PATROCINADORES 2023-1

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La Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Cadalso de los Vidrios agradece su colaboración a todos nuestros PATROCINADORES. Muchas Gracias.

PATROCINADORES 2023-2

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MAPA DE METRO DE LOS CAMINOS DE SANTIAGO

MAPA DE METRO DE LOS CAMINOS DE SANTIAGO
FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DEL CAMINO DE SANTIAGO LEVANTE-SURESTE

MAPA FOLLETO

MAPA FOLLETO
MAPA DEL CAMINO DEL SURESTE A SU PASO POR LA PROVINCIA DE MADRID, DESDE ESCALONA A CADALSO Y DE CADALSO HASTA CEBREROS, CON FOTOS DE LUGARES SINGULARES DE TODAS LAS POBLACIONES.

INFORMACIÓN FOLLETO

INFORMACIÓN FOLLETO
CARA DE INFORMACIÓN DEL MAPA DE LAS ETAPAS DEL CAMINO DEL SURESTE A SU PASO POR LA PROVINCIA DE MADRID ENTRE ESCALONA (TOLEDO) Y CEBREROS (ÁVILA) CON INFORMACIÓN DE LOS RECURSOS EN LOS DISTINTOS MUNICIPIOS. ESTE FOLLETO HA SIDO EDITADO POR LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO EN CADALSO DE LOS VIDRIOS CON EL PATROCINIO DE LA CONSEJERÍA DE TURISMO DE LA COMUNIDAD DE MADRID. AGRADECEMOS AL AYUNTAMIENTO DE CADALSO SU COLABORACIÓN.

sábado, 3 de octubre de 2020

POR EL CAMINO DE LAS CANTERAS

 PASEO POR EL CAMINO DE LAS CANTERAS.

     Cadalso de los Vidrios está situado sobre un terreno granítico, por lo que desde hace siglos se extrae piedra para la construcción de edificios.


     Por estar situado en el camino de Toledo a Ávila, que servía de unión entre las dos Castillas, su piedra se utilizó en la construcción de numerosos edificios de la provincia de Toledo. No hay que olvidar, como nos recuerda nuestro amigo Ángel "Canillo" que Cadahalso perteneció mucho tiempo a la Tierra de Toledo y dependía también de su arzobispado.


     Numerosas iglesias, palacios y hasta parte del Hospital de Tavera se aprovisionaron de granito de Cadalso para su construcción, quedando alguna constancia de este origen en Fuensalida, Torrijos y Toledo.

     La extracción de granito era una costosa y pesada tarea que se hacía utilizando cuñas para la separación de bloques y que después se tallaba por los canteros. Eran pequeñas canteras familiares y artesanales que no utilizaban maquinaria ni explosivos. 

     Desde las canteras desgranadas en torno a la Peña Muñana a las del Lanchón, al sur de la localidad, de donde se extraían piedras circulares para la construcción de muelas de molino.

     Con el tiempo estas actividades artesanales dieron paso a una industria minera con maquinaria pesada llegando a coexistir en la localidad dos grandes empresas: Marcelino Martínez y La Levantina.





     En el incendio del año pasado, cuando el fuego atacó la peña por el lado sur y por el este, parece que la cantera de Marcelino Martínez sirvió de cortafuegos evitando una mayor extensión del territorio quemado y especialmente que el fuego entrara en el Pinar del Concejo.

     Paseando, en el pasado mes de junio, con mi perro por el camino que parte desde la entrada del camping pude contemplar los bellos paisajes que la Peña Muñana ofrece, aunque un poco más adelante se convirtiera en desolación.



     Gran parte de lo quemado fue arrancado y arrastrado hacia la parte baja donde se separaron los troncos que fueron apilados en un claro, mientras el resto se amontonaba o esparcía por varios lugares.




     El tremendo clareo realizado ha dejado la peña, por este lado, completamente desarbolada y a merced de la erosión.





     También es verdad que en este paseo vi por primera vez cosas que en paseos anteriores no pude apreciar, como la enorme roca cortada en tres "a cuchillo", los curiosos relieves en el lateral de otra roca o la roca puntiaguda en un alto.




     De regreso observé unas placas colocadas para el control de plagas.



Fotos y texto: Javier Perals.

jueves, 1 de octubre de 2020

ADENTRARSE EN UNA MINA I

 ADENTRARSE EN UNA MINA. LA MINA DE LA GALACHE I.

     Tras el parón veraniego, bueno parón con respecto al blog y a las comunicaciones por redes, porque este verano he estado cualquier cosa menos parado.


