasado, tras recibir una
llamada de un simpatizante del Camino, y que además ejerce de hospitalero en
alguno de los albergues del Camino de Madrid, enterado de que había señales
caídas en el Camino de Levante entre Almorox y San Martín, debido a la limpieza
y ampliación de cortafuegos llevados a cabo por la Junta de Castilla La Mancha.
El camino lo inicié en sentido inverso partiendo desde San
Martín, verificando la existencia de diversas señales, la posible desaparición
de otras y la necesidad de repintar algunas flechas amarillas. Debido al calor
debí volverme cuando llevaba recorridos unos seis kilómetros, aunque como he
comprobado hoy me quedé a menos de un kilómetro de la señal caída.
Tras completar hoy el tramo desde la M-507 puedo aportar
fotos de todo el tramo en su orden natural.
Tras cruzar la N-403 entre Toledo y Ávila, en poco más de un
kilómetro se asciende a una loma por la que transcurre el Camino de Santiago de
Levante, convertido gracias a la asociación de la Comunidad Valenciana en el
GR-239. En este punto alto se cruza con la carretera M-507 que llega hasta
Navalcarnero.
A ambos lados de la carretera fincas para uso ganadero por
lo que las entradas están delimitadas por pasos canadienses, aunque los dos
pasos precisan de ciertos arreglos.
El camino sigue ascendiendo entre pinares mientras se dirige
hacia el norte. Existen algunas bifurcaciones sin ningún tipo de señal. En esta
primera parte del tramo no se ha intervenido, a pesar de los carteles de aviso,
por lo que cabe pensar que no se colocaron o que han sido destruidos. Debido a
la presencia de algunas rocas podría subsanarse con pintura de flechas.
Más adelante este camino desemboca en un camino asfaltado
por el que hay que retroceder para tomar más adelante el camino que nos llevará
a San Martín. En esta intersección hay un cartel indicativo claro.
Tras una curva del camino asfaltado se aprecian los primeros
trabajos de limpieza y ampliación de cortafuegos, seguramente espoleados por el
incendio que el verano pasado asoló los términos de Cadalso de los Vidrios y de
Cenicientos (pueblos de Madrid) que se había iniciado en Almorox (pueblo de
Toledo).
El camino asfaltado inicia un descenso hasta llegar al
límite de la provincia de Madrid, antes de entrar en esta provincia, tras pasar un nuevo portillo con un
paso canadiense colapsado, a mano izquierda, se inicia un vertiginoso descenso.
Algunos ciclistas con los que he podido hablar me cuentan
que era un pequeño camino de unos tres metros de ancho que ha sido reconvertido
en un amplio cortafuegos, pero con tanta inclinación que se han dispuesto
cuatro aliviaderos que cruzan el cortafuegos para evitar los efectos de la
erosión.
Cuando estoy llegando abajo diviso un cartel en el suelo, en
el margen del cortafuegos, y al acercarme compruebo que efectiuvamente se trata
de uno de los carteles que señalizan el Camino de Levante.
Las fuertes lluvias caídas hace dos días me permiten cavar
con facilidad un agujero para introducir el poste que sujeto con tres pesadas
piedras antes de enterrar y fijar así suficientemente la señal.
Nuevas fotos a la señal erguida y continuo el camino, no
perdiendo una referencia muy característica, un alto cerro sobre el que se
encuentra una antena.
Sigo encontrando algunas bifurcaciones sin señalizar pero el
cortafuegos indica el camino. En junio pensé que con lluvia este camino sería
intransitable, pero la inclinación del terreno y la aparición de roca madre en
el suelo parece que van consolidando el camino y se ven marcas de bici y de
otros vehículos.
Tras pasar por uno de los puntos más estrechos del
cortafuegos diviso una roca exenta que llama la atención. Me acerco a ella y
tiene escrita en una especie de sanguina el nombre: “Canto del Bodegón”. Tras
hacer varias fotos del canto y del extraño equilibrio que presenta continuo el
sube y baja del cortafuegos.
Empiezo a reconocer elementos que ya vi en mi anterior
exploración aunque decido llegar hasta un amplio cruce de cortafuegos, donde
busco sin éxito una nueva señal del camino.
El camino, a través de un portillo, se separa temporalmente
del cortafuegos, aunque durante un tramo discurren juntos separados tan solo
por una alambrada, donde además observo mojones de piedra de gran tamaño.
Un nuevo portillo hace desembocar el camino en un amplio
cortafuegos que desciende hacia la carretera M-541 que deberemos cruzar. Esta
carretera está en obras de consolidación y no ha recibido aún la capa
asfáltica. Tras cruzarla una señal del camino que al estar girada señala
destinos equivocados.
No logro girar la señal con mis manos, pero ayudado por el
azadón, con ligeros golpes en una de las señales, logro colocarla en la
posición correcta. Estamos prácticamente en el límite provincial, a partir de
aquí ni un cortafuegos y el camino, entre pinos y con mucho encanto, aparece
cada vez más abandonado.
Más bifurcaciones, algunas señalizadas, otras no, y señales
de todo tipo: tocones de madera, media altura de madera con señalización del GR
o del Camino, alguna estaca sin señal alguna y al desembocar en una carretera
que une el Jardín Botánico con San Martín una nueva señal del Camino de
Levante.
Comprobado todo el tramo descrito me propongo volver un día
con pintura para reforzar la señalización, especialmente en las bifurcaciones
no señalizadas.
Fotos y texto: Javier Perals.
No hay comentarios:
Publicar un comentario