El domingo 18 de enero de 2015 amaneció nevando en Cadalso. En los coches se iba acumulando una capa de nieve de unos cinco centímetros de espesor mientras las carreteras se veían limpias gracias al trabajo de los retenes de los quitanieves.
Ante la iglesia de la Asunción de Cadalso, con nieve y nevando. |
Tras pasear al perro y comprar el periódico me encuentro con Ana María, Lázaro y Richard que venían al encuentro de nuestros amigos de Ávila. Cogí la mochila con el botiquín de nuestra asociación, que hasta ahora, afortunadamente, sólo se ha usado para coger una tirita; y nos dirigíamos hacia el restaurante Laureano, lugar de cita con la Asociación de Ávila, cuando vimos que frente al antiguo cuartel de la Guardia Civil había un autobús bajando gente.
Llegamos hasta allí y efectivamente eran los peregrinos de Ávila que iban a hacer toda la etapa, alrededor de 20 personas se habían bajado ya en los Toros de Guisando para hacer la etapa corta. Nos saludamos, les damos ánimos por haber sido tan valientes, pusimos los sellos de nuestra asociación a todos los que traían credencial y nos dirigimos a la iglesia para iniciar desde allí el camino.
Tras la primera foto se unió al grupo don Carlos, el párroco, que impartió su bendición a todos los peregrinos.
Iniciamos el ascenso de la calle Real y de la calle San Antón, con una pequeña parada en la ermita de San Antón o casa del ermitaño; para salir por el camino de San Antón que enlaza con el camino de la fuente de la Peluquera, aunque nosotros nos desviamos a la derecha para bajar al Tórtolas.
Seguía nevando pero la temperatura era suave, unos dos grados positivos, la nieve blanda y el rastro de algún conejo que nos había tomado la delantera.
Tras una pequeña incursión en el Mirador accedemos al camino de Casa Tablas, limpio a veces y nevado en los claros. La conversación se iba animando, los grupos se consolidaban según el ritmo de marcha, Lázaro siempre con los de delante, Richard atrás con los que decidieron tomarse un café, y entre unos y otros iba yo sin atreverme a sacar las manos para hacer unas fotos.
Dejamos el camino de Casa Tablas por lo que algunos llaman el camino del Boquerón y que creo es un viejo cordel que iría a enlazar con la Cañada Real. Algunos charcos en este camino antes de llegar a la Vía Pecuaria y desde aquí no nos han respetado ni una señal, ni siquiera las que pusimos Ángel y yo, que al no poderlas arrancar aparecían completamente dobladas.
Esta vía se estrecha y desemboca en lo que fue el trazado de la vía del tren que iba a ir hasta Plasencia, pero que nunca entró en servicio. Más señales tapadas, dobladas o tiradas que indican que alguien se toma mucho trabajo para confundir al peregrino.
Este camino, muy transitado por ciclistas y caminantes, va a parar a la M-501, en el mismo punto donde se une el camino de Levante, que procedente de Valencia, al llegar a Escalona toma la carretera hasta San Martín de Valdeiglesias, que también utiliza el antiguo trazado de la vía del tren para llevar a los peregrinos a los Toros de Guisando.
Tras una parada para reponer fuerzas seguimos hacia Cebreros y tras cruzar la carretera de Toledo a Ávila seguimos la Cañada Real Leonesa que nos llevará a Cebreros, cruzando antes algunos puentes entre los que destacamos los puentes de Valsordo, uno a continuación del otro.
Más adelante dejaremos a la izquierda la ermita de Valsordo desde donde se divisa bien Cebreros en días claros. La última cuesta es una dura rampa que nos lleva hasta los pies de la Picota de Cebreros y el camino nos deja justo enfrente de la calle que nos lleva hasta la iglesia de Santiago.
Tras un recorrido de 24,4 kilómetros es evidente la necesidad de reponer fuerzas, lo que hacemos en compañía de otros peregrinos en el bar La Amistad, en la plaza de España de Cebreros. El restaurante, en la plaza del Altozano, espera a nuestros amigos de Ávila.
Buen provecho y buen camino. Hasta otra.
Fotos: Richard Pickers