     La mayor parte del tiempo lo he pasado en Puerto Seguro, un pequeño pueblo salmantino situado en las Arribes del Águeda (afluente del Duero) y cuna de Agustina, mi mujer. Aunque mis revisiones médicas y algunas otras circunstancias me han hecho volver por Cadalso cada quincena.



     Una de las actividades que llevaba en mente para realizar, aparte de la finalización del empedrado del patio, era la medición de una mina descubierta el año pasado tras permanecer muchos años oculta por zarzas y otros vegetales. Por mis amigos es conocida mi afición a meterme en cuevas, grutas y huecos.

   

   Tenía un rollo de cuerda de casi cien metros de longitud y sobre ella trencé, cada cinco metros, un fragmento de cinta de persiana en la que había pintado los números 5, 10, 15, 20 y así sucesivamente hasta llegar al número 85, pues la cuerda restante no llegaba ya a los cinco metros.


     Tras este minucioso trabajo enrollé la cuerda en una especie de carrete para guardar la manguera, lo que facilitaba ir soltando cuerda sin que se liara entre sí o formara nudos.

     Por fin, el 11 de Agosto, con Jose Ignacio y Emilio bajamos por un carril hasta el desvío a la mina. Iba provisto de casco, linternas, un palo largo para tantear y ropa y calzado adecuado a estas tareas.

 



   Cuando llegamos a la boca de la mina, era la primera vez que la veía aunque había visto algunas fotos, la apertura de la mina era apenas de unos 70 centímetros, lo que obligaba a pasar en cuclillas o a cuatro patas.


     Ni Jose Ignacio ni Emilio se animaron a pasar por la poca altura de la entrada, que encima aparecía parcialmente cubierta por una nube de pequeñas arañas de patas largas. Me puse el mono, unas botas viejas y el casco con su frontal incluido, una cámara de fotos compacta y la vara larga para tantear el suelo y a cuatro patas empecé a adentrarme en la cueva para hacer un primer reconocimiento.


     El suelo aparecía esponjoso, mullido y húmedo y procuré pasar rápido los primeros metros pues las arañas se descolgaban a mi paso. Cuando vi el primer charco el techo empezaba a cobrar altura, lo que me permitía avanzar agachado y al poco ya estaba de pie. En esta primera incursión no llevaba la cuerda para medir la profundidad de la mina, pero cuando se pudo medir resultó que eran algo más de diez primeros metros los que no permitían ponerte de pie.


     A partir de aquí mi paso era lento, tanteando con el palo, esquivando montones de lodo blando y algunos charcos. Tomé seguridad al ver el suelo de piedra que un pequeño reguero de agua había limpiado y que se enturbiaba a mi paso.


     Con el frontal del casco me pareció divisar el fondo de la cueva y me sentí desilusionado pues no llegaría a cuarenta metros el espacio recorrido. Aunque ya no veía la luz exterior me comunicaba a voces con mis compañeros en el exterior que anotaban algunas cosas que les iba diciendo.


     Lo que parecía el fondo de la mina no era mas que un giro brusco de la galería hacia la izquierda que se repetía apenas a dos metros hacia la derecha. Nuevamente la luz de mi linterna se perdía en la oscuridad de la mina.


     Me fijaba en los colores de techo y paredes y en los montones de lodo del suelo que identifiqué como el guano que dejan los murciélagos. Aunque sentía la humedad en los pies prefería andar metiendo los pies en el agua con la piedra en el fondo que sobre aquellos montones blandos y pegajosos.


     Vi un tritón oscuro de buen tamaño, un ratón o musaraña rubia y tres murciélagos que se asustaron con mi presencia. 


     Otra vez la linterna me muestra lo que esta vez sí parece ser el fondo de la mina, pero nuevamente un recodo más cerrado que el anterior me presentaba el último tramo de la mina.


     Una vez toqué el fondo de la mina me entretuve en hacer algunas fotos, fijarme en hendiduras que parecían hechas con barrenos, manchas blancas, doradas y negras y fui regresando procurando pisar en mis propias huellas y evitando los montones de lodo y limo.

     Volví a encontrarme con aquel recodo que había interrumpido la comunicación con el exterior pues desde ese punto apenas se oía y no se entendía nada. 


     Al llegar a los charcos vuelta a agacharme y andar a cuatro patas para salir al exterior.

     Mis compañeros me preguntaban si me podía poner de pie, si había mucha agua, si había barro y si había galerías que salieran de la principal.


