PINAR DE HOYOCASERO

Pinar de Hoyocasero. Valle del Alberche ( Ávila ) Ven y disfruta.

     El Pinar de Hoyocasero, situado en pleno Valle del Alberche y entre las sierras de Gredos y la Paramera, es un milagro de la botánica. Lo cierto es que este pequeño pinar, apenas 150 hectáreas, es un espacio donde además de los pinos silvestres y de los robles melojos que lo forman, está considerado como un lugar de alto valor ecológico debido a las más de 500 plantas que aquí crecen. En el Pinar de Hoyocasero conviven plantas propias de zonas de montaña, de matorral mediterráneo y hasta especies eurosiberianas, motivo por el cual es uno de los pinares más visitados y estudiados de la península.

     Ni que decir tiene que está totalmente prohibido arrancar y recolectar flores de cualquier especie, mejor fotografiarlas, duran más. 

     Realizaremos un itinerario de unos 10 kilómetros para observar la inmensa flora y fauna, así como el discurrir del río Alberche junto a un puente medieval, que los habitantes de la zona, denominan "La Puente". También podremos visitar el pueblo donde no faltan restaurantes y casas rurales y degustar una cerveza "Gredos" fabricada aquí mismo.

     Sólo deciros que os apuntéis en el teléfono o correo que aparece arriba lo antes posible ya que tenemos pensado ir en nuestros propios coches, llevar merienda y comer en el entorno de la Puente y río Alberche.

     El recorrido es muy fácil, existen fuentes y un merendero a la entrada, el tiempo parece que acompañará, pues aunque va a llover hasta el viernes, el sábado será un día de sol. Lo más previsible es que tengamos suerte y la floración de plantas esté en un buen momento, lo normal es que encontremos multitud de flores, por eso he elegido esta fecha junto con la Asociación, pero esto no nos lo garantiza nadie.

     Apúntate, te gustará, realmente es un lugar lleno de naturaleza y encanto.

Zorro Corredero

Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

PAISAJE CADALSEÑO INOLVIDABLE

PAISAJE CADALSEÑO INOLVIDABLE

                                               (A la Asociación de Amigos del Camino de    Santiago de Cadalso, porque todos ellos –en sus andanzas- saben mejor que nadie de estos paisajes inolvidables. Y especialmente a Javier Perals)

Una cosa son los libros y otra la vida. Uno en la escuela no aprende a mirar. En cambio mi padre sí me enseñó a mirar, que hay cosas que uno tiene delante de las narices y, por lo que sea, no las ve. Por él supe que nuestro pueblo era hermoso, que ojeando desde lo alto de la Peña Muñana veíamos los tejados de Cadalso y, alrededor, los grupos de pinos. Y abajo, en el valle, el arroyo Tórtolas espejeando, acompañado por dos filas de chopos empinándose a sus flancos. Y arriba, en Rozas, los cerros llenos de castaños. Y, a su izquierda, según mirábamos de frente, Lancharrasa dónde iban a cazar los cadalseños el día de La Caza de Devotos, por Carnaval. Luego, tal que a mano derecha, entre la arboleda del monte, estaba una pequeña y solitaria casa de piedra. Y, en el centro de todo, la iglesia majestuosa y, por encima suya, las tapias del Campo Santo, las que desmontamos el día de la cantea grande los chicos de “San Antón” contra los de “La Corredera”. Y, dentro del cementerio, asomaban irguiéndose hacia el cielo, tres cipreses verdes que acompañan a nuestros paisanos y que si soplaba el cierzo se cimbreaban tristes como juncos. Y, si girábamos sobre nosotros mismos, veíamos El Valle de las Culebras y El Venero, ceñido todo por retamas, jaras y pinos enormes. Llegado a este punto yo me sentía flotar e imaginaba que me lanzaba al vacío para sobrevolar feliz, junto a entrañables pájaros de plumas y metales, ese paraje fascinante.

Según  me mostraba todo aquello él me hablaba y me animaba -o se animaba él-, diciéndome que en el fondo la vida siempre te ofrece   motivos  para  vivirla  y  admirarla  y  que  por  eso –explicaba- pronto volvería la intensidad de la existencia de la mano de la primavera y se nos renovarían un montón de historias que creíamos perdidas u olvidadas. Después el bochornoso calor del verano nos obsequiaría con esas tardes en las que siempre acababa naciendo un nuevo amor. Más tarde el tenue sol otoñal se reflejaría sobre las doradas hojas que nos aguardarán rilando en el suelo, como si se hubieran desprendido de nuestras almas. Y por fin, de nuevo, el invierno arroparía nuestras euforias con su manto de realidad sobrecogedora. Entonces, una vez más, volveríamos a acordarnos de aquéllos que le dan a nuestra vida comprensión y cariño mientras dialogamos y tomamos alguna determinación cualquier atardecida de este ciclo mágico y desolado que es la vida. Yo aprendí estas cosas gracias a mi padre, y lo podéis creer o no que sois muy libres, pero ahora, sólo de verlo yo me siento como otro, hay días a saber por qué, que hasta me vienen las ganas de llorar y todo.

                                    Miguel Moreno González

Fotos: Jose María Díaz, Richard Pickers y Javier Perals.

CAMINO DE SANTIAGO POR LEÓN

La 2 ha emitido (hoy) el primer capítulo de la serie El Camino de Santiago por León, pueblos del camino.

Cabecera de "La Aventura del Saber", de TVE.

Mapa monumental del Camino de Santiago en la provincia de León.

 Esta mañana se ha emitido en La 2 de TVE el primer capítulo sobre el Camino de Santiago en la provincia de León. Un reportaje que ha dado voz a los municipios jacobeos de Sahagún, Grajal de Campos y Calzada del Coto.

