PROTOCOLO CONTRA LA CONTAMINACIÓN EN MADRID.
En distintos periódicos de la Comunidad de Madrid se ha insertado un cartel informativo sobre las medidas de actuación que se irán tomando en caso de que, como cada otoño, el nivel de la contaminación atmosférica suba por encima de los niveles aconsejados por la OMS en la capital.
En esta ocasión se está haciendo con la suficiente antelación para que los conductores estén informados, una de las excusas que escuchaba años anteriores para oponerse a cualquier tipo de control sobre el tráfico rodado.
Se están utilizando criterios claros y justos: los que más contaminan podrán circular menos que los vehículos no contaminantes. Desaparece así el injusto modelo de la terminación de las matrículas en número par o número impar.
El protocolo indica claramente las medidas que se irán tomando según la situación de los niveles de contaminación.
Se protege especialmente lo que se denomina la almendra central, en este caso todo el territorio incluido dentro de la M-30.
Pienso que para que estas medidas sean realmente efectivas habría que tener en cuenta al menos tres cosas. Seguramente a algún lector se le ocurrirán más: Primero, creo que se debe reforzar y renovar el servicio de transporte público: autobuses, metro y vehículos no contaminantes.
Segundo, la construcción de aparcamientos disuasorios, que en algunos casos se convertirán en obligatorios, junto a accesos a medios de transporte público.
Tercero, supervisión de los sistemas de calefacción, facilitando e incluso subvencionando el cambio de calderas de carbón y gasoil por otras de gas natural o de energías no contaminantes.
Tras la supresión del injusto "impuesto al sol" vecinos y comunidades pueden plantearse realizar inversiones para el aprovechamiento de la energía solar de forma que poco a poco, tendamos al autoabastecimiento de energía en cada hogar.
Hoy por hoy no me puedo permitir cambiar mi vehículo, una furgoneta diesel que roza los límites de emisión de contaminantes permitidos a estos vehículos. Por eso sé que me afecta si quisiera ir a Madrid a recoger cualquier mercancía. Puede no gustarme y posiblemente me saldrá más caro si ciertas mercancías me las tienen que llevar a Cadalso, pero entiendo que las poblaciones y las ciudades se hicieron como lugares de residencia de las personas y no como espacios donde manda e impera el coche.
Texto: Javier Perals.