     Anoté mis observaciones que recordaba mentalmente dejando un espacio para anotar la distancia desde la boca de la mina: zona de gateo, zona de ir agachado, primer charco, zona con altura para ir de pie, primera curva, codo a la izquierda de un ángulo inferior a 90 grados, recodo a la derecha con un ángulo cercano a los 90 grados, curva a la izquierda, ultimo recodo y fin de la cueva.

     Acordé con ellos que en cada uno de esos puntos haría una parada, pues a partir del recodo se perdería nuestra comunicación. Ellos deberían ir anotando los metros de cuerda de cada parada y yo debía memorizar si hacía alguna otra parada por otra razón. Me quité las botas viejas y los calcetines mojados y los cambié por otros calcetines más gruesos y unas botas katiuskas o de agua. Me puse el cinturón donde llevaba el mosquetón al que iba atada la cuerda y volví a meterme en la mina.


Continuará.

Fotos y texto: Javier Perals.

jueves, 20 de agosto de 2020

CADAHALSO. Vigésimo cuarta entrega.

CADAHALSO.  LIBRO DE ÁNGEL SÁNCHEZ MORENO "CANILLO".
(Vigésimo cuarta entrega)  Capítulo VI (Cont) Del donoso y grande escrutinio que hicieron los escritores en referencia a su historia.

1833 Siempre hemos sido toledanos hasta que este año pasamos a pertenecer a Madrid. Según las divisiones territoriales de 1822-1833 de acuerdo de la nueva distribución administrativa de España, Cadalso pasó a integrarse en la provincia de Madrid dentro del partido judicial de San Martín de Valdeiglesias, abandonando el partido de Escalona, de la Intendencia y Corregimiento de Toledo, al que había pertenecido hasta entonces.

Con Carlos III la Intendencia de Madrid adquiere sus límites precisos, reflejados en la publicación de 1789, ya hecha en el reinado de Carlos IV, titulada. “
La España dividida en provincias e intendencias”, de 22 de marzo de 1785; obra importante propiciada por Floridablanca. La división por intendencias se establece en 1801; Madrid quedaba dividido en dos grandes partidos: Madrid y Alcalá de Henares. En el 1799 se había incorporado a Madrid el partido de Colmenar Viejo, segregándolo de la provincia de Guadalajara; y Alcalá de Henares hasta el 1801 había pertenecido a la provincia de Toledo.


En 1821 las Cortes recomiendan al gobierno a las personas don Felipe Bausá y don Agustín Larra, para realizar la División Provincial de España. La formación de la provincia de Madrid se realiza por Real Decreto del 30 de noviembre de 1833 parece ser que esta división se inspiró en razones de autosuficiencia económica y no por motivos geográficos e históricos.


Con Cea Bermúdez en la Presidencia y en el Ministerio de Fomento Francisco Javier de Burgos (1778-1849), humanista, enciclopedista, antiguo afrancesado, periodista y político; la división territorial de este trabajo la realizan varias comisiones y personas; Por real decreto que precede se ha servido S. M. la Reina Gobernadora Doña Isabel II, pasando a la Provincia de Madrid, los municipios: San Martín de Valdeiglesias, Villa del Prado, Cadalso de los Vidrios, 931 habitantes, Cenicientos, 933 habitantes, las Rozas de Puerto Real, 450 habitantes y Aranjuez...

La provincia de Madrid se compone de varios municipios del partido de Madrid, 57 en el de Alcalá de Henares, 11 municipios de Guadalajara, 22 de Segovia, ocho de Toledo, (entre ellos Cadalso) y dos de Ocaña, más los Reales Sitios de San Fernando de Henares, San Lorenzo del Escorial y El Pardo, sin vínculo a ninguna provincia, puesto que habían sido administrados por la Casa Real.

La división que se produce el 30 de Noviembre de 1833, promovida por el ministro Javier de Burgos liberal-templado de Cea Bermúdez. Por ella se dividía España en 49 provincias; esta división ha llegado a nuestros días y ha servido para señalar la territorialidad de la Comunidad Autónoma Madrileña.

Desde esta fecha pasamos a pertenecer a la provincia de Madrid que mide 7.995 Km. de superficie, corresponde al 11,50% de la extensión de España, dejando de ser Toledanos. Es cuando para mí el pueblo es cambiado de nombre Cadahalso o Cadalso de Toledo a Cadalso de los Vidrios, provincia de Madrid y pasando al partido judicial de San Martín de Valdeiglesias: con respecto a lo eclesiástico sigue correspondiendo al arzobispado de Toledo.