Lisandro García, alcalde de Sahagún; Francisco Espinosa, alcalde de Grajal y Francisco Alonso, concejal de Cultura de Calzada hablan sobre sus municipios en este amplio documental de más de doce minutos, con el que arranca una serie que recorrerá toda la provincia.

 Patrimonio, naturaleza o gastronomía junto a otras bondades de estas localidades se narran en los reportajes de esta serie realizada y producida por Recursos de Información y Comunicación Integral gracias a la colaboración de los municipios.

La primera parada es Sahagún, justo el centro del Camino Francés y primera población de la provincia leonesa. El reportaje emitido hoy en La Aventura del Saber ensalza los atractivos de esta villa que cuenta con una arquitectura mudéjar única.

Albergue de peregrinos de Sahagún.

Muestra también la belleza de la comarca leonesa de Tierra de Campos y la riqueza patrimonial e histórica de Grajal, declarado Conjunto Histórico-Artístico, situado en el Camino de Madrid antes de unirse al Camino Francés.

Finalmente, este primer capítulo de la serie llega hasta Calzada del Coto, pueblo hospitalario y cruce de caminos, en donde la impronta del camino se percibe en sus construcciones y sus gentes.

Grajal de Campos

Además de a nivel nacional se ha emitido prácticamente en todo el mundo a través del Canal Internacional de TVE.

Se puede ver en el siguiente enlace de la página web de Televisión Española, a partir del minuto 44:46: 
http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-aventura-del-saber/aventura-del-saber-18-04-16/3573142/

Torre de cinco esquinas de Grajal de Campos. Allí se dice que a la torre le falta una esquina para tener cuatro.

Y en alta definición en: 
https://youtu.be/GrFWqfi1e6s

ETAPA ARÉVALO SAN VICENTE DE PALACIO

ETAPA ARÉVALO SAN VICENTE DE PALACIO

     Los presagios no eran buenos y anunciaban lluvias en la zona de Arévalo. Llegamos a Arévalo y hacía sol. Foto del grupo ante el castillo y al puente medieval.

     Frente al puente un arco a modo de puerta, los ánimos estupendos, las nubes..., entre soberbias y amenazantes.

     Cruzamos el puente y no hay más remedio que cruzar el polígono hasta que enfilamos la carretera. Es tranquila y apenas hay tráfico, pero al rato aparece el camino al lado y la abandonamos.

     Apenas 8 km y llegamos al primer pueblo, Palacios de Goda: el toro metálico o Neoverraco de Iván Gómez Aparicio, la ermita de la Fonsgriega del siglo XV, la Iglesia de San Juan con la cigüeña en su torre, la veleta taurina y algunos edificios más en los que se combina el ladrillo y el tapial.

     Casi cuando salíamos del pueblo llegaba la furgoneta del reparto, era una pescadería móvil, pero tenía de todo: pastas, rosquillas, vino, ... y hasta pilas. El tendero, Javi, muy simpático nos contó que la veleta era de Pepe el torero.

     Tras coger fuerzas con los dulces y con el vino que compró Canillo, vuelta al camino, con bromas y alegría.

     Ante nosotros la meseta castellana con sus vastas llanuras, con sus campos inundados de verde y un cielo que se viste de faralaes con nubes blancas y grises.

     Más adelante Honquilana, un pueblo abandonado que se deshace en sus paredes de tapial y adobe y lo que parece fue una alberca. Recuerdo entonces la historia de Humanejos, un despoblado que había cerca de Parla y que al parecer fue abandonado a causa de los mosquitos, y pienso si no sería el mismo motivo el obligó a los antiguos moradores de Honquilana a dejar su pueblo.

     A medida que avanzamos se hacen más visibles los campos de colza, con sus flores amarillas, y se presentan ante nosotros paisajes de una gran simplicidad de líneas pero de una belleza extraordinaria.

     Poco a poco la carretera se acerca al camino y ya cerca de Ataquines decidimos hacer un descanso para tomar el almuerzo que traemos en la mochila. Se comparten frutos secos, dulces, pasas y chocolate.

     Proseguimos el camino y divisamos la instalación de comederos para perdices. Los campos de colza se hacen más grandes y más cercanos y las nubes nos recuerdan los malos presagios pero respetan nuestro caminar peregrino y aún dejan que asome el sol y caliente nuestros cuerpos.

     Al llegar a San Vicente de Palacio nos reciben unas ovejas, una iglesia cerrada, una placa que debería haberse cambiado y una señora muy simpática que nos indicó donde estaba el bar.

     Al llegar al local ya estaban allí los andarines rápidos, pregunto si tienen sello y me dicen que no, pero que está allí el alcalde que acaba de volver del campo. De buena conversación me explicó que tendría que coger la bici, ir a su casa, a las afueras del pueblo, a por las llaves del Ayuntamiento, regresar y abrir el ayuntamiento. A mí me parecía verle muy apalancado en la barra del bar y le insistí. Enseguida me preguntó un señor si valía el sello de la asociación de mayores: "Si viene el nombre del pueblo por supuesto" y se fue raudo a por él. No sé si por apuro, o por político, el alcalde me prometió que haría un sello relativo al Camino de Santiago que dejaría en el bar. El presidente de la asociación de mayores de San Vicente de palacio nos puso los sellos en las credenciales.

     Salimos del bar, nos hicimos las fotos de haberlo conseguido y vuelta en autobús a Arévalo para comer.

Fotos de Richard Pickers, Eugenio Baquera, Raquel López Moreno y Javier Perals.

Texto de Javier Perals.