LA DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZABAL.
Probablemente no hay una ley más
denostada y vilipendiada en la cultura popular que la llamada “Ley de
desamortización de Mendizábal”, cuando en realidad, otras leyes de
desamortización menos conocidas ocasionaron más graves perjuicios a muchos
municipios españoles.
Pongámonos en situación: Tras la
guerra de independencia contra los franceses comienza a reinar el más inepto de
todos los reyes que este país ha tenido: Fernando VII, cuyos vaivenes a favor
del absolutismo y en ocasiones hacia los liberales costaron graves pérdidas
económicas y en vidas humanas. Liquidó el movimiento liberal de las Cortes de
Cádiz, que promulgaron la primera Constitución Española y que colocaron de
regente a Luis María de Borbón y Vallabriga , nacido en Cadalso de los Vidrios.
Poco antes de morir Fernando VII introdujo la
“Pragmática sanción”, una ley que derogaba la ley Sálica, por la que las
mujeres no podían ocupar el trono de la corona española. Fernando VII murió en
1833 sin descendencia masculina y los absolutistas apoyaban a su hermano Carlos
como sucesor, frente a su hija Isabel, menor de edad, que reinaría como Isabel
II. La proclamación de Isabel era la causa del inicio de las “guerras
Carlistas”.
El mal estado de las cuentas del
reino dejado por Fernando VII unido a los gastos de las guerras contra los
“Carlistas” abocaban a una ruina del Estado y se encargó al ministro de
Hacienda, Juan Álvarez Mendizábal, que buscara una solución a esta quiebra.
Como antes hicieran ministros de Carlos III y Carlos IV se ponía el punto de
vista en los bienes llamados de “Manos muertas” que estaban en poder de la
Iglesia, de órdenes religiosas y de Ayuntamientos y que no se podían enajenar,
arrendar o vender y que no reportaban beneficio alguno a la corona.
La ley de desamortización de
Mendizábal se publicó en 1836 y se planteaba los siguientes objetivos:
1.- Devolver al reino propiedades en manos de la Iglesia y de órdenes religiosas.
2.- Vender tierras a pequeños
propietarios para que las trabajen aumentando la productividad agraria y el
comercio y haciendo que esas tierras paguen tributos a la corona.
3.- Aminorar la fuerte deuda
pública y hacer frente a los gastos ocasionados por las guerras Carlistas.
4.- Crear una base social de
pequeños propietarios más favorables al liberalismo y opuestos al carlismo.
5.- Limitar el poder de la Iglesia rescatando numerosas
propiedades rústicas, arquitectónicas, artísticas y culturales.
Sin embargo la aplicación de la
ley no se hizo por igual en todo el reino y mientras algunas zonas y algunas
ciudades salieron beneficiadas, otras muchas fueron perjudicadas porque no se
limitó el acceso a la propiedad y gran parte de los bienes incautados fueron a
parar a familias poderosas (alta burguesía y nobleza latifundista), que querían
aumentar su patrimonio en tierras y bienes y que no aumentaron sustancialmente
la producción agraria ni el comercio. En opinión de la izquierda parlamentaria de la época se perdió la ocasión de realizar una verdadera reforma agraria.
La adquisición de muchos
monasterios y templos, arruinados por la guerra de la independencia (como el de
Pelayos) o por las guerras carlistas, permitieron el ensanche de algunas
ciudades o destinarlos a hospitales, museos y otras instituciones. En cambio
otros quedaron abandonados por sus dueños, incapaces de mantenerlos o
restaurarlos. Se perdieron así edificios, obras de arte, muchas de ellas mal
vendidas a países extranjeros, y numerosos libros, aunque muchos de éstos
fueron a engrosar los fondos de bibliotecas públicas y universidades.
El museo de Bellas Artes de
Sevilla guarda una enorme colección de arte religioso de los conventos y
monasterios desamortizados en Sevilla, de hecho el propio museo fue un convento
de la Merced Calzada.
En próximas entradas conoceremos
algunas de las obras del Museo de Bellas Artes de Sevilla y ampliaremos datos
sobre distintas desamortizaciones de los siglos XVIII y XIX.
Para saber más:
Desamortización de Mendizábal 1:
Desamortización de Mendizábal 2:
Desamortización de Madoz:
Dibujos e imágenes de distintas web. Foto museo: Javier Perals.
Texto: Javier Perals.