San Martín de Valdeiglesias 2041 habitantes y Villa del Prado, pertenecían a Guadalajara, y Navalcarnero 2690 habitantes a Segovia. También Arenas de San Pedro pertenecía al Partido de Talavera provincia de Toledo, modificando por estos años la Provincia de Ávila.

Localidades de la actual provincia de Madrid que pertenecieron a la de Toledo:
Ajalvir                                Majadillas
Alalpardo                           Morala de Tajuña
Alcalá de Henares             Móstoles
Algete                                Olmeda, La y Aldea de
Nuevo Baztán                    Orusco
Ambite                               Perales de Tajuña
Anchuelo                            Pezuela de las Torres
Arganda                             Pinto
Batres                                Pozuelo del Rey
Barturada                           Redueña
Berrueco                            Las Rozas
Buenamesón                      Los Santos de la Humosa
Cabanillas de la Sierra       San Torcaz
Cadalso                             Talamanca
Campo Real                      Tielmes

Camarma de Esteruelas    Torrejón de Ardoz
Carabaña                           Torrelaguna
Cenicientos                       Torres de la Alameda
Colmenar de Oreja            Valdaracete
Corpa                                 Valdemoro
Dagazo de Abajo               Valdilecha
Estremera                           Villalvilla
Fuentidueña del Tajo         Villamanrique del Tajo
Hueros                               Villarejo de Salvanes
Humanes                            Villar del Olmo
Loeches

El catastro de todos estos pueblos se encuentra en el Archivo Histórico Provincia de Toledo.


1844 En la quinta de este año en el pueblo entraron en suerte 51 jóvenes de 18 á 24 años.1845 “Villa situada á 10 leguas de Madrid, en terreno alto, confinado con el Alberche. Es de antigua fundación, y en ella se unió D. Enrique IV con la infanta Doña Isabel. Pertenece a la diócesis de Toledo y al partido judicial de San Martín de Valdeiglesias, de que dista una y media legua. Costa de 332 vecinos y 1286 habitantes. Hay administración de tabacos, una parroquia, un palacio de los Condes de Miranda, un pósito y hubo un convento de frailes.
Pagó de contribución 19.812 rs, y cosecha al año común 3.000 fanegas de granos y legumbres, 200 de castaña, 6.000 arrobas de vino y 300 de aceite, que con alguna almendra y las frutas menores importan 251.600 rs. Su industria consiste en fábricas de vidrios huecos y planos, agua fuerte y espíritu de vino, tráfico de quincalla, drogas y otros efectos.”1  ESPAÑA GEOGRÁFICA, HISTORICA-ESTADISTICA Y PINTORESCA. POR D. FRANCISCO DE PAULA MELLADO, MADRID 1845; Pág. 575.
Texto: ÁNGEL SÁNCHEZ MORENO "CANILLO".

domingo, 16 de agosto de 2020

CAMINO DE SANTIAGO DE LEVANTE. ESTADO DE LA SEÑALÉTICA ENTRE ALMOROX Y SAN MARTÍN.

SEÑALES DEL CAMINO DE SANTIAGO DE LEVANTE
     El jueves 13 de agosto, aprovechando que las temperaturas han aflojado un poco, he podido completar el tramo del Camino de Santiago del Levante entre la M-507 a su paso por el término municipal de Almorox y San Martín de Valdeiglesias, ya en la provincia de Madrid.


     Inicié este tramo el 28 de Junio pasado, tras recibir una llamada de un simpatizante del Camino, y que además ejerce de hospitalero en alguno de los albergues del Camino de Madrid, enterado de que había señales caídas en el Camino de Levante entre Almorox y San Martín, debido a la limpieza y ampliación de cortafuegos llevados a cabo por la Junta de Castilla La Mancha.

     El camino lo inicié en sentido inverso partiendo desde San Martín, verificando la existencia de diversas señales, la posible desaparición de otras y la necesidad de repintar algunas flechas amarillas. Debido al calor debí volverme cuando llevaba recorridos unos seis kilómetros, aunque como he comprobado hoy me quedé a menos de un kilómetro de la señal caída.

     Tras completar hoy el tramo desde la M-507 puedo aportar fotos de todo el tramo en su orden natural.
     Tras cruzar la N-403 entre Toledo y Ávila, en poco más de un kilómetro se asciende a una loma por la que transcurre el Camino de Santiago de Levante, convertido gracias a la asociación de la Comunidad Valenciana en el GR-239. En este punto alto se cruza con la carretera M-507 que llega hasta Navalcarnero.


