PATROCINADORES 2024-1

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La Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Cadalso de los Vidrios agradece su colaboración a todos nuestros PATROCINADORES. Muchas Gracias.

PATROCINADORES 2024-2

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CONCURSO FOTOGRÁFICO PARA EL CALENDARIO DE 2025

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PARTICIPA EN EL CONCURSO FOTOGRÁFICO.

MAPA DE METRO DE LOS CAMINOS DE SANTIAGO

MAPA DE METRO DE LOS CAMINOS DE SANTIAGO
FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DEL CAMINO DE SANTIAGO LEVANTE-SURESTE

MAPA FOLLETO

MAPA FOLLETO
MAPA DEL CAMINO DEL SURESTE A SU PASO POR LA PROVINCIA DE MADRID, DESDE ESCALONA A CADALSO Y DE CADALSO HASTA CEBREROS, CON FOTOS DE LUGARES SINGULARES DE TODAS LAS POBLACIONES.

INFORMACIÓN FOLLETO

INFORMACIÓN FOLLETO
CARA DE INFORMACIÓN DEL MAPA DE LAS ETAPAS DEL CAMINO DEL SURESTE A SU PASO POR LA PROVINCIA DE MADRID ENTRE ESCALONA (TOLEDO) Y CEBREROS (ÁVILA) CON INFORMACIÓN DE LOS RECURSOS EN LOS DISTINTOS MUNICIPIOS. ESTE FOLLETO HA SIDO EDITADO POR LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO EN CADALSO DE LOS VIDRIOS CON EL PATROCINIO DE LA CONSEJERÍA DE TURISMO DE LA COMUNIDAD DE MADRID. AGRADECEMOS AL AYUNTAMIENTO DE CADALSO SU COLABORACIÓN.

lunes, 10 de junio de 2019

ETAPAS DEL CAMINO VIA DE LA PLATA. MAIRE DE CASTROPONCE - QUINTANA DEL MARCO.

ETAPAS DEL CAMINO VÍA DE LA PLATA. MAIRE DE CASTROPONCE - QUINTANA DEL MARCO.
     Domingo dos de Junio, escarmentados de la jornada anterior, que no logramos salir temprano y luego pagamos las consecuencias, este día sí madrugamos, la noche anterior tras la cena llevamos uno de los coches a Quintana del Marco, nuestro final de etapa, para que nos sirva de lanzadera al día siguiente para ir a recoger los coches en el principio de etapa.

     Los dueños del Hotelito, en Alija del Infantado, muy agradables y cariñosos, nos habían preparado toda la infraestructura para que nosotros mismos pudiéramos prepararnos el desayuno.



     Después cogimos los coches y nos fuimos a Maire de Castroponce, los dejamos de forma que al medio día les diera la sombra y nos hicimos la foto de grupo de rigor.

     Me gustaría destacar de nuevo lo bien que están señalizados la mayor parte de los municipios de Zamora y la importante labor que realiza la asociación de Amigos del Camino de Santiago de Zamora.



     Tras algunas fotos por la propia localidad de Maire tomamos una carretera de poco tráfico que nos llevaba hacia Alija, ya en la provincia de León.




     Los paisajes que se presentaban ante nosotros eran amplios y coloridos y nos ofrecían bellas estampas de los campos de cultivo, de un árbol solitario, de una charca o de los mojones e indicaciones a las orillas del Camino.







     A los pocos kilómetros una columna nos despide de la provincia de Zamora y un cartel indicativo nos da la bienvenida a la provincia de León, donde aprovechamos para hacernos otra foto de grupo.


     Siguiendo la carretera pronto llegamos al puente de La Vizana, sobre el río Órbigo, ya en el término de Alija del Infantado.



     Este puente fue construido en época romana (S. I) con pequeños arcos de medio punto. Destruido una primera vez fue reconstruido en época medieval, manteniendo los pilares y apoyos del antiguo puente, Tras una nueva destrucción fue reconstruido, con arcadas más amplias, en el siglo XVIII y posiblemente también, al menos uno de sus arcos, en el siglo XX.



     Sobre el puente nos hacemos una foto de grupo y recordando a Richard levantamos las manos para hacernos varias fotos. Mariate, Richard, os echamos de menos.

     Cerca del puente, al otro lado de la carretera, un edificio que fue restaurante y que en la actualidad presenta ventanas y balcones tapiados con ladrillos, señal de un periodo de progreso y desarrollo que se fue, posiblemente, a causa de la despoblación.

     Seguimos por la carretera junto a bosques y arroyos y a lo lejos divisamos Alija, el pueblo que nos acogió el día anterior.


     Aunque en descenso demográfico, como otros muchos pueblos de Castilla, Alija conserva un gran patrimonio cultural y arquitectónico, como lo demuestran sus placas y sus edificios, y además tiene un modesto refugio de peregrinos.




     Mientras la mayor parte de los componentes de la etapa deciden hacer un alto y hacer de nuevo los honores al desayuno del Hotelito, me adelanto para desviarme del camino y subir al teso donde se ha colocado la Cruz del Peregrino, aparentemente muy similar a la que con el Ayuntamiento pusimos en Cadalso de los Vidrios los primeros meses de 2017.





     La altura del teso permite unas buenas vistas y el acercarme al monumento me permite apreciar que la columna de piedra está realizado con tres mojones graníticos que se ponían antes en los puntos kilométricos de las carreteras.



     La cruz, en chapa gruesa cortada con lasser dispone de un refuerzo en la parte trasera. En la base de la columna algún peregrino ha dejado su ofrenda.

     Me incorporo al camino cuando llegan algunos de mis compañeros y nuevamente debemos tomar el lado izquierdo de la carretera, apenas sin arcén, aunque con buena visibilidad.


     Más adelante un cruce, desvío a Valcavado, y entre dos puentes sale un camino que los compañeros que van delante, posiblemente distraidos por la conversación, no ven y continúan hasta casi introducirse en el pueblo. Ricardo se da cuenta y avisa y logramos hablar con ellos para que retrocedan y se incorporen al camino.


     Apenas iniciado este camino Ángel y Pedro se encuentran con un pescador que está cogiendo cangrejos. Nos cuenta que fue batería con Camilo Sexto y que ha cambiado aquella música por el arrullo del agua del río.


     El camino nos ofrece también bellas estampas y además hemos dejado definitivamente el asfalto. Vamos paralelos al río, junto a la vegetación propia de ribera, lo que provoca que en muchos lugares la pelusilla que sueltan chopos y álamos lo cubra todo.



     Los campos de cultivos nos permiten apreciar las diferencias entre el trigo y la cebada y ya, cerca, divisamos la localidad donde vamos a finalizar nuestra etapa: Quintana del Marco.



     Al no entrar por carretera no encontramos cartel con el nombre del pueblo, pero encontramos un bar y nos metemos dentro, donde nos hacemos otra foto grupal mientras apagamos el calor de la jornada.


     Nuevamente me escapo para hacer unas fotos a una torre de importantes dimensiones y que además acoge varios nidos de cigüeñas. Alguna al verme remonta el vuelo.










     Cuando regreso me encuentro a varios componentes de nuestro peregrinaje que me avisan que los conductores me están esperando para ir a recoger los coches.



     Volvemos a Maire de Castroponce por la carretera que nos llevó al puente de Vizana, aunque acordamos regresar por Coomonte para eludir una incorporación a la carretera un poco compleja. Cuando regresamos hacia Alija, en el término de Coomonte, veo un cerro sobre el que se hizo el cementerio, y por debajo, alineadas, las bocas de numerosas bodegas.

     La buena organización de Raquel, María y Ángel Luis nos permite comer un rico y sustancioso cocido que será rematado por un cuenco de natillas.

     Frente al restaurante, en el patio de una casa, llaman mi atención unas pequeñas figuras hechas en lata, son Sancho Panza y Don Quijote en sus respectivas cabalgaduras, al otro lado la figura se corresponde con un peregrino.


     Aquí nos despedimos pues unos se van para Madrid y otros vamos hacia Cadalso, aunque con parada en Benavente para recoger el coche de María. Volvemos cansados, lo noto en mi forma de conducir y en la falta de conversación de mi compañero de viaje. La próxima en otoño.
Fotos: Eugenio Baquera, Raquel López y Javier Perals.
Texto: Javier Perals.

jueves, 6 de junio de 2019

ETAPAS DEL CAMINO DE SANTIAGO. ALIJA DEL INFANTADO

ETAPAS DEL CAMINO DE SANTIAGO. ALIJA DEL INFANTADO.
     El sábado uno de junio, tras una etapa muy dura debido al calor y al asfalto, y tras la comida en el interior de una bodega, llegamos a Alija del Infantado, ya en la provincia de León, aunque antes de conocer la localidad algunos decidimos descansar un rato.


     Cumplida fielmente la tradición de "la siesta" me echo a la calle recorriendo la antigua carretera nacional, me encuentro con los primeros carteles y decido seguir hasta la ermita del Cristo. 

