ETAPA DEL CAMINO DEL SURESTE ENTRE VILLAMIEL DE TOLEDO Y NOVÉS.
Amanecía el sábado 21 de febrero con el cielo cubierto de nubes. No parecían muy amenazadoras pero tampoco despertaban mucha simpatía. A las ocho menos veinte saco a pasear al perro y ya está Fernando con su autobús aparcado en la gasolinera, y algunos participantes ya dentro. Recibo una llamada de María y me dice que Ester está con fiebre y no viene. Espero que estés mejor y para vosotras y para Carmen, que tampoco pudo venir, va este reportaje.
Cuando llego al autobús están casi todos aunque ese amigo que está cuando lo necesitas, llega, como casi siempre, un poquito retrasado. Tengo que ser muy sutil porque se me mosquea. Hablo con Fernando, el conductor, calculo los asistentes con las ausencias y nos sale a 8 euros por cabeza. Algunos me dicen que me ponga una chapa con "El cobrador del Frac", aunque más parezco el cobrador del chaleco fluorescente.
Casi puntualmente salimos hacia Escalona para recoger a cuatro compañeros y amigos de allí. Y por la carretera que va a Toledo nos dirigimos hasta Villamiel. Llegando al Guadarrama unas gotitas se posan en el parabrisas. Nos recibe el cura párroco, D. Albán, que apenas lleva dos meses compartiendo Huecas y Villamiel. Nos muestra la iglesia, nos imparte la bendición del peregrino y nos sella las credenciales.
Algunas figuras llaman nuestra atención y nos entretenemos especialmente en la pila bautismal mozárabe que a mí me parece una auténtica obra de arte.
Las correspondientes fotos antes de salir (los que no están en la primera están, haciendo la foto, en la segunda) en la misma puerta de la iglesia de Villamiel.
Un breve recorrido por las calles de este, aún manchego pueblo, y la llanura y los caminos nos ofrecen su color y su humedad.
Luisi trae una bici para intercalar caminata y bicicleta, pues arrastra aún una lesión de rodilla, pero el estado de los caminos pronto le harán echar el pie a tierra (o a barro).
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| Pedro y Villamiel al fondo |
Ha llovido toda la noche y el terreno arcilloso se pone embarrado al momento, y como si quisiera peregrinar con nosotros, el barro se nos pega literalmente a los talones.
Como siempre, como es lógico digo yo, cada uno va a su ritmo y pronto la fila india formada al salir del pueblo se convierte en un rosario deslabazado en el que se ven pequeños grupitos a lo largo del camino que serpentea por la llanura.
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| Las mujeres primero |
Esta vez no he sido previsor y al agotar una batería compruebo que no he recargado la otra. Me quedo sin hacer fotos, pero como si de un movimiento solidario se tratara salen en mi ayuda Julián, Eugenio (Uge) y Richard.
El estado del terreno no nos impide disfrutar del colorido del paisaje y de la belleza que nos ofrece la llanura castellana.
En Huecas conocimos a Roberto, que se dedica a escribir la Historia local y nos amenizó con su charla y nos mostró su carácter tranquilo y sosegado; y que accedió a hacerse una foto con nosotros. Nos habló de la iglesia, de las cuevas y las conducciones del agua y del caño o pilón.
Dejamos atrás Huecas y más barro, más pegajoso si cabe que el anterior y que nos acompañó varios kilómetros.
Fueron sólo algo más de quince kilómetros pero he tenido agujetas en las piernas como hace años no tenía, no era por el recorrido, era el barro pegado en los zapatos lo que hacía penoso y cansado el andar. Y encima se levantó viento que siempre llevábamos de frente.
Menos mal que Ángel llevaba un punto muy bueno desde Huecas y nos lo tomamos todo con buen humor. Es una suerte compartir el camino con tan buenos amigos.
Llegamos a Novés, algunos tarde, bastante tarde y retrasados con respecto a los demás, a los que si estuvieron para la foto.
Pero me sentí orgulloso porque entre varias personas de la Asociación nos repartimos las tareas de reagrupar, evitar que nadie se pierda, no dejar a nadie atrás y reencontrarnos en la llegada.
¡Y que recibimiento en Novés! Felipe, su mujer, su hija y su perrilla nos tenían preparado un suculento almuerzo con tortilla, chorizo asadito, patatas alioli, dulces y rosquillas... ¡¡qué rosquillas!! y todo regado con buenos y generosos vinos.
Entre comer, recuperar fuerzas y un poco también la bebida, el buen humor llenaba aquel patio de la casa de este generoso peregrino.
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| Felipe y familia. Recorte de un collage de Pedro Alfonso, Zorro Corredero. |
Después visita a la iglesia, privar de la siesta a D. Eladio, el cura párroco de Novés que un día, por su cuenta, decidió hacer un albergue de peregrinos del Camino del Sureste. Nos dedicó una oración para culminar nuestro peregrinar, nos selló las credenciales y nos dio su amena conversación.
Luego al autobús, a aguantar las bromas de unos y las canciones de otros, a reirnos juntos, a divertirnos, a recibir una lección de Ángel que hablaba de los numerosos pleitos entre Cadalso y Escalona, y los amigos de Escalona callaban porque los de Cadalso éramos más. A pesar del bullicio y el buen humor alguno consiguió descabezar un sueñecito.
Ya estoy pensando en la próxima.
Texto Javier Perals.
Fotos: Julián, Uge, Richard, Pedro y Javier.