     A ambos lados de la carretera fincas para uso ganadero por lo que las entradas están delimitadas por pasos canadienses, aunque los dos pasos precisan de ciertos arreglos.


  
     El camino sigue ascendiendo entre pinares mientras se dirige hacia el norte. Existen algunas bifurcaciones sin ningún tipo de señal. En esta primera parte del tramo no se ha intervenido, a pesar de los carteles de aviso, por lo que cabe pensar que no se colocaron o que han sido destruidos. Debido a la presencia de algunas rocas podría subsanarse con pintura de flechas.




     Más adelante este camino desemboca en un camino asfaltado por el que hay que retroceder para tomar más adelante el camino que nos llevará a San Martín. En esta intersección hay un cartel indicativo claro.





     Tras una curva del camino asfaltado se aprecian los primeros trabajos de limpieza y ampliación de cortafuegos, seguramente espoleados por el incendio que el verano pasado asoló los términos de Cadalso de los Vidrios y de Cenicientos (pueblos de Madrid) que se había iniciado en Almorox (pueblo de Toledo).


     El camino asfaltado inicia un descenso hasta llegar al límite de la provincia de Madrid, antes de entrar en esta provincia, tras pasar un nuevo portillo con un paso canadiense colapsado, a mano izquierda, se inicia un vertiginoso descenso.



     Algunos ciclistas con los que he podido hablar me cuentan que era un pequeño camino de unos tres metros de ancho que ha sido reconvertido en un amplio cortafuegos, pero con tanta inclinación que se han dispuesto cuatro aliviaderos que cruzan el cortafuegos para evitar los efectos de la erosión.

     Cuando estoy llegando abajo diviso un cartel en el suelo, en el margen del cortafuegos, y al acercarme compruebo que efectiuvamente se trata de uno de los carteles que señalizan el Camino de Levante.



     Las fuertes lluvias caídas hace dos días me permiten cavar con facilidad un agujero para introducir el poste que sujeto con tres pesadas piedras antes de enterrar y fijar así suficientemente la señal.



     Nuevas fotos a la señal erguida y continuo el camino, no perdiendo una referencia muy característica, un alto cerro sobre el que se encuentra una antena.


     Sigo encontrando algunas bifurcaciones sin señalizar pero el cortafuegos indica el camino. En junio pensé que con lluvia este camino sería intransitable, pero la inclinación del terreno y la aparición de roca madre en el suelo parece que van consolidando el camino y se ven marcas de bici y de otros vehículos.


     Tras pasar por uno de los puntos más estrechos del cortafuegos diviso una roca exenta que llama la atención. Me acerco a ella y tiene escrita en una especie de sanguina el nombre: “Canto del Bodegón”. Tras hacer varias fotos del canto y del extraño equilibrio que presenta continuo el sube y baja del cortafuegos.






     Empiezo a reconocer elementos que ya vi en mi anterior exploración aunque decido llegar hasta un amplio cruce de cortafuegos, donde busco sin éxito una nueva señal del camino.



     El camino, a través de un portillo, se separa temporalmente del cortafuegos, aunque durante un tramo discurren juntos separados tan solo por una alambrada, donde además observo mojones de piedra de gran tamaño.



     Un nuevo portillo hace desembocar el camino en un amplio cortafuegos que desciende hacia la carretera M-541 que deberemos cruzar. Esta carretera está en obras de consolidación y no ha recibido aún la capa asfáltica. Tras cruzarla una señal del camino que al estar girada señala destinos equivocados.



     No logro girar la señal con mis manos, pero ayudado por el azadón, con ligeros golpes en una de las señales, logro colocarla en la posición correcta. Estamos prácticamente en el límite provincial, a partir de aquí ni un cortafuegos y el camino, entre pinos y con mucho encanto, aparece cada vez más abandonado.




     Más bifurcaciones, algunas señalizadas, otras no, y señales de todo tipo: tocones de madera, media altura de madera con señalización del GR o del Camino, alguna estaca sin señal alguna y al desembocar en una carretera que une el Jardín Botánico con San Martín una nueva señal del Camino de Levante.








     Comprobado todo el tramo descrito me propongo volver un día con pintura para reforzar la señalización, especialmente en las bifurcaciones no señalizadas.


Fotos y texto: Javier Perals.