     Varias sorpresas me esperan en el recorrido, como el monumento dedicado al Quinto Centenario, la placa a un ilustre hijo del pueblo y una pieza de museo que se pasea por las calles de Alija, un antiguo y precioso R-8.




     Junto a la ermita del Cristo un crucero al que se abraza con un aire nostálgico una muchacha, tal vez recordando a su amado que partió como peregrino hace tiempo y del que no ha vuelto a tener noticias. La vieira en la base demuestra esta relación del crucero con el Camino de Santiago y con los peregrinos que los recorren.


     Nuevos carteles me dirigen hacia la parte alta del pueblo y hago algunas fotos a viejos portalones que llaman mi atención y que son para mi una debilidad. Trabajos pulcros de viejos carpinteros que resisten el paso y las inclemencias del tiempo.


     Cuando estoy llegando a la iglesia recibo una llamada, es un peregrino que está en Betania y que necesita hablar con alguien: ha llegado tan cansado que está a punto de abandonar. Le aconsejo que dosifique y que se tome la siguiente etapa con un cierto reposo. Antes de llegar a Marie de Castroponce, ese mismo día, me asaltó la duda si sería capaz de terminar la etapa. La conversación nos reconforta a los dos.

     En el interior de la iglesia de San Esteban, otra grata sorpresa: un impresionante artesonado recientemente restaurado y recuperado a través de un proyecto que se expone en la propia iglesia. Aquí nos vamos juntando casi todos los componentes de nuestro viaje.







     Un cristo en la plaza ante la puerta de la iglesia y una escalera que atraviesa lo que parece fue una antigua muralla. Me gustaría destacar que a estas alturas ya hemos intercambiado distintas conversaciones con varios de los habitantes de Alija, que nos hablan de su historia o que nos mandan hacia los distintos monumentos que poseen.


     Los Ángeles nos han abandonado, uno por una siesta reparadora, otro por el alimento espiritual que le ofrece la misa. El resto, como grupo, nos lanzamos a conocer Alija, su castillo, su plaza y sus gentes. Gente llana como indican los nombres de sus calles: calle Labradores y calle Alhondiga. ¡Cuánto tiempo hacía que no oía este nombre! En Getafe viví en un barrio que se llamaba así.



     De camino a la plaza nos encontramos un "rollo", una columna de castigo donde los señores feudales demostraban su poder castigando a ladrones y mendigos y que en muchos sitios se conoce como "picota".

     Por fin llegamos a la plaza, muy amplia, con espacios para bancos y para juegos y en la fachada del Ayuntamiento dos figuras con los trajes típicos. A un lado el castillo, al otro la Iglesia de San Verísimo.




     Me acerco a hablar con unas mujeres que están sentadas cerca de la entrada del castillo y les pregunto si hay alguien en el pueblo que pueda enseñarnos el castillo. Precisamente una de ellas tiene las llaves para facilitar el acceso a las visitas. Nos acompaña su marido, que nos abre la puerta y nos pide que la próxima vez cada uno traigamos una piedra para completar la restauración del castillo.




     Visitamos el castillo y hacemos fotos de dentro y de fuera, subimos a sus cubos y recorremos las barbacanas, todo bajo la atenta mirada de la cigüeña que anida en la torre del homenaje.




     Desde lo alto de sus murallas vemos el teso donde se ha colocado la cruz del peregrino, aunque no la veremos bien hasta el día siguiente, cuando pasemos más cerca de ella.

     Me siguen llamando la atención las construcciones populares que utilizan el tapial como sistema de construcción, a base de tierra, chinarros y paja, mojado todo y prensado con pisones.

     También hay construcciones más señoriales, en piedra, alguna de las cuales muestra su escudo de armas, como el que pongo en la foto, donde encuentro un elemento que hasta ahora nunca había visto en un escudo heráldico: dos aves dándose un piquito.

     Tras ver la plaza de la Marina, que está en obras y tiene colocada una gran ancla, subimos para ver la Fuente Mendaña, de aguas ferruginosas con propiedades curativas.



     Tras el paseo nos vamos juntando en un bar cercano al hotel y mientras estamos esperando la hora de la cena compartimos unos refrescos y unas cervezas.

     El Hotelito, que así se llama, tiene sólo ocho habitaciones, y nosotros las ocupamos todas, por lo que esta noche estaremos nosotros solos. Antes compartimos una elaborada y suculenta cena.

     Por cierto, Alija también tiene albergue de Peregrinos.



Fotos: Eugenio Baquera y Javier Perals. 
Texto: Javier